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Un operario municipal limpia el vestuario masculino, cerrado desde el incendio. Luis Palomeque
Los usuarios de la piscina se niegan a utilizar los vestuarios prefabricados tras el incendio

Los usuarios de la piscina se niegan a utilizar los vestuarios prefabricados tras el incendio

Algunos se cambian en casa antes de ir al gimnasio y otros comparten el vestuario de los niños que acuden a los cursos de natación

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Viernes, 20 de octubre 2017, 07:19

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La piscina de La Lechera, única pública en Torrelavega, intenta volver a la normalidad tras el incendio que obligó a cerrarla hace dos semanas, pero no está siendo una tarea fácil.

La instalación deportiva, que se encuentra entre las más utilizadas del municipio (tiene 2.000 socios), abrió de nuevo el pasado lunes, pero aún se notan los desajustes. El mayor tiene lugar por las tardes, porque los usuarios se niegan a utilizar los vestuarios prefabricados instalados en el exterior del recinto, mientras se llevan a cabo las obras de reparación de los daños ocasionados por el fuego.

El incendio tuvo lugar el día 7, sábado, y se originó en la sauna instalada en el vestuario masculino, posiblemente a causa de un cortocircuito. Fue a primera hora de la mañana y el fuego sólo provocó daños materiales, pero obligó a cerrar la instalación. El concejal de Deportes, Jesús Sánchez, informó ayer de las gestiones realizadas para reabrir la piscina y el gimnasio de La Lechera «en el tiempo récord de una semana, gracias a los servicios técnicos municipales». Sánchez señaló a este periódico que el seguro que tiene el Ayuntamiento para las instalaciones deportivas se hace cargo de los gastos y que, si todo marcha bien, la piscina y el gimnasio volverán a la normalidad antes de Navidad.

«Frente a los pocos que se quejan recibimos muchas felicitaciones por abrir la piscina en tiempo récord»

Mientras tanto, estos días se llevan a cabo tareas de limpieza y evaluación de daños en el vestuario masculino, que ha quedado inutilizado. Para suplir este servicio se han instalado dos barracones prefabricados en el exterior. El Servicio Municipal de Deportes avisa a los usuarios, a través de unos carteles, que debido al incendio el vestuario masculino ha quedado fuera de uso por tiempo indefinido y que es «preceptivo» el uso de los módulos para los usuarios del gimnasio de 17.00 a 20.00 horas, periodo en el que la piscina es utilizada por los niños que van a los cursillos de natación.

En esa franja horaria solo se permite el uso de las taquillas del vestuario masculino infantil, pero El Diario Montañés pudo comprobar ayer que algunos usuarios utilizan también las duchas, mientras los barracones del exterior permanecen vacíos. Ese comportamiento está originando problemas en algunos momentos de la tarde en los que la instalación está próxima a la saturación.

El concejal de Deportes restaba importancia a este hecho: «Frente a los pocos que se quejan recibimos cientos de felicitaciones por volver a abrir la instalación en tiempo récord». «No lo entiendo, es un tema de fuerza mayor -comentaba uno de los conserjes-. Entran al vestuario infantil y cualquiera les dice algo».

«Han puesto unos barracones que no están preparados y por eso no los utiliza nadie»

Juan Rodríguez es usuario y todavía no conoce los vestuarios prefabricados, dotados de bancos, baños, duchas individuales y lavabos. Él es de los que trata de comprender la medida municipal: «Los vestuarios se han quemado, no veo otra solución. Como tengo tiempo, vengo cuando los prefabricados están cerrados, pero no entiendo muy bien las quejas».

José María Fernández va «a las siete de la mañana» y tampoco los utiliza, pero él dice que sí entiende a los que protestan. «Los más afectados son los que vienen por la tarde -comenta-. Les han puesto unos barracones que no están preparados y por eso no va nadie. No hay perchas, tienen que dejar la ropa en el suelo...». Otro socio veterano, Óscar Fernández, es de los que ha optado por «venir cambiado de casa para evitar problemas». «No sé como habrá quedado el tema tras el incendio -indica-, aunque me han comentado lo de las casetas y que huele a quemado. La semana pasada nos remitieron al pequeño gimnasio del Complejo Óscar Freire mientras este estaba cerrado».

«El resto está bien»

También los hay que parecen un poco despistados. «Todo está bien, salvo el tema de los vestuarios. No voy a los barracones porque todavía no están preparados. Creo que a partir del lunes lo arreglan», afirma Loic Arozamena. Otro usuario del gimnasio, Jorge Estébanez, asegura que «hay que compartir vestuarios con los niños y hay mucha gente cuando empiezan los cursos de natación. El resto está bien tras el incendio. Los barracones procuro utilizarlos cuando no están los niños».

Pero este no es el único problema que hay en La Lechera. Impotencia, rabia, decepción, hartazgo, desilusión... Ese es otro sentimiento generalizado entre los cientos de usuarios de la única piscina pública cubierta que tiene Torrelavega. A la hora de buscar culpables de la saturación que sufre esta instalación deportiva desde muchos varios años, los nadadores apuntan en una única dirección: el enfrentamiento entre los políticos ha dado al traste con el proyecto de construcción de la ansiada segunda piscina pública. Mientras tanto, es el sector privado quien trata de atender la creciente demanda de piscinas, ya que encontrar una calle libre en la municipal es casi misión imposible.

La piscina de La Lechera se inauguró hace 30 años, convirtiéndose en la primera pública cubierta de Cantabria. El servicio municipal fue adjudicado a la empresa Salpe y, poco a poco, fue ganando adeptos. Primero llegaron las campañas de Navidad, el club de natación y las escuelas deportivas, tanto la de iniciación como la de adultos (más de 14 años), con casi 500 alumnos entre ambas. Más tarde comenzaron a funcionar servicios complementarios: un pequeño gimnasio, vaso para niños...

El número de usuarios se multiplicó y en 2002 se anunció que se construiría una segunda piscina pública climatizada en el campus universitario, pero el proyecto sigue sin ejecutarse. En 2009 se amplió la instalación aprovechando el Plan E.

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