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Belén cobra vida en Los Salesianos

Belén cobra vida en Los Salesianos

Los alumnos de Infantil del colegio santanderino recrearon estos días el Nacimiento de Jesús con una puesta en escena en la que la música y el baile se fusionaron por el advenimiento religioso

DM .

Viernes, 16 de diciembre 2016, 18:03

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Al más puro estilo teatral. Tres pases en tres días y un pequeño descanso entre las actuaciones. Los alumnos de Infantil, incluidos los que asisten al aula de dos años, representaron estos días en el patio del colegio Salesianos de Santander un original Belén Viviente en el que la música, el baile y el teatro fueron de la mano para celebrar la llegada de Jesús al mundo.

A diferencia de años anteriores, en los que los padres disfrutaban en el salón de actos del centro de la tradicional velada navideña de villancicos, estas navidades las profesoras del ciclo de Infantil han querido sorprender a los padres de sus alumnos con una representación peculiar pero sin abandonar el fondo religioso de estas fechas.

La primera de las sorpresas que veían los padres que iban llegando al patio era el escenario. Un improvisado paisaje de Belén en el que no faltó detalle alguno. El castillo de Herodes, las calles y comercios de la ciudad, un puente bajo el que pasaba un río, una granja y por supuesto el pesebre en el que María alumbró al hijo del Señor.

Sobre el atrezzo, de tamaño natural, no había figura alguna. Los padres observaban atónitos cómo sus hijos, menudos, se convertían en improvisados actores por un día. Los más pequeños, de dos años, se encargaron de representar a ovejitas y pollitos, y su lugar era la granja.

El resto del reparto ya sabía perfectamente su sitio. Ese en el que había estado ensayando tanto tiempo en los recreos de las últimas semanas. Las lavanderas, a coger la ropa y frotar con el agua del río. Los pescadores, con una caña, mirando como beben los peces en el río. Panaderos amasando harina y sacando del horno sus barras y hogazas. También había espacio para tenderas, pastores, soldados romanos, y por supuesto para los actores principales.

Herodes, en lo alto de su castillo. Los Reyes Magos, con sus camellos y regalos. Y en el pesebre, María, José y el niño Jesús (el único actor que no era de carne y hueso).

La representación, al más puro estilo Broadway, combinaba música de villancicos y bailes de los protagonistas, mientras la voz de un niño narrador iba contando al público lo que ocurrió aquel día en Belén: "el misterio más bonito del mundo", que así es cómo titularon las profesoras de Infantil, también ataviadas para la ocasión, al trabajo que han preparado durante las últimas semanas. Al final, el veredicto del público, era evidente. Ovación de lujo y multitud de aplausos para las estrellas por un día.

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