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Asegurar correctamente a un niño en el coche cuesta 30 segundos. Fotolia
Cinco errores habituales en el coche que pueden costar la vida a tus hijos

Cinco errores habituales en el coche que pueden costar la vida a tus hijos

En los últimos diez años, 90 niños han muerto en las carreteras españolas; la mitad no iba bien sujeto

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Sábado, 24 de febrero 2018, 07:44

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Dicen que no hay nada peor que perder a un hijo. Mienten. El incomparable dolor de sobrevivir a nuestra descendencia crece de manera exponencial si al vacío se le suma la culpa por la responsabilidad sobre esa muerte. Así que vale de excusas. Los niños tienen que ir dentro de un coche en unas condiciones de seguridad muy concretas. E incluso así, nada nos protege contra lo inevitable. No obstante, de los noventa menores de 12 años que han fallecido en España, en accidentes de tráfico, en la última década, la mitad viajaba sin sillita de seguridad.

Estos son los cinco errores más habituales y peligrosos que cometemos al viajar con niños. Todos son evitables. Fácilmente evitables. Sin embargo, más de la mitad de los conductores reconocen que ponen o han puesto en peligro a sus hijos en el coche. Según un reciente estudio encargado desde la web acierto.com, el 52% de los padres no le quitan el abrigo al pequeño al montarlo en el vehículo. Tan absurdo como peligroso. Además, casi un cuarto de millón de familias reconocen abiertamente que no tienen la obligatoria silla de seguridad homologada. El uso de sistemas de retención infantil reduce un 75% el riesgo de sufrir lesiones.

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    Herencia del pasado

    Nunca lleves a un bebé en las rodillas

Seguramente tu abuela lo hacía contigo. Eran otros tiempos. Otros coches. Otra densidad de tráfico. A todos nos han llevado en el coche sueltos en el asiento de atrás, donde jugábamos a rodar de un puerta a la otra, o sobre las rodillas de nuestros padres y abuelos. No era una buena idea entonces y es una falta grave hoy en día. Tampoco sirve que el adulto que lleva al niño en brazos pase el cinturón de seguridad del coche sobre ambos. Es una conducta peligrosa. Los niños, siempre en su sillita.

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    Espera a que sea mayor

    Los asientos delanteros son solo para los adultos

El código de circulación es muy claro a este respecto. Los menores de edad que midan menos de 1,35 tienen que viajar obligatoriamente en las plazas traseras. Da igual su edad. No cumplir esta sencilla norma son 200 euros de multa. Lógicamente hay excepciones. Si el coche solo tiene asientos delanteros, por ejemplo. Lo que está permitido es colocar las sillas de grupo 0 en el asiento del copiloto. No es recomendable, pero a muchos padres les preocupa no poder llegar hasta el bebé desde el puesto del conductor. En estos casos, la silla tiene que ir siempre en el sentido contrario a la marcha -el pequeño mirando hacia la parte trasera del coche- y se tiene que desconectar el airbag del pasajero. Por cierto, el lugar más seguro para anclar una sillita de niño es la plaza central trasera.

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    El coche ya tiene calefacción

    Un abrigo hace que el arnés de la silla pierda toda su efectividad

Mucha gente no se lo ha planteado nunca. Por eso, el 52% asegura que no le quita el abrigo a los pequeños al montarlos al coche. ¿Por qué? Al conocer la razón se llevan las manos a la cabeza. Es sencillo. Las chaquetas, sobre todo los plumíferos, se aplastan al apretarlos. Ocupan un espacio que en realidad es solo aire y el arnés de la sillita de seguridad queda flojo, aunque parezca que está muy prieto. Así, en caso de frenazo o choque frontal, lo que sucede es que el niño sale disparado. Como si no tuviera cinturón de seguridad. Mira el vídeo. No volverás a sentarte con chaqueta en un coche. Si tienes frío, pon la calefacción del coche. Para eso está.

Vídeo. Las pruebas con crash test dummies no dejan lugar a dudas. Youtube

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    Ponerla mal es como no llevarla

    La silla tiene que estar bien anclada al coche y el arnés cerrado

Parece imposible, pero los estudios sobre seguridad vial inciden una y otra vez en este error básico. Compramos una silla homologada, incluso de gama alta, y después no la colocamos correctamente en el coche. Lo mejor es usar los puntos de anclaje isofix del vehículo. Siempre tres, por cierto. Dos están justo detrás de donde el respaldo pierde su casto nombre, en línea con el asiento, y el tercero en el maletero. Por eso las sillas tienen una correa que sale de la parte superior trasera. También se puede sujetar la silla con el cinturón del propio coche. Para ello, hay que asegurarse de que quede tenso y que pase por todas las sujeciones. Lo mejor, pedirle al especialista que nos ha vendido el sistema de seguridad que lo deje instalado en el vehículo.

Otro problema es el relacionado con el arnés de las sillas de las clases 0 y 1. Tiene que ir tenso, recto y sin retorcerlo. No te preocupes por la falta de comodidad del niño. Si se pone bien, está cómodo y dejarlo suelto por una protesta puntual puede salir muy caro. Tanto como llevar el plumífero puesto.

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    Olvida la edad: la clave es el peso y la altura

    Usa la silla acorde a la talla del niño

Igual que no le pondrías unos zapatos que no son de su talla, la silla del coche tiene que ser la acorde a su estatura y peso. Antes se aconsejaba cambiar la silla según la edad de los niños. No es correcto. La edad tiene poco que ver con la física y aquí estamos hablando de fuerzas. Estas son los tipos de sillas que hay y la talla a la que se ajustan con seguridad:

- Grupo 0 y 0+: Son los capazones para bebés. El 0 hasta los 10 kilos, el 0+ hasta los 13. Lo normal es cambiarlo cuando el pequeño comienza a ir prieto en ellos. Hay que montarlos en el sentido contrario a la marcha. Al niño se le sujeta a la silla por medio de un arnés de cinco puntos (hombros, caderas y entre las piernas) y las cintas superiores del arnés deben colocarse a la altura de los hombros.

- Grupo 1: Los pequeños ya van completamente sentados, pero siguen sujetos por un arnés. Es recomendable que se monte en el sentido contrario a la marcha, pero no es obligatorio. El cambio al siguiente nivel no debe hacerse nunca antes de los 15 kilos de peso. Lo más inteligente es apurar al máximo cada una de las categorías. Son más seguras. Eso sí, la cabeza del niño nunca podrá sobresalir del protector cervical. Si el pequeño es alto, es el momento de pasar al grupo 2. Por cierto, utilizarla con personas de más de 18 kilos no es buena idea. Las piezas que soportan el arnés están pensadas para soportar hasta esa fuerza. Aunque de talla nos sirva, con ese peso podría romper en un accidente.

- Grupo 2: Estas sillas elevan al niño y le permiten alcanzar la altura necesaria para utilizar correctamente el cinturón de seguridad del vehículo. No son meros elevadores, tienen respaldo y protegen de golpes laterales. Ahora, es importante que atemos correctamente el cinturón del coche. Algunos padres lo pasan por debajo de los brazos del niño para que esté más cómodo. Es un fallo grave. La correa tiene que pasar sobre el hombro y cruzar por el pecho. La banda inferior, sobre las piernas, nunca en el estómago.

- Grupo 3: Son los conocidos como elevadores. La última modificación de normativa los ha dejado obsoletos. Ahora tienen que llevar obligatoriamente respaldo. De hecho, la recomendación del RACE, por ejemplo, es usar el grupo 2 hasta alcanzar los 1,35 metros de altura, la talla en la que ya no es necesario tener un sistema de retención infantil.

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