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Marisol Celemín, Rosa Crespo, Oti Ursueguía y José Antonio Sámano muestran el solar en el que se construirá la plaza Luis Palomeque
Los vecinos de Quebrantada se enfrentan por el nombre de la nueva plaza del barrio

Los vecinos de Quebrantada se enfrentan por el nombre de la nueva plaza del barrio

Torrelavega ·

Unos quieren que se llame Concordia y otros, Esther García, líder de ACPT fallecida hace cuatro años

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Viernes, 11 de agosto 2017, 08:05

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Cuando el consenso parecía reinar en el céntrico barrio de Quebrantada ante la llegada de un nuevo y ansiado espacio público, una plaza a construir en la confluencia de las calles Lasaga Larreta y Teodoro Calderón, han surgido las discrepancias a la hora de elegir el nombre. Unos vecinos quieren que se llame 'Concordia' y otros 'Esther García', como la líder del grupo de izquierda ACPT, que falleció hace cuatro años.

Los residentes están de acuerdo en todo lo demás. Se ha consensuado hasta el diseño de la plaza, un espacio abierto, verde y acogedor para disfrute de todo el barrio. También quieren que el transformador eléctrico integrado en el portal número 33, que ha provocado la movilización vecinal en los últimos años por las molestias y problemas de salud que dicen ocasiona, sea trasladado a su lugar original: la finca en la que se construirá la plaza, situada al otro lado de la calle.

Así lo explican Marisol Celemín, Rosa Crespo, Oti Ursueguía y José Antonio Sámano, integrantes de la Asociación de Vecinos Quebrantada. Ellos dicen que todo iba bien hasta que entró «la política» en el asunto de la mano de ACPT, cuyos votos en la Corporación le son muy necesarios al equipo de gobierno municipal (PSOE/PRC), que se encuentra en minoría. El grupo de izquierda radical, que encabezó las movilizaciones contra el transformador eléctrico, está tratando también de capitalizar la solución al problema.

«Todo iba bien hasta que entró la política en el asunto», afirma la presidenta vecinal

La presidenta de la AA VV, Marisol Celemín, explica el origen de las discrepancias: «El problema es que se ha convertido en un tema político. Ellos quieren que se llame Esther García porque dicen que encabezó la lucha contra el transformador y nosotros hemos hecho una propuesta al Ayuntamiento para que se llame Plaza de la Concordia. Queremos un nombre sin connotaciones históricas o políticas, no queremos nombres propios».

La asociación, al margen

Ante esta situación, la AA VV quiere dejar claro que ha decidido permanecer «al margen» de un asunto en el que «sólo nos interesa que se haga la plaza y que se traslade el transformador eléctrico». Además, los integrantes de la directiva están molestos porque, dentro de ese proceso de «politización», parece que el nuevo espacio público no se va a hacer para todos los vecinos del barrio, sino sólo para «unos pocos que viven en el número 33».

«Nosotros no vamos a entrar en política -aclara José Antonio Sámano, vocal de la asociación-, no vamos a hacer el juego a nadie. Nosotros estamos aquí para representar a todos los vecinos y defender los intereses del barrio». Y antes de que el desacuerdo convierta de nuevo la finca en «un solar abandonado, como lo fue durante muchos años», los directivos de la AA VV quieren que se haga un aparcamiento provisional hasta que todo se solucione.

María Dolores Galván, que ejerce como portavoz vecinal en el número 33 de Lasaga Larreta, ha señalado en un comunicado que ACPT les ha informado que el proyecto, consensuado con los residentes, se encuentra redactado y a la espera de un informe técnico municipal desde hace seis meses. Una tardanza que achacan a los «peros» que pone el técnico y que califican como «matices políticos». Uno de ellos es que «no debe figurar que es fruto de un proceso participativo» y otro que «no debe aparecer el nombre de la futura plaza, Esther García, porque aún no es oficial». Ambas partes mantuvieron el miércoles una nueva reunión en el Ayuntamiento, con el fin de desbloquear la situación. Según el alcalde en funciones, Javier López Estrada, se han logrado avances. Mientras tanto, la maleza sigue creciendo en el solar, ahora municipal tras un convenio urbanístico.

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