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Ambulancias de urgencias en un hospital.
Una de cada diez urgencias psiquiátricas es debida a un caso de agitación psicomotriz

Una de cada diez urgencias psiquiátricas es debida a un caso de agitación psicomotriz

Los expertos recomiendan trabajar en las medidas de prevención para evitar la contención física de los pacientes

Daniel Roldán

Domingo, 12 de febrero 2017, 13:15

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Los servicios de Emergencias de los hospitales españoles realizan miles de actuaciones a lo largo del año. Actuaciones de todo tipo, desde las más urgentes hasta la que parecen más inocuas. Y dentro de estas intervenciones hay unas 300.000 que son por causas psiquiátricas. Dentro de las urgencias psiquiátricas, una de cada diez se debe a un caso de agitación psicomotriz, un estado de marcada excitación mental acompañado de un aumento inadecuado de la actividad motora, en grado variable, desde una mínima inquietud hasta movimientos descoordinados sin un fin determinado. Además, está acompañada de una activación vegetativa (sudoración profusa, taquicardia, midriasis), ansiedad severa, pánico u otros intensos estados emocionales. En muchos casos se resuelve mediante el uso de la fuerza y la inducción farmacológica de sedación profunda.

Una contención física que tiene que ser lo más rápida posible "para que el recuerdo de la mala experiencia sea lo más leve posible", explica el doctor Jordi Blanch, presidente de la Sociedad Catalana de Psiquiatría. "La sensación de impotencia que sufre una persona contenida es muy angustiante y pueden marcar para toda la vida. Algunos pacientes evitan ir a urgencias o a los hospitales por miedo a que les apliquen la contención física", añade el experto, que señala otras consecuencias del uso de esta medida. Por ejemplo, entre los profesionales sanitarios. "A pesar de que sabemos que son necesarias en algunas situaciones, no resulta fácil indicar que una persona tiene que ser contenida. Siempre se genera una situación de violencia y de agresividad siempre desagradables para los profesionales", apunta el doctor Blanch.

Otra de las 'víctimas' es la propia percepción que se tiene de las enfermedades mentales, llegando a estigmatizarlas. "Puede llegar a provocar la equiparación de enfermedad mental a riesgo de violencia, cuando esto sólo ocurre en la gran minoría de los casos. No todos pacientes con enfermedad mental van a requerir contención física y no todas las situaciones de contención física se producen en personas con enfermedad mental", comenta el experto, que rechaza creencias como que los psiquiatras usen "la contención física como una medida coercitiva o como una amenaza para controlar a los pacientes indisciplinados, no cumplidores con nuestras indicaciones o para agredir a los pacientes que nos resultan desagradables". Además, señala que otras especialidades de la medicina también utilizan con frecuencia la contención física para evitar que determinados pacientes sufran males peores o atenten contra la integridad de otras personas. Sería el caso de las contenciones que se aplican a las personas en situación de síndrome confusional o con deterioro cognitivo.

Una de las claves para mejorar la atención de estos pacientes es evitar, en la medida de lo posible, la contención física gracias a las medidas de prevención. Evitar las descompensaciones de enfermedades psiquiátricas, reducir el consumo de sustancias, aplicar la contención verbal y ambiental son algunas de las medidas que pueden evitar muchas de las contenciones que se realizan. "También podemos mejorar la formación de los profesiones que tienen que actuar en situaciones de agitación psicomotora, para que sean capaces de afrontar y controlarlas sin tener que recurrir a la contención física. Es probable que existan protocolos de actuación, pero seguramente falta formación", señala el doctor Blanch.

Documentos de consenso

La Comisión Central de Deontología del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos publicó en 2015 una Declaración sobre la 'Contención Mecánica de Pacientes' en la que instaba a restringir el uso de la contención mecánica a casos de necesidad vital y requería protocolizar su aplicación, respetando al máximo la autonomía del paciente. Más recientemente, la Asociación Española de Neuropsiquiatría, junto con la Federación Andaluza de Asociaciones de Salud Mental (En primera persona), la Asociación Veus y la Confederación de Salud Mental de España, han promulgado un 'Manifiesto en torno a la coerción en los servicios de salud mental' en el que abogan por ofrecer una "atención respetuosa, tanto en las prácticas profesionales como en los desarrollos legislativos y organizativos" a los pacientes con trastornos mentales y eliminar las medidas coercitivas en la asistencia psiquiátrica, especialmente el uso de sujeciones y contenciones.

Estas iniciativas coinciden con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, dirigidas a garantizar la protección de los derechos humanos de los pacientes con trastornos mentales, mediante el principio de la actuación menos restrictiva, y la evitación de contención y aislamiento cuando sea posible y también están en línea con la estrategia en salud mental del Sistema Nacional de Salud.

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