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Casi el 40% de los universitarios tiene un empleo que no necesita estudios superiores

Casi el 40% de los universitarios tiene un empleo que no necesita estudios superiores

La tasa de «sobrecualificados» es muy superior a la media europea pero la mitad de estos titulados no tiene las capacidades básicas que debió adquirir en la carrera universitaria

Doménico Chiappe

Madrid

Miércoles, 30 de mayo 2018, 17:19

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En la última década en España se perdieron 1,76 millones de empleos, y al cierre de 2017 había una tasa de paro de 17,2%. Sin embargo, ese porcentaje entre los españoles con estudios universitarios era de 8,8%. Incluso, con trabajo, hay casi 800.000 universitarios más que hace diez años, según la investigación 'Itinerarios de inserción laboral y factores determinantes de la empleabilidad: formación universitaria versus entorno', presentada por la Fundación BBVA.

Si se observa la evolución en España desde 1977, los que tienen un título de educación superior siempre han tenido más empleo que el resto de la población. «Observamos que la inserción de los graduados universitarios está condicionada por el esfuerzo personal y la situación de la economía», explica Lorenzo Serrano, investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y coautor del informe. «Sobre todo en tiempos de crisis, los universitarios siempre están mejor que el resto de la población».

Con respecto a la calidad tanto del empleo como de la formación, existe un desajuste entre la ocupación y la carrera estudiada: 36,9% de graduados no necesita haber hecho estudios superiores para el empleo que ejerce, una tasa que es superior a la de todos los demás países del entorno. En Europa el promedio de titulados en esta situación se sitúa en 22%. No obstante, algunos universitarios no poseen los conocimientos que se esperarían de su nivel de formación certificado. En el estudio se tomaron en cuenta las competencias básicas (matemáticas, comprensión lectora) de los graduados que estaban en ocupaciones que no requerían ninguna formación universitaria para realizarlas. La mitad no alcanzaba el nivel medio de conocimientos, y ninguno un nivel alto, entre menores de 35 años. «Los sobrecualificados son universitarios que tienen un nivel de competencias por debajo de lo que cabría esperar en una persona con estudios universitarios», advierte Serrano.

Las universidades más activas

La inserción laboral de los universitarios depende de varios factores que tienen relación con la formación recibida en su casa de estudios, como la titulación, los idiomas, las habilidades en tecnologías (TIC) o las prácticas realizadas. El esfuerzo de cada universidad para impulsar a sus estudiantes en el mercado laboral resulta determinante. El informe señala diez «estrategias y actuaciones de las universidades para promover la empleabilidad», entre las 1.475 iniciativas de las 63 'alma mater' evaluadas, como «servicio de orientación», «sensibilización», «información», «prácticum» y «orientación», y determina que las que «sobresalen en docencia e investigación», según estudios anteriores de Ivie, son las que más atención prestan al área.

Tomando en consideración que «hay algunas universidades que tienen actividades menos públicas, que pueden ser muy efectivas», matiza Serrano, sólo 40 aprueban en el «índice sintético del total de actuaciones», con más de 50 puntos, de los 100 posibles. «No se puede evaluar la efectividad de cada una, pero sí su actividad para lograr más empleo entre sus titulados»

Para los investigadores, las quince mejores de España son, en este orden: Valencia (Estudio General), Politécnica de Valencia, Politécnica de Madrid, Deusto, Pompeu Fabra, Autónoma de Barcelona, Miguel Hernández de Elche, Sevilla, Rovira i Virgili, Pablo de Olavide, Autónoma de Madrid, Carlos III de Madrid, Málaga, Politécnica de Cataluña y Cantabria. «El sistema universitario no es homogéneo», dice Pérez, que sin embargo reconoce que el ránking se basa en datos indirectos, al no saber cuántos empleos se logran con estos esfuerzos. «Quizás las que aparecen en los primeros lugares sean más activas porque el entorno de empleo no era el más favorable».

Este listado no pretende juzgar a las universidades en otras áreas, como la investigación: «Evaluamos a las universidades desde el ángulo de la empleabilidad», aclara Rafael Pardo, director de la Fundación BBVA. «No hay que perder de vista la necesidad de una sociedad demócrata y pluralista. No se aborda hoy desde una manera integral lo que hay que hacer con la universidad».

El entorno de la universidad también importa, más si está ubicada en un área económica dinámica, y si desarrolla una red de contactos. «El mundo en el que se accedía a un puesto de trabajo para toda la vida ya no es el de los profesionales de hoy, así que las universidades tienen una clara responsabilidad en la empleabilidad de los graduados, porque, aparte de dotarles de capacidades, les enseña cómo gestionar su incorporación al mercado de trabajo», explica Francisco Pérez, director de la investigación. «Tienen que prepararse para estas búsquedas constantes».

También son determinantes algunas características personales, como el sexo o la nacionalidad, y con el entorno, sobre todo con la propia universidad y la comunidad autónoma donde queda. En cuanto al género, «no es especialmente importante para tener empleo, pero sí tiene que ver con la rapidez para encontrarlo y el salario más elevado, que favorece a los varones», mantiene Serrano. «Con respecto a los que vienen de otros países, ellos se encuentran sin redes de apoyo».

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