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Proyección del cantante Mike Brant, fallecido en 1975.
Los hologramas ocupan el escenario para hacer revivir los años 70 en París

Los hologramas ocupan el escenario para hacer revivir los años 70 en París

Claude François, Dalila, Mike Brant y Sacha Distel regresan a los escenarios gracias a la tecnología

Aurelie MAYEMbo (AFP)

Viernes, 13 de enero 2017, 01:10

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En una primicia mundial, antiguas estrellas de la música francesa regresaron al escenario en París bajo forma de hologramas, una experiencia espectacular desde el punto de vista técnico, pero también frustrante para los fans. Claude François, Dalila, Mike Brant y Sacha Distel "actuaron" juntos el miércoles por la noche en el Palacio de Congresos, en el estreno de este espectáculo inédito bautizado 'Hit Parade'.

Tras una programada espera, el holograma de Claude François sale al escenario, junto a sus bailarinas conocidas como las Clodettes. Entona "Cette année-là", una legendaria canción francesa, imprescindible en todo final de fiesta.

"Cuando lo vi, me emocioné, pero quería que se acercara. Me sentí frustrada", afirma Veronique Tudela, de 51 años. "Es una tecnología ingrata, porque querríamos más", resume Thierry, su esposo.

El vestuario y las coreografías están sumamente cuidados. Durante hora y media, los ídolos de los 1970 interpretan una docena de éxitos de la canción francesa como "Gigi l'amoroso" (Dalida), "Qui saura" (Mike Brant) o "Toute la pluie tombe sur moi" (Sacha Distel). Pero poco a poco, el público va asumiendo los límites de este nuevo tipo de espectáculo. Los hologramas están en la parte posterior del escenario y el público desearía una mayor interacción, una experiencia que superara el hecho de escuchar un álbum o ver una película biográfica.

El estudio francés de efectos visuales Mac Guff, detrás de las películas de animación 'Gru, mi villano favorito' y 'Los Minions', hizo revivir a los cuatro ídolos franceses, que juntos vendieron 250 millones de álbumes. Mac Guff utilizó la tecnología de la "motion capture" (captura del movimiento) para recrear los rostros en tres dimensiones y para el cuerpo recurrió a personas de carne y hueso con las mismas medidas de los artistas desaparecidos. También empleó cámaras de muy alta definición, con una calidad doce veces superior a la de una película. El coste total fue de casi seis millones de euros, además de un trabajo titánico de varios años.

Hasta ahora, los espectáculos con hologramas se habían limitado sobre todo a breves secuencias, como una sola canción, como fue el caso en 2014 del fallecido Michael Jackson, durante los Billboard Music Awards. La única otra referencia conocida es la actuación hace cinco años del rapero estadounidense Tupac, fallecido en 1996, durante el festival de Coachella, en California.

"Está muy bien hecho, uno no distingue entre lo verdadero y lo falso", asegura en el Palacio de Congresos Katia Cygankiewicz, de 35 años, mientras asiste a un número en el que los hologramas se mezclan con bailarines de carne y hueso. Pero, "no sabemos si estamos en un concierto o en el cine", afirma. Gran admiradora de Dalida, Celine Papin, de 41 años, se hace menos preguntas y asegura disfrutar del concierto. "Nunca hemos visto a estos artistas (sobre el escenario). Tengo la sensación de remontar en el tiempo", asegura.

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