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Miles de personas acuden cada jueves al aparcamiento del Mercado Nacional de Ganados en busca de productos frescos y de gangas. Luis Palomeque
Los vendedores ambulantes critican las tasas «abusivas» del mercado semanal

Los vendedores ambulantes critican las tasas «abusivas» del mercado semanal

Los comerciantes aseguran ser los primeros en sufrir los efectos de la crisis. «Hay días que no vendes nada y el Ayuntamiento te cobra igual», subrayan

David Carrera

Santander

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Viernes, 27 de octubre 2017, 07:19

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Los mercadillos de los pueblos agonizan pero también los de las ciudades y el de Torrelavega de los jueves no s ajeno a esta caída libre de las ventas. Es la opinión generalizada de aquellos que intentan vivir del negocio de la venta ambulante, «asfixiada por los impuestos y el abandono de las instituciones». Ése es el «gran problema», aseguran. Más que la crisis económica, que también les afecta, los comerciantes del mercado semanal de Torrelavega denuncian que las tasas que el Ayuntamiento les cobran por montar el puesto en la calle son «abusivas». La escalada de precios, aseguran, empezó una década atrás. Pagan en algunos casos hasta 1.000 euros anuales -dependiendo de los metros cuadrados que ocupa el puesto- por instalar en el exterior del Mercado de Ganados sus coloridos bazares, aunque coinciden en que «ahora mismo el de Torrelavega es el más caro de los que hay en Cantabria».

Así lo corrobora Taylor, un vendedor ambulante que trabaja en otros mercados de la región y que en la capital del Besaya llega a pagar «hasta 180 euros mensuales». Además apunta que las consecuencias de la crisis se notan «especialmente» en el mercado de Torrelavega por ser una ciudad y una comarca con una alta tasa de paro. «Puede que además de ser el más caro es en el que menos se vende de Cantabria», sostiene. Por establecer una comparación con otros mercados de la región, Taylor señala que en la actualidad resultan más rentables para los vendedores «los de la costa», en especial los que llaman «de los vascos», en municipios como Santoña o Laredo. «Es donde más vendemos», asegura.

Aquilino Pérez también suma unos cuantos años acudiendo al Ferial de Ganados cada jueves para montar su puesto de ropa. Dice que «el mejor género del mercado». Puede ser, frente al mostrador casi hay cola. Sin embargo hay que conocer su opinión: «Hace muy bueno y la gente viene a mirar, a tocar, pregunta, pero no todos compran». Lamenta que «tengamos que trabajar todos los días de la semana, de aquí para allá con el puesto, para mantenernos y no cerrar el negocio, porque esto no da para más». Por no hablar de lo que les cobra el Ayuntamiento por acudir a Torrelavega cada jueves. «En todos los mercados es muy cara la tasa que pagamos pero es que aquí es una barbaridad, y más si se tiene en cuenta los servicios que ofrecen. Pago 1.560 euros anuales por 52 semanas, venda o no venda, haga bueno o haga malo y en Cartes unos 860 euros. Ahí tienes la diferencia», dice.

«O pagas en el plazo o te vas a la calle, como tienen lista de espera para los buenos puestos, no hay problema en largar a la gente», asegura un vendedor

Por otro lado, echa de menos un trato más «amable» por parte del Consistorio, sobre todo «ahora que con la crisis los vendedores estamos más agobiados» y sobre todo que se estudie una rebaja de las tasas o una mayor flexibilidad en los pagos. «O pagas en el plazo o te vas a la calle, como tienen lista de espera para los buenos puestos, no hay problema en largar a la gente. Al final parece que los que vendemos en la calle somos los últimos del comercio. O lo coges o lo dejas», agrega. Otro de los vendedores de un puesto de calzado próximo afirma que «trabajando seis días a la semana las ganancias limpias rondan los 1.200 euros al mes». Quizá algo menos ahora, que la crisis deja huella en todo. También en este negocio. «Por supuesto que se nota en las ventas. Es un condicionante más para la mala situación», coinciden los vendedores, quienes aseguran que hay días en que «no llegas a vender nada y de esto viven familias enteras, hay que pagar el seguro del coche, la ITV... y luego viene la Policía y en lugar de seguir a los carteristas, como te falte un solo papel, multa y no entras al mercado».

Entre los puestos de alimentación las sensaciones coinciden. Milka González, de Embutidos Sebastián, explica que pagan unos 1.000 euros al año. Cree que es un precio «muy alto» si se tiene en cuenta además que «las ventas han bajado mucho en los últimos años». «Se habla de recuperación económica pero aquí creo que no ha llegado», apunta.

Les queda el consuelo de que la crisis sea pasajera. Lo que no lo es son las quejas por las tasas, que se escuchan como una retahíla desde hace tiempo. En boca de cualquiera como Araceli Jiménez que critica que «pagamos demasiado por el puesto para lo poco que vendemos». Entre los compradores la perspectiva es distinta. Una habitual en busca de gangas, Pilar Revuelta, dice que «el mercado está muy bien y hay mucha variedad, yo al menos siempre encuentro algo».

Mientras, el Ayuntamiento, que cobra por metro cuadrado y día, asegura que, a pesar de las quejas, «los beneficios para las arcas municipales son mínimos».

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