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Participantes en el Taller de Comunicación, incluido en el programa STARTinnova, celebrado en EL DIARIO MONTAÑÉS.
La balanza de la comunicación

La balanza de la comunicación

Tan importante es el contenido como el continente a la hora de 'saber venderse'

MARTA G. RUMOROSO

Jueves, 11 de febrero 2016, 08:08

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En la vida tan importante es tener algo que decir como saber hacerlo. La máxima es aplicable a la manera de comunicarnos en el día a día, pero cobra un especial énfasis cuando un individuo se enfrenta a una presentación ante un público. Esa situación la vivirán los diez finalistas de la tercera edición de STARTinnova, programa promovido por EL DIARIO MONTAÑÉS. Para prepararles para la defensa de los proyectos seleccionados han tenido la oportunidad de asistir a un taller de comunicación impartido por Santiago Salazar, doctor en Comunicación y Director Académico de Grado en Periodismo y Redes Sociales en Cesine, Centro Universitario en Santander.

Confesándose «feliz comunicando porque le 'pone' comunicar» se metió al público jóven en el bolsillo con su personalidad, con la intención de despertarles el gusanillo de la comunicación, valiéndose para ello de todo tipo de recursos. Desde anécdotas hasta el uso de un monólogo sobre la comunicación, de Eva Hache en El Club de la Comedia, le sirvieron para abrir los ojos a los estudiantes.

Desde el primer momento, intentó captar y mantener su atención. Interactuó con ellos demostrando la importancia de conectar con el aforo.

"Receta para una buena presentación"

  • La casa hay que empezarla por los cimientos. Una vez construida, Santiago Salazar se mete en la cocina para resumir las pautas que no hay que olvidar en la comunicación, como si se tratase de los ingredientes de una receta.

  • Primero hay que seleccionar bien el contenido. Esa tiene que ser la base hablar de lo que se conoce y prepararlo bien. El deseo de comunicar, dándole poder a nuestro yo es el siguiente paso. «Nadie nos va a querer como nosotros mismos, y si nosotros nos queremos, es posible que contagiemos esa sensación de buen rollo y bienestar», subraya el profesor.

  • Es necesario limitar los contenidos y ajustar el tema al tiempo que tenemos. Quedarse corto puede inspirar flojera, pero pasarse tampoco es bueno porque satura. Hay que marcar los objetivos para que la comunicación sea eficaz y fluya ordenada. Luego hay que cumplirlos, porque el papel lo aguanta todo pero la puesta en escena es otra cosa.

  • Es muy importante tener presente el tipo de público al que uno se va a enfrentar. Tener en cuenta factores como el nivel cultural, el interés por el tema o la profesionalidad del aforo. Eso supondrá adaptar el lenguaje y el tono al auditorio.

  • Un as en la manga es recopilar los materiales necesarios y completarlos, si fuese preciso, con experiencias profesionales o reflexiones. Hay que apoyarse en la documentación pero sin dependender de ella. Por eso es muy importante ensayarla hasta que salga bien.

  • El inicio del discurso tiene que ser atractivo. Hay muchas formas de comenzar con un hecho interesante; un ejemplo; unaanécdota;haciendo una pregunta;con una cita apropiada; efectuando una afirmación atrevida o, incluso, mostrando un objeto que llamé la atención.

  • Al final, tiene que quedar tiempo para o bien poder hacer un resumen; ofrecer conclusiones; indicar las bondades y beneficios del tema expuesto, o bien recordar una cita y su autor; poner una pincelada de humor, realizar una galantería sincera, o volver a la frase de apertura.

  • El vocabulario utilizado, y la educación con la que se ejecute presentación, ligarán todos los ingredientes de esta receta. La guinda agradecer la atención prestada.

En la balanza de la comunicación hay que buscar el equilibro entre el contenido y el continente. Un buen comunicador es una ecuación en la que intervien factores como: pasión, humildad, naturalidad, credibilidad y humor. Apunta que «cuando uno es orador tiene que arriesgarse a saber meter la pata, porque es lo habitual; lo importante es saber sacarla, aunque lo mejor es no meterla». A pesar de sus tablas y su profesionalidad, retoma la ecuación para confesar con humildad que «él, también, tiene patinazos porque se la juega muchas veces».

En una exposición uno se obliga a deshinibirse porque va a concentrar todas las miradas, al ser el centro de atención. Por ello hay que salir a la palestra para ejecutar una exposición lo más brillante posible, no para cubrir el expediente.

Señala como problema «que vivimos en el país de la improvisación. Hablar de tener un 'plan b' es muy español. En otros países sorprende este planteamiento». Salazar insiste en repetir que «el objetivo es dejar de tenerlo. Hay que alcanzar la meta a la primera, y eso requiere una preparación previa».

Todo el mundo conoce el poder de la comunicación, pero no todos le dan la misma importancia. Ahora vemos como se van cuidando las formas pero les queda mucho paraequipararse al nivel, por ejemplo, de América. Sirvan de ejemplo las campañas políticas estadounidenses: un auténtico espectáculo. Europa es otra cosa, bien lo sabemos en España donde si destacan no es, precisamente, por su exceso de comunicación sino por todo lo contratio, por su defecto en la misma.

Los jóvenes visualizaron y analizaron debates y presentaciones americanas y españolas, y el abismo existente se percibió más cercano y profundo. Allí los discursos se hacen propios, se sienten, y esa pasión se contagia al público. Aquí, por el contrario, en el mejor de los casos se leen con cierta soltura, transmitiendo frialdad y distancia, cuando no incomprensión por la falta de tablas comunicativas. Los ejemplos no entienden de colores políticos: el suspenso es general. Siendo conscientes de la carencia comunicativa, cada vez más, apuestan por mejorarla, pero les queda camino por recorrer, aunque, por fin, partan de la base de asumir que no saben explicarse.

Con este Taller de Comunicación se pretende que los finalistas de STARTinnova se suelten, pues deben darlo todo a la hora de presentar sus trabajos. Llegado el momento todo sumará. La comunicación verbal y la no verbal. Desde su vestimenta a la gesticulación. La presentación por los autores es vital para darle brillo a sus propuestas.

Haciendo gala, por tanto, de la teoría impartida y de que la despedida tiene que estar a la altura y dejar huella, el profesor les dedica está reflexión: «Aunque no os lo creáis sois el futuro, así que buscad la felicidad y sed felices». Una persona feliz destaca a la legua, siempre que sepa transmitir ese sentimiento. En eso consiste la comunicación.

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