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Los socavones se han transformado en charcos gigantes en el aparcamiento de la calle Novalina.
"Nadie aparca en estos charcos"

"Nadie aparca en estos charcos"

Vecinos y usuarios denuncian el «abandono» de los solares de Novalina, Pintor Varela y La Carmencita y reclaman su reparación

David Carrera

Jueves, 21 de abril 2016, 07:15

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Son aparcamientos disuasorios que, efectivamente, disuaden. Pero no de adentrarse en el centro de la ciudad, sino de utilizarlos. En pleno debate sobre la peatonalización y sobre todo el cambio de dirección de algunas calles en el barrio de La Inmobiliaria, dos de las grandes bolsas de estacionamiento alternativo se encuentran en un estado deplorable. Hasta el punto de que algunos de los usuarios han optado por dejar de utilizarlos. Es el caso de Luis Jiménez, vecino de Santander que por motivos laborales se desplaza tres días a la semana a la capital del Besaya. «Para aparcar lo más próximo al centro tienes que recurrir a estas plazas. Pero viendo el panorama: charcos, barro, socavones... la verdad es que te planteas entrar aquí, te entran dudas porque además del barrizal cualquier día te dejas los bajos del coche en uno de los baches», señala.

El Ayuntamiento prevé el asfaltado para este verano

  • segunda fase

  • El aparcamiento de la calle Novalina con capacidad para 80 plazas se abrió al público el pasado 8 de enero. El Ayuntamiento anunció entonces que se llevaría a cabo una segunda fase en este solar, procediendo al asfaltado, instalación de la capa de rodadura, pintura y señalización horizontal, así como la recogida de aguas. Esta actuación, con un presupuesto aproximado de entre 15.000 y 20.000 euros, se prevé llevar a cabo en torno al verano, una vez se incluya en los presupuestos de 2016 y se saque a licitación la obra. Además se está negociando la demolición de la vivienda ubicada en el parking, que tras el acuerdo con el propietario permitirá alcanzar la capacidad de 90 vehículos.

Se refiere al aparcamiento de la calle Novalina, un solar habilitado por el Ayuntamiento con capacidad para 80 vehículos y pensado como alternativa a la pérdida de plazas de aparcamiento que ha supuesto las obras de peatonalización y semipeatonalización de calles como Pablo Garnica, Ceferino Calderón o Julián Urbina.

María José Fernández es una estudiante que estrena coche y a la vista de como se encuentra el parking dice que prefiere no exponerlo a las inclemencias de un terreno plagado de cráteres en el que el número de baches se aproxima peligrosamente al de las decenas de coches que caben. «No me arriesgo, prefiero dar más vueltas o aparcar más lejos, pero sobre asfalto», dice.

Desde la Asociación de Vecinos de La Inmobiliaria defienden el uso como estacionamiento de esa parcela, «que se encontraba en estado de abandono», apunta su presidente, Gonzalo Llamosas. Sin embargo recuerda que ya han demandado al alcalde su reparación, porque «cuanto más aparcamiento se habilite, mejor, tanto para los vecinos, como para el comercio de la zona». En su opinión el estado en el que se encuentran los denominados aparcamientos disuasorios de la calle Novalina, Pintor Varela y La Carmencita es «deplorable» y califica las obras como «una auténtica chapuza». «Nos estamos quedando sin plazas de aparcamiento y a cambio se nos ofrece una alternativa que es una verdadera vergüenza para los vecinos y para los que vienen a visitarnos», agrega.

Para el presidente del colectivo vecinal la solución más urgente, antes de asfaltar, «es tan sencilla como echar unas palas de gravilla y que el terreno pueda compactar». «Ya se lo dijimos al concejal de Obras cuando se abrió el aparcamiento en enero y no se ha hecho nada al respecto con el resultado de que mucha gente se va a otro sitio», indica.

Alicia Allende es otra de las habituales usuarias de estos aparcamientos alternativos. Vive en Tanos pero trabaja en el centro y necesita el coche para desplazarse. «Suelo aparcar en Novalina aunque cada día está en peores condiciones. Creo que lo normal sería que echaran una capa de grava o asfaltar», explica. Mientras abandona el vehículo, sorteando los charcos, reconoce que el aprovechamiento de estos solares es una «buena alternativa» a la pérdida de plazas de aparcamiento pero «si continúan en estas condiciones la gente se lo va a pensar antes de dejar aquí el coche. En mi caso no me queda otro remedio». Tampoco tiene otra opción Pablo Álvarez, que baja de una furgoneta cargado con varios paquetes para dirigirse al negocio en el que trabaja en la calle Torreanaz. «Está muy bien que se aproveche un solar pero se han olvidado de acabar la obra. Es lamentable como está esto lleno de charcos, es más propio de un país tercermundista, no hay derecho. Lo que tienen que hacer es asfaltar el aparcamiento y luego pintar las plazas. Aquí no sabes ni por donde se entra, ni por donde se sales... Es una ratonera», dice.

El acuerdo que el Ayuntamiento ha alcanzado con los propietarios de esta finca en la calle Novalina es de tres años e implica la exención del pago del IBI para los dueños, además de la asunción por parte del Consistorio del mantenimiento del solar. Se trata de una política que se quiere repetir en más parcelas de la ciudad, pues el Ayuntamiento entiende que es la que tiene que regir «la vialidad y movilidad de Torrelavega», de manera que se puedan crear plazas de aparcamiento disuasorias, dando «prioridad al mejor tránsito de los viandantes y al comercio de la ciudad».

A menos de un kilómetro, el espacio de la finca de La Carmencita donde iba a levantarse el fallido Centro de Emprendedores muestra zonas en las que se puede circular con cierta normalidad. Y otras en las que a duras penas se puede pasar, llenas de socavones.

Las lluvias de los últimos días han arrastrado la zahorra con que se recubrió el terreno abriendo surcos en el suelo. La gente avanza entre los coches bordeando los charcos. Pese a todo, cientos de vehículos lo llenan a diario: «Por lo menos encuentro sitio y es gratis», se consuela un usuario.

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