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Tipo de fachada que recubre una de las casas pasivas. RC
El futuro de la construcción llega con 'casas pasivas'

El futuro de la construcción llega con 'casas pasivas'

Conectividad y ahorro en la factura de la luz: el hogar del mañana demandará muy poca energía porque podrá generar calor por sí mismo y todos los elementos estarán conectados con el móvil

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Domingo, 11 de febrero 2018, 07:40

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Al decir 'la casa del futuro' uno se la imagina parlanchina, conectada a internet y que se limpie sola. Más allá de tópicos propios de 'Black Mirror', la casa del futuro será sobre todo rentable energéticamente, aunque esto sea un concepto mucho menos atractivo en las películas futuristas. Hay muchas cosas que modificar si se quiere conseguir. Actualmente casi el 90% de la energía que consumimos procede de combustibles fósiles y un 40% de ella se usa para calentar edificios.

"Hay que cambiar el sistema constructivo de nuestro país", afirma categórico José Antonio Almagro, director general de Sto Ibérica, uno de los mayores fabricantes del mundo de recubrimientos de fachadas. Y es que precisamente esa es la parte de las viviendas que antes habría que cambiar porque no hay superficie mayor en los edificios y se podría utilizar como generadora de energía fotovoltáica. "Una vivienda unifamiliar de unos 200 metros cuadrados tiene alrededor de 500 de fachada. Si eso se aislara, conseguiríamos que la demanda de energía bajara muchísimo y lo poco que se necesitara se autogeneraría", explica.

El problema es que hoy en día son de "tan baja calidad" y entra tanto frio que son las culpables del gran gasto energético de las familias. "La normativa y las empresas han permitido que sea así", asegura Almagro, que opina que en España se intenta pasar los estándares de calidad "por la mínima", en vez de apostar por la calidad, como ocurre en la construcción de países como Suiza. "Antes de nada, tiene que haber un cambio de concienciación. La innovación tiene que hacernos cambiar".

En su opinión, el futuro pasará por viviendas más modulables y menos estáticas para conseguir un tipo de construcción "mucho más sana y honrada técnicamente". El experto de Sto explica que, cuando se habla de 'sostenibilidad', aparecen tres tipos de construcción en la lista: la denominada propiamente 'sostenible', que supone fabricar las viviendas con materiales reciclados o con aquellos que generen una huella de carbono menor; la 'bioconstrucción', que es la más naturista y supone adaptarse al terreno,no hacer excavaciones, utilizar la orientación del Sol; el concepto por el que apuestan en la compañía alemana: las 'casas pasivas'.

Son aquellas que obvian los condicionamientos naturales y si los materiales generan una mayor o menor huella de carbono. "Se basa en la reducción de la demanda de energía en su uso al máximo". Y es que una cosa es el consumo y otra la demanda, que es lo que una máquina necesita para funcionar. "Las viviendas del futuro tienen que ser capaces de demandar muy poca energía, la mínima para calefactar una vivienda independientemente de lo que consuma el usuario en kilovatios". Además, esta baja demanda influirá directamente en la economía porque no importará el precio del combustible por el poco consumo necesitado.

Gasto en calefacción

Desde la compañía aseguran que los habitantes de las casas pasivas no necesitan un sistema de calefacción convencional por la función del aislamiento térmico y que obtienen la energía exclusivamente de fuentes pasivas como el calor recuperado del aire de escape de la cocina y del baño. "Los costes de calefacción para un piso de 120 metros cuadrados ascienden, de media, a unos 1.500 euros al año. Una vivienda pasiva solo necesita 150 euros", afirman desde Sto.

¿Cómo se consigue? En una casa pasiva se evitan las pérdidas de calor gracias a tres factores: una cubierta estanca para el edifico, un aislamiento óptimo y la prevención de la formación de puentes térmicos en los puntos críticos como las ventanas y puertas.

La Unión Europea ha establecido la obligatoriedad de que todos los edificios públicos alcancen la calificación de "consumo casi nulo" antes del 31 de diciembre de este año y que a partir de 2020 todos los nuevos edificios se construyan bajo esta directiva. Acerca del rumor extendido de que en las casas pasivas no se debe abrir las ventanas, los expertos aseguran que no es cierto, aunque reconocen que "no hace falta" porque las habitaciones tienen un suministro constante de aire fresco, libre de polen y polvo.

Un dato curioso: cada habitante de una vivienda calienta 10 metros cuadrados por sí mismo, pero en las viviendas habituales esta energía se pierde. En las pasivas, si una familia de cuatro miembros está en un salón de 40 metros, ellos mismos calentarían la estancia sin necesidad de encender la calefacción.

También conectadas

La conectividad es un aspecto clave en cualquier vivienda del futuro que se tercie. La comunicación entre dispositivos será (ya es) básica para unos habitantes absolutamente conectados a internet a través de sus móviles, tabletas y ordenadores. Desde ABB, compañía líder en la ingeniería eléctrica y de automatización, aseguran que los pilares de la automatización van muy encaminados "hacia el confort y la eficiencia dentro de nuestros hogares".

Casa conectada propuesta por Sto.
Casa conectada propuesta por Sto. RC

Uno de las soluciones que proponen es un sistema llamado free@home, con el que se puede tanto controlar el sonido de la casa como interactuar con ella a través de la voz, ya sea con la propia aplicación del sistema como por medio de Alexa. Además, puede controlar todos los circuitos (luces, persianas, calefacción, climatización, alarmas técnicas, etc.) tanto dentro como fuera de la vivienda.

Xavier Peña, especialista de marketing de producto Home&Building Automation de ABB, asegura que los usuarios ya están "muy habituados" a las nuevas tecnologías y son conscientes de los beneficios que aporta la conectividad. "Cada vez son más los clientes que demandan una mayor conectividad en sus viviendas para disfrutar tanto en su interior como para su control y seguridad cuando están fuera". Por ello, asegura que cada vez son más las peticiones que reciben para la automatización tanto de viviendas como de edificios públicos y privados.

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