Borrar
Primera Playa. Siglo XX
Santander y sus balnearios

Santander y sus balnearios

Se cumplen 40 años del derribo del de Castañeda, en la Segunda Playa. De la época de esplendor de los baños de mar quedan los de Pombo y La Concha

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Lunes, 21 de mayo 2018, 07:01

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Tomar las aguas en los balnearios fue una práctica habitual en el siglo XIX y XX. Y tomar baños con agua salada lo fue también en los balnearios de costa. Edificios para esta práctica unida a la salud y al turismo jalonaron la costa cántabra y santanderina. En la capital hubo baños marinos desde San Martín hasta la Segunda Playa. Permanece en pie, con sus transformaciones y estructura palafítica, el balneario de la Primera Playa de El Sardinero. Y, sucesores de los primitivos edificios balnearios, permanecen los de La Magdalena y La Concha. Las concesiones para ocupar las playas con edificios fueron frecuentes en Santander y el nombre de algunas playas se quedó, y aún permanecen en el lenguaje de los más veteranos, con el de la persona que tuvo la concesión del Estado para construir un balneario en la arena.

Es el caso de la conocida playa de Castañeda, una porción de la Segunda Playa, cerca de Piquío. Allí levantó un balneario de aguas de mar el señor Fernández Castañeda. Y, así, la playa tomó su nombre: Playa de Castañeda. El balneario de Castañeda se construyó en 1874 y fue derribado el 23 de mayo de 1978. Apareció recogido en El Diario Montañés el día siguiente. Acudieron al inicio del derribo autoridades locales y, entre ellas, el mismo alcalde. Con la demolición del balneario de Castañeda acabó una época de las prácticas de baños marinos en la costa santanderina, que tuvo su tiempo de mayor esplendor hasta la Guerra Civil, siguiendo la idea que se había desarrollado en ciudades costeras de Francia como Dauville, Trouville, Biarritz o Niza.

Castañeda. Años 20
Castañeda. Años 20

Como explicó la profesora Carmen Gil de Arriba en su estudio 'Casas para baños de ola y balnearios marítimos en el litoral montañés (1868-1936)' «junto a los baños fríos (en el mar), aparecen los más elaborados y cómodos baños de agua caliente (en los balnearios), cuyas temperaturas oscilaban desde los 25 grados a los 34 o 36, tomados en bañeras o duchas especialmente acondicionadas dentro del establecimiento. Existían también pediluvios, maniluvios y lavabos para el aseo de los bañistas. Eran practicados, igualmente, los baños de algas, con alta concentración de iodo, las afusiones, los chorros, la bebida y los enemas de agua de mar».

Continúa la profesora explicando que «constantemente se recomienda el reposo en las terrazas de los establecimientos dentro de los cuales, lo más equipados, contaban con salas de lectura o de juegos e, incluso, con cafetería o restaurante. Esta insistente recomendación de descanso influye en la localización próxima de hoteles, casas de huéspedes y fondas para mayor comodidad del visitante en las cercanías del balneario, creando un entorno adecuado para los bañistas».

La Magdalena. 1900
La Magdalena. 1900

Y así, ya estaba en marcha el desarrollo de El Sardinero como lugar de verano con espacios para los baños de mar y algas, con balnearios en las playas de La Magdalena (balneario del marqués de Robrero); La Concha; Primera Playa de El Sardinero (balneario de Pombo) y Segunda Playa (balneario de Castañeda).

La playa popular

La Segunda Playa de El Sardinero, considerada más popular que la Primera, donde estaba el gran balneario de los Pombo y la Caseta Real (La caracola) para Alfonso XIII y su familia, conoció varios balnearios y numerosas peticiones. Sin duda la más recordada es la de Antonio Fernández Castañeda, pues su edificio se mantuvo en pie hasta 1978, aunque muy tocado por la fuerza destructora de las mareas. Siguen ahí sus cimientos que, con mareas muy bravas que arrastran las arenas, aparecen a la vista del público. La citada profesora Gil se Arriba tiene constancia de peticiones para balnearios marinos en El Sardinero por parte de Francisco Junco (1876); Bernardo Barrio (1887), con una galería de baños que se mantuvo hasta 1914; Bernardo Rodríguez Saro (1889), que mantuvo abierto hasta 1935; y Pedro Agenjo Calvo y Juan Manuel Solinís Cimiano (1909), que funcionó hasta final de los años veinte. El Ayuntamiento de Santander obtuvo una concesión para levantar una casa de baños para clases pobres en la playa de Los Molinucos en el año 1916. Y hasta en la playa de Mataleñas existió un balneario marítimo, que funcionó entre los años 1918 y 1935, al que acudían los veraneantes «castellanos que se alojaban en el cercano pueblo de Cueto».

San Martín. 1880
San Martín. 1880

También hubo peticiones para instalar uno en la playa de El Camello, a cargo de un grupo de vecinos encabezados por Rufino Pineda, Francisco Fernández Callostra y Fernando González Gomales con un proyecto del año 1864.

El balneario de Castañeda fue un clásico en Santander, con su gran cartel de la fachada y sus toallas secándose en las barandillas. En marzo del año 2014, tras los grandes temporales y mareas, quedaron al descubierto sus cimientos en la playa. El edificio ya había sufrido la furia del mar en muchas ocasiones en los años sesenta y sesenta, con tanta bravura que, incluso su estructura (de madera en mayor parte) fue desplazada de sus cimientos, lo que contribuyó a que se decidiese su derribo en 1978. Para entonces ya solo era un viejo y antiestético caserón en ruina.

La Concha. 1885
La Concha. 1885

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios