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Un puesto de helados de cannabis en la feria ‘Spannabis’, que se celebra en Madrid. José Ramón Ladra
Una infusión de 'maría'

Una infusión de 'maría'

La feria 'Spannabis' ofrece en Madrid las últimas novedades de la industria del cáñamo

Víctor Núñez Jaime

Madrid

Domingo, 15 de octubre 2017

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En 'Spannabis', la Feria del Cáñamo que concluyó ayer en la madrileña Casa de Campo, un ligero olor a cannabis domina el pabellón de cristal, donde 200 expositores presentan las últimas novedades de la industria del cáñamo y cientos de personas deambulan por los pasillos en busca de semillas, nutrientes, utensilios de cultivo y varios productos comestibles elaborados con esta planta. Pero este foro también se aprovecha para reflexionar y debatir sobre la regulación de la marihuana en España (con un ojo en las experiencias de aquellos países que han aprobado su consumo regulado), así como su uso medicinal, a pesar de la prohibición. Según el Observatorio Español de Cannabis Medicinal (OECM), entre 50.000 y 100.000 pacientes logran paliar dolores crónicos o enfermedades degenerativas (tumores cancerígenos, esclerosis múltiple, fibromialgia, artrosis o artritis, entre otras dolencias) con el uso clandestino de marihuana, arriesgándose a ser multados con entre 600 y 30.000 euros.

«Los políticos tienen que dejar de mirar para otro lado, porque somos personas, no narcotraficantes, y tienen que tener claro que el cannabis también es un medicamento que, de forma regulada y bajo supervisión médica, debería poder adquirirse en farmacias y puntos autorizados», dice Carola Pérez, presidenta del OECM, quien espera que con el apoyo de Podemos y Ciudadanos se legalice pronto el uso medicinal de la marihuana en España. Una parte de la formación morada tiene un puesto en esta feria. Se trata del 'Círculo Podemos Cannábico', cuyos activistas abogan por que «los usuarios de cannabis sean descriminalizados, sus cultivos regularizados y todos sus derechos respetados y defendidos». Cuentan que desde hace unos meses están en conversaciones con miembros del Congreso y del Senado de la comisión mixta sobre drogas.

Ajenos a esta cuestión, el Instituto Europeo de Dermocosmética vende en la planta baja de este lugar varios 'kits' para transformar la marihuana en cosméticos. «Son lo que podría llamarse un laboratorio portátil. Cuenta con destiladores y extractores, probetas, varillas, jeringuillas, pipetas. para hacer cremas, leches, pomadas, aceites, champús o geles», arguye Augusto Cuevas, quien invita a la gente a participar en un taller intensivo para aprender a hacer este tipo de productos.

Más allá, entre puestos de gorras y camisetas con hojas de cáñamo estampadas, los chicos valencianos de 'CannaIce' venden helados, galletas y crepes de marihuana. El sabor del helado, de color beige, es ligeramente amargo y, pasado un rato, convierte el rostro del comensal en el emoticono de la sonrisa feliz. Les hace la competencia el equipo de 'CannaShook', que ofrece una variedad de piruletas, caramelos, palomitas, patatas fritas, bizcochos y refrescos aderezados con el ingrediente fetiche de este evento.

Pero lo que más llama la atención en 'Spannabis' es el puesto de 'THC Abogados', un bufete especializado que ofrece asesoría legal y contable a productores, consumidores y empresas del sector. «Nuestros principales clientes son los Clubes Sociales de Cannabis, asociaciones sin ánimo de lucro, registradas al amparo de la legislación sobre asociaciones en el ejercicio del derecho de asociación recogido en el artículo 22 de la Constitución española. Se encuentran integradas por personas usuarias de cannabis, ya sea por hábito o por prescripción médica, en el contexto de las figuras jurisprudenciales del Tribunal Supremo conocidas como el cultivo compartido y consumo compartido», explica Sandra Lorenzano, quien forma parte de este equipo que se define como «los mejores expertos en el mundo del cannabis».

Aquí también hay paneles de luces LED y climatizadores para mejorar la calidad de los cultivos. Y en el espacio de 'Cannabisur', un grupo de productores de cáñamo de la Alpujarra granadina explican las bondades las semillas que utilizan en sus cultivos: «Son nutritivas, reducen el riesgo de las enfermedades cardiacas, son fuente de proteínas vegetales, mejoran la digestión y reducen los síntomas del síndrome premenstrual y la menopausia». En la zona de alimentación se pueden comprar cervezas, espaguetis de verduras, humus, guacamole, salmón marinado y tataki de atún. Todo hecho a base de marihuana, claro.

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