Borrar
Javier Urra, psicólogo de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia, preside un centro de padres e hijos en conflicto.
"Hay padres que educan como si esto fuera Disney y sus hijos crecen desesperanzados"

"Hay padres que educan como si esto fuera Disney y sus hijos crecen desesperanzados"

Javier Urra, doctor en Psicología y Ciencias de la Salud, presenta su última obra dirigida a los padres, 'Primeros auxilios emocionales', en el Ateneo de Santander

María de las Cuevas

Lunes, 27 de marzo 2017, 07:12

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Su trayectoria profesional de 30 años en la Fiscalía en el ámbito de los menores y adolescentes (fue el primer Defensor del Menor en España ), así como su pofesión de psicólogo y ser presidente de la Comisión Rectora del Programa Recurra Ginso para padres e hijos en conflicto, acreditan a Javier Urra para darle la vuelta a un dicho popular: «Sí que existen manuales para aprender a educar y a ser buen padre». Siempre se ha dicho que «los hijos vienen sin instrucciones» pero Urra, en el libro que presenta esta tarde en el Ateneo de Santander, enumera 46 pensamientos, 51 sentimientos y 89 conductas que si los detectas en casa, «más vale actuar». La cita será a las 19.30 horas, organizada por el Aula de Cultura de El Diario Montañés.

¿Existe un manual para aprender a ser buen padre?

Precisamente para aquellos padres que siguen escudándose en que «no hay manual para padres», decirles que sí lo hay, aquí esta en este libro que presento bajo el título Primeros auxilios emocionales para niños y adolescentes. Se trata de una guía emocional que incluye datos reveladores que dibujan la realidad actual, como el alto porcentaje de adolescentes y niños con depresión. No podemos perder de vista un hecho: Las niñas entre 15 y 19 años en España de lo que más mueren es por causa del suicidio. En el libro voy dando pautas, una a una, de las alarmas a tener en cuanta. Después, se proponen las vacunas para dirigir la mente del menor y que puedan dominar sus emociones, y por último, para los niños y adolescentes ya en riesgo se prescriben 130 antídotos concretos.

¿Cómo actuar ante el 60% de menores con depresión sin tratar?

El aumento de la depresión entre niños y adolescentes esclarece que son niños que le piden a la vida más de lo que esta puede darles. Por lo tanto, debemos educar en la realidad de lo que es la vida, con momentos buenos, pero también malos, con sus conflicto, separaciones, problemas laborales... y no ocultarlo. Esto no es Disney, algunos padres intentan fingir que sí, y sus hijos se desesperanzan cuando lo descubren.

¿Qué perfil presenta un niño o un adolescente deprimido?

Además, hay que resaltar que la depresión en adultos se manifiesta por un estado de apatía, de tristeza y melancolía. Pero en el caso de los jóvenes, a veces cursa de una forma paradógica, moviéndose y jugando de forma alterada. Y ante esto, el adulto a veces no se da cuenta. Un siete por ciento de los menores de 18 años está afectado por hiperactividad, impulsividad y dificultades de atención.

¿Cuáles son las claves para educar bien?

Como estamos en Cantabria pondré un ejemplo con la cocina, pues aquí se come muy bien. ¿Verdad que un cocido montañés está buenísimo cocinado al fuego?¿Cómo saldría hecho en el microondas? Para educar se necesita dedicar mucho tiempo a los niños, paciencia, tranquilidad, un ambiente sosegado y coherencia. Y poner mucho amor, que incluye poner límites, aunque esto cause enfado y frustración en ellos.

¿Algo positivo que decir de los padres de esta generación?

Claro que también lo hay, no todo es malo. Empezando porque hoy las relaciones son muy próximas. Pero esto puede ser un problema si no se pone límite. Nunca hay que olvidar que la casa no es una democracia en absoluto, un padre no es un amigo. Si esto no es así, surgen los niños tiranos, los pequeños dictadores, y se desarrollan desequilibrios emocionales. Es imprescindible enseñar a los hijos a que se responsabilicen de sus conductas, que generen empatía por los otros, que entiendan que lo más importante no soy yo, sino el tú y la sociedad en su conjunto. Educar en el perdón y en el olvido. Los niños tienen derechos pero los padres también. Y no toda la responsabilidad es de los padres, también educan los centros escolares, las redes sociales. Los ayuntamientos deben hacer más programas de ocio para los niños y adolescentes para que no se desvinculen de la naturaleza y la montaña.

¿A qué se debe este aumento del porcentaje de acoso escolar?

Siempre ha habido acoso, pero ahora el grupo es más permisivo en el machaque continuo al mismo; banalizan el asunto y lo graban e incluso lo cuelgan en internet en vez de actuar e intervenir como «cascos azules». La actitud que hoy predomina en los centros escolares es la de «soy el cliente», y por eso hago lo que quiero. Falta empatía entre los jóvenes y falta compasión por los demás. El libro analiza los perfiles de las víctimas y de los acosadores, que les lleva a esa situación a cada uno. También es significativa la violencia filioparental, especialmente contra las madres. En 2014, fueron incoados por la justicia de menores por violencia ascendente 5.136 casos.

¿Cómo pueden abordar los padres este tema en casa?

-La gran crítica que se nos hace a los psiquiatras es que hablamos muy en general, sin embargo, en este libro se expone directamente las pautas a seguir. Hay que pasar de las palabras a los hechos, que participen en actividades con niños enfermos para jugar y compartir su tiempo con ellos. Los padres tienen que pasar a la acción, menos palabras y más actos. Llevarles a ver a sus abuelos aunque estén enfermos y besarles, aunque no les guste; todo esto es bueno para desarrollar su empatía. El libro incide mucho en la violencia de género entre adolescentes, que es un dato que aumenta. El libro también se centra en el acoso en la red; las adicciones a sustancias nocivas y a las nuevas tecnologías; los trastornos alimentarios o las turbulencias de la soledad y mucho sufrimiento. Según la OMS, el 70% de las muertes prematuras en el adulto se deben a conductas iniciadas en la adolescencia.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios