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Joan J. Vendrell y Sonia Fernández-Veledo, responsables del grupo de investigación DIAMET.
Los obesos desarrollan diabetes por culpa del glucógeno

Los obesos desarrollan diabetes por culpa del glucógeno

Las células que forman la grasa corporal cumplen mal su función y el paciente desarrolla resistencia a la insulina

redacción

Viernes, 8 de abril 2016, 14:16

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El glucógeno es la fuente de energía derivada de la glucosa que el organismo almacena en el cuerpo como reserva energética, y se acaba de descubrir que las personas con obesidad no solo lo acumulan en los músculos y el hígado, como el resto de las personas, sino que también lo almacenan en los adipocitos, las células que forman la grasa corporal.

Como consecuencia, estas células no realizan correctamente su función y la persona desarrolla resistencia a la insulina, lo que puede causar diabetes del tipo 2. Esta ruta metabólica, descrita por primera vez por investigadores de la URV y del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV), sitúa el glucógeno como un nuevo actor en la patología de la obesidad.

El principal motivo de que esto ocurra es que el adipocito tiene un sensor alterado, según los investigadores Joan J. Vendrell y Sonia Fernández-Veledo, responsables del grupo de investigación Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (DIAMET) del IISPV, y ambos profesores de la URV. «Las células cuentan con una especie de sensores que les ayudan a detectar si hay energía o no, para actuar en consecuencia. En casos de obesidad, el adipocito tiene mucha energía, porque acumula muchos lípidos, pero continúa captando glucosa, como si le faltara, y la almacena en forma de glucógeno», explican.

El siguiente paso en la investigación consistirá en identificar de qué sensor se trata y ver si el hecho de que no funcione correctamente es una causa o una consecuencia de la obesidad. «Nosotros creemos que es una causa, pero no lo podemos saber. Y con humanos es muy difícil de saberlo, puesto que no podemos bloquear una proteína de una persona», aseguran.

Otra conclusión del estudio es que al tejido adiposo de un obeso le llega menos cantidad de oxígeno, debido a que sus adipocitos son más grandes y están más estrechos, a causa de la falta de espacio. Este hecho favorece la acumulación de glucógeno, pues la carencia de oxígeno haría ver al adipocito que no tiene energía, cuando en realidad no es así.

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