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Nintendo Switch, funcionando como una consola portátil.
Nintendo plasma sus obsesiones en Switch

Nintendo plasma sus obsesiones en Switch

La compañía lanza este viernes una consola de sobremesa con "alma de portátil" que permite llevar el juego a cualquier lugar

Iker Cortés

Martes, 28 de febrero 2017, 16:40

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Es sencillo y funciona tan bien como cabría esperar. Deslizas los Joy-Con a ambos lados de la consola, extraes la Switch del soporte en el que reposa -dock- e inmediatamente la acción se traslada a la pantalla táctil de 6,2 pulgadas que tienes entre tus manos. Con una resolución de 720p, la imagen es clara y cristalina y en un título como 'Zelda: Breath of the Wild' el primer impacto es de los que dejan huella. En parte, porque todas las deficiencias que el juego muestra en el modo televisor -la distancia de dibujado no es la mejor y nos vimos obligados a jugar a una distancia de menos de un metro en un aparato que, además, no parecía estar bien calibrado- se diluyen, pero también porque es un triple A que por primera vez cabe entre tus manos. Devolver el juego al televisor es algo tan instantáneo como insertar nuevamente la consola en el dock. Es lo que Nintendo prometía y es lo que Nintendo cumple. "Creemos que aporta algo distinto. Es una experiencia más social y también más pública", afirma Omar Álvarez, relaciones públicas de la compañía en España, inmersa ahora en el lanzamiento que tendrá lugar este viernes.

Más pequeña de lo que parece a simple vista -aunque, por mucho que uno se esfuerce sigue, sin entrar en el bolsillo-, de Switch sorprende su impecable diseño, que abandona la línea juguetera, que tan a menudo ha acompañado a la compañía, por un plástico rígido y mate de mayor calidad. Uno tiene la sensación de estar sosteniendo una pieza de hardware algo más puntera, similar a una tableta y no tanto a una consola portátil.

Pero el elemento clave de la arquitectura reside en los dos mandos independientes que acompañan a la plataforma y que posibilitan las tres configuraciones de juego posibles: televisor, portátil y tabletop. Para el primero, ambos Joy-Con se acoplan a un soporte central llamado Grip, dando lugar a un mando tradicional con dos sticks, botones frontales y cuatro gatillos. La propia consola se convierte en este soporte cuando la máquina apela a su espíritu de portátil. Pero es el modo tabletop el que verdaderamente supone una revolución: una peana escondida en la espalda de la consola permite colocar la pantalla en cualquier superficie plana y convertirla en un pequeño televisor. Y aquí es donde está la magia: cada Joy-Con, colocado en posición horizontal, puede ser utilizado como un mando independiente y completo en sí mismo. A pesar de su reducido tamaño -sólo posee un stick y el número de gatillos se reduce a dos-, no resulta incómodo, al menos en sesiones de juego cortas.

Las virtudes de los Joy-Con no acaban ahí. Equipados con botones para capturar pantallas de las partidas -Nintendo asegura que en el futuro la consola también contará con la posibilidad de grabar vídeos- y un lector de NFC para interactuar con las figuritas Amiibo, tres aspectos sorprenden de los mismos: un sistema de vibración HD capaz de simular texturas, una cámara infrarroja que detecta formas -habrá que ver qué potencial tiene esto- y la presencia de un acelerómetro y un giroscopio que abre la puerta a experiencias tipo Wii, con un Joy-Con en cada mano.

En este sentido, 'Arms' y '1, 2, Switch', dos de los títulos que Nintendo está mostrando en los eventos de presentación, son los grandes ejemplos. El primero es un atípico juego de boxeo en primera persona en el que el jugador lanza puñetazos extensibles. Dice Nintendo que la precisión respecto al Wiimote ha mejorado -por cierto, ya no se necesita la barra que servía para capturar la señal de infrarrojos en Wii-, pero en nuestra corta partida tuvimos la sensación de que nuestro avatar no siempre golpeaba como uno quería. Eso sí, 'Arms' parece bastante más profundo de lo que uno puede intuir a simple vista. El segundo es un título con 28 minijuegos diseñado para fiestas caseras y con el objetivo de sacar todo el potencial a los nuevos mandos.

Pero es 'Zelda: Breath of the Wild' la verdadera joya de la corona. Con cinco años de desarrollo a sus espaldas, la nueva aventura de Link se pondrá a la venta el mismo día que la consola salga al mercado -también llegará a Wii U-. Sobre ella recae toda la responsabilidad del lanzamiento porque Switch sale con un catálogo de lanzamiento más bien escaso. «Puedo entender las críticas al respecto por ejemplo en comparación con el número de juegos con los que salimos en Wii U -señala Álvarez- pero es verdad que nos hemos centrado más en una estrategia 'first-party' (aquellos juegos producidos directamente por Nintendo) de tener una gran título al mes. La idea de la compañía es que haya un triple A cada treinta días. Después de Zelda vamos a tener 'Mario Kart 8 Deluxe', luego 'Arms', que es una nueva propiedad intelectual, 'Splatoon 2' y antes de que acabe el año 'Super Mario Oddysey' y 'Xenoblade Chronicles 2'. La idea no es solo que tengamos títulos escalonados sino que informemos de ellos de forma escalonada y dejar que las 'third-parties' (el resto de compañías que hacen juegos para la consola) desarrollen su negocio como quieren". De momento, los primeros pasos por el mundo abierto que propone 'Zelda: Breath of the Wild' están cumpliendo con las expectativas. Pese a algún tirón que otro, el título se siente de lujo, aunque habrá que ver si el universo que encierra el juego es lo suficientemente complejo como para llenar ese vasto mapa que plantea.

El concepto todo en uno

Después del fiasco de Wii U y del espejismo que supuso Wii -atrapó al público casual por la originalidad de su propuesta y por su facilidad de uso pero en realidad no hubo gran cosa más allá de los títulos que elaboró la propia Nintendo-, la compañía regresa con una nueva apuesta bajo el brazo. En un futuro, incluso, es posible que mate dos pájaros de un tiro: si la compañía acaba aparcando Nintendo 3DS en favor de este todo en uno, podrá centrar sus desarrollos en una sola máquina y evitará los periodos de sequía que la consola portátil y Wii U han afrontado en estos años de convivencia. Omar Álvarez no cree, sin embargo, que vaya a pasar: "El parque de Nintendo 3DS instaladas es enorme y vamos a tener títulos hasta 2018. Hay gente que ha entrado con el lanzamiento de las ediciones de Pokemón 'Sol' y 'Luna' y queremos cuidarles. Además, tenemos 2DS que es una puerta de entrada muy barata. Creemos que ambas máquinas permanecerán equilibrándose".

Quizá el mayor riesgo que corre Nintendo es que vuelve a desmarcarse de sus competidores. Técnicamente la consola monta un procesador Tegra de Nvidia y no estará al nivel de PlayStation 4 y Xbox One, así que saldrá perdiendo en aquellos títulos multiplataforma y partirá con el sambenito de consola secundaria. Con todo, puede que sea un movimiento inteligente. Al fin y al cabo, poco ha podido hacer Microsoft contra una Sony intratable, desde el punto de vista de las ventas. Si los juegos exclusivos de Switch proporcionan ventas millonarias, los estudios externos acabarán desarrollando para la consola, pero cabe preguntarse si no hubiese sido más inteligente ofrecer una potencia similar a la que ya hay en el mercado para poder abarcarlo todo. Es decir, tener un 'Zelda' y un 'Mario', pero también un 'Call of Duty' o un 'Battlefield'.

Promesas

De momento, Nintendo ha presentado la típica diapositiva que muestra qué compañías están trabajando para la máquina. Sorprende el regreso de Electronic Arts, que ya ha prometido un 'FIFA', o la presencia de Bethesda y 2K, que trabajan en versiones de 'Skyrim' y 'NBA 2k18', respectivamente, pero cabe recordar que Wii U también recibió de inicio un importante apoyo por parte de las 'third-parties' que luego se fue diluyendo. Y hay que dejar claro que estas versiones lucirán, sin lugar a dudas, algo peor que el resto, aunque a cambio se podrán jugar en cualquier rincón.

También plantea dudas el sistema online de la consola. Será por vez primera de pago, pero hasta otoño, estará en pruebas y funcionará de forma gratuita. Además, de salida no contará con la conocida consola virtual, el área que permite jugar a los clásicos de todas las consolas de Nintendo previo pago y que ha acompañado a todas las consolas de Nintendo desde Wii.

Las dudas están ahí pero no desdibujan los evidentes logros de Switch como pieza de 'hardware', al haber sido capaz de reunir todo el ADN de la compañía en una consola. Nintendo necesita ahora seducir a los estudios externos, solo así convertirá el fracaso de Wii U en una nueva historia de éxito.

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