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La zona de Mies de Vega, pendiente de desarrollo urbanístico, se convierte en aparcamiento en horas punta. Luis Palomeque
Aparcar en el centro de Torrelavega, misión imposible

Aparcar en el centro de Torrelavega, misión imposible

Miles de personas dejan sus vehículos en la periferia ante la falta de estacionamiento en el centro | La mayoría vive en municipios de la comarca, no quiere pagar por aparcar y acude al corazón de la ciudad a trabajar o realizar trámites

José Ignacio Arminio

Torrelavega

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Martes, 20 de marzo 2018, 07:16

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El problema se agudiza. Miles de personas se ven obligadas a diario a dejar sus vehículos en la periferia de Torrelavega, cada vez más lejos del centro, ante la falta de estacionamiento. La mayoría reside en municipios de la comarca, no quiere pagar por aparcar y acude al corazón de la ciudad a trabajar o realizar algún trámite. Mientras el Ayuntamiento dice que está haciendo de Torrelavega una urbe «más cómoda y accesible» con nuevas zonas peatonales y ofreciendo aparcamientos disuasorios, los numerosos clientes que antes tenía el comercio y que procedían de la comarca, ahora lo tienen claro: prefieren comprar en las grandes superficies del entorno.

Dos de esas personas son Clara Peláez y su hija Sara, residentes en Cóbreces (Alfoz de Lloredo), que suelen dejar su coche en Mies de Vega, una zona pendiente de desarrollo urbanístico que se convierte en horas punta en un enorme aparcamiento en las afueras. «Si es un día que llueve, como hoy -explica Sara-, no vas a cargar con las compras. Vas a un centro comercial que te facilita aparcamiento. A todo el mundo nos gusta llegar hasta la puerta». Así que al centro de Torrelavega van a hacer «lo justito». «Para hacer unos recados aparcamos aquí y así no tenemos que callejear o pagar por aparcar», concluye Clara.

Del desfile de paraguas entre la periferia y el centro de Torrelavega también formó parte ayer Iván Morales, un joven de Arenas de Iguña que hace ejercicios de rehabilitación desde hace dos semanas después de ser operado. Él también estaciona su vehículo en Mies de Vega y reconoce que es un «dilema» intentarlo en el centro porque «hay mucho tráfico y está bastante colapsado». «La alternativa es pagar en los parking, así que vengo aquí que aparco seguro y gratis», afirma.

También deja su coche en la zona Ana Rosa Ruiz, de Boo de Piélagos, para ir al gimnasio que hay en uno de los bajos de las Torres de Carabaza. Ella no ve tantas complicaciones en Torrelavega: «Aquí a veces nos quejamos de vicio, porque dentro de lo malo encontramos aparcamiento. Yo voy a Madrid todas las semanas y allí sí que no hay. Es un caos, hay que pagar seguro, vayas donde vayas, y menos de seis euros nada». Según Ana Rosa, ese es «el futuro que nos espera» y aquí todavía no es momento de enfadarse porque «no nos meten esos palos y dejamos el coche a cinco minutos».

Miguel Ángel Verdeja y su mujer, Rosa María Conde, reconocen que «en todas partes cuecen habas» y que en su localidad de residencia, Los Corrales de Buelna, tampoco es fácil aparcar. Ellos suelen dejar su vehículo en La Lechera porque aparcan «seguro», aunque Rosa María dice que el jueves pasado ni siquiera encontró plaza allí y terminó volviéndose a casa «muy cabreada». Ayer dieron «varias vueltas» por La Inmobiliaria, pero terminaron de nuevo en La Lechera. Tenían que hacer unos «trámites administrativos» en la calle José María Pereda.

Antonio Díaz, de Suances, trabaja en Torrelavega y al final tuvo que meter el coche en la plaza de garaje que tiene su madre cerca de la Avenida de España. «En los días como hoy, que no deja de llover -señala-, todo el mundo coge el coche y hasta el parking del Bulevar estaba lleno cuando pasé». Él es de los que sí busca aparcar en el centro y no le importa «dar varias vueltas», aunque reconoce que «cada día tengo que ir más lejos».

María Jesús Díez, de Puente San Miguel (Reocín), es más práctica. Ella deja el coche en el aparcamiento de un céntrico supermercado, en el Paseo Julio Hauzeur, porque tiene «truco»: «Te regalan dos horas de aparcamiento si haces una compra. Yo hago los recados por Torrelavega y después compro el pan allí».

Pero si cabreados están los ciudadanos, aún más lo está el concejal de Movilidad, Javier Melgar, porque hay mucha gente que «quiere seguir dejando el coche a la puerta de la tienda y si es en doble fila mejor, para no tener que hacer maniobra». El edil socialista recuerda que en los últimos años se han habilitado «muchos aparcamiento disuasorios» y que algunos, como el de Campuzano, «no se llenan». Reconoce que cada vez que el Ayuntamiento hace una obra «se quitan plazas», pero «ganamos más que perdemos». «En esta ciudad tienen preferencia las personas, sobre todo las que tienen alguna discapacidad, y no podemos tener aceras de un metro», concluye.

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