¡Son salados, pero tienen azúcar!
Restar acidez, aumentar la cremosidad y potenciar el sabor son algunos de los usos por los que el azúcar se añade en alimentos que no deberían llevarlo
p. manzanares
Sábado, 21 de mayo 2016, 09:23
El pasado mes de marzo el Gobierno británico anunció la creación de un nuevo impuesto sobre las bebidas azucaradas para combatir la obesidad infantil y enfermedades asociadas, como la diabetes. Entrará en vigor en 2018 y tratará de que estas no contengan más de 5 gramos de azúcar por cada 100 mg.
La tasa no es nueva. Los países escandinavos fueron pioneros; en 2012 lo incorporaron Francia y Hungría, y en 2014, México. Mientras en España llevan tiempo alzándose las voces de expertos que piden que aquí se haga lo mismo, mientras alertan a la sociedad de las enormes cantidades de azúcar que a veces consumimos sin quererlo.
Y es que el problema no está en ponerse una cucharadita en el café, sino que a ella hay que sumarle las que consumimos a lo largo del día: unas, propias de los alimentos, y otras, agregadas a algunos.
Por eso debemos aprender a comer mejor, abusar más de golosinas naturales como las frutas e ingerir productos frescos y de temporada, ya que los envasados muchas veces nos sorprenden.
Para que cada uno se haga una idea, la Organización Mundial de la Salud recomienda tomar unos 25 gramos al día. Si una cucharita de las de café tiene 2,5 gramos, calcule si se endulza o no la vida en exceso. Para ser más exactos, el azúcar no debe aportar más del 10% de las calorías diarias tanto en niños como en adultos y «para proporcionar beneficios adicionales para la salud» debe quedar por debajo del 5%, explican desde el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).
Hay que tener en cuenta que nos valdría con los azúcares naturales presentes en alimentos como las patatas o los cereales integrales, ya que pequeñas cantidades de alimentos ricos en azúcares pueden ser parte de una dieta saludable, incluso para personas con diabetes. Por eso, aún estando sano, hay que pensarlo dos veces antes de comer alimentos azucarados.
Ojo a estas etiquetas
Aprender a leer muy bien las etiquetas nutricionales y hacerlo siempre es algo a lo que deberíamos acostumbrarnos si queremos proteger nuestra salud, sobre todo por las grandes cantidades de sales y azúcares que se añaden en muchos alimentos para potenciar el sabor. Tenemos que tener en cuenta, además del azúcar añadido que figura en los ingredientes, todo ese azúcar oculto que figura en el etiquetado con los 'sobrenombres' de jarabe de maíz de alta fructosa, concentrado de zumo de fruta, sacarosa, glucosa, dextrosa, jugo de caña, malta, melazas, lactosa, miel, etil maltol y maltodextrina, agregan los expertos de IMEO.
Estos son algunos de los alimentos más consumidos y que tienen el azúcar como ingrediente añadido:
-Ketchup, mahonesa y otras salsas, como la césar.
-Pan natural y pan de molde.
-Galletas saladas y crackers.
-Jamón york, jamón cocido y otros fiambres, como las salchichas.
-Snacks de maíz.
-Pizzas.
-Cremas de verduras.
-Empanadas.
-Tomate frito
-Albóndigas en salsa, aunque la salsa no sea de tomate.
Adicta al azúcar
La bloguera Ella Woodward tiene más de cinco millones de visitas mensuales. Su secreto: mostrar que las recetas saludables pueden ser deliciosas (este mes ha sacado el libro 'Las recetas de Ella', editado por Salamandra).
Pero hasta hace poco, y como ella misma reconoce era un monstruo del azúcar, una auténtica adicta. No me gustaba ni la fruta ni la verdura, pero todo cambió de un modo inesperado.
Diagnosticada de una rara enfermedad llamada 'síndrome de taquicardia postural ortostática' (POTS, por sus siglas en ingles), un trastorno que afecta al sistema nervioso, comenzó a no poder salir a la calle: Dormía más de 16 horas, sufría dolores crónicos, desmayos, palpitaciones inaguantables, trastornos de estómago, constantes dolores de cabeza... Pero la alimentación cambió su vida y ahora, tras tachar de su lista de la compra los productos industriales y el azúcar, entre otros ingredientes, recomienda dulces alimentos y exquisiteces como brownies de boniato, pasteles de zanahoria, curris picantes con coco... Y aconseja que cada uno vaya calibrando qué alimentos le sientan mal o bien para ir adecuando la despensa a las recomendaciones de los expertos y a las exigencias de nuestro propio bienestar.