El paso de cebra que no va a ninguna parte

Hay en el pequeño núcleo de San Vitores (Medio Cudeyo) un misterioso paso de cebra. El 'nuevo' tramo de la autovía A-8, el que tantos años ha estado en obras cruzando un pueblo jalonado de vallas new jersey, presenta ahora unas extrañas franjas horizontales de color blanco pintadas en el asfalto. Aseguran en el lugar que es un paso para los peatones. Porque solo se diferencia en una cosa: que empieza, como todos, pero sin embargo no acaba en ninguna parte. Se puede cruzar pero no pasar. Una bionda metálica pone tope al empeño.

La desconcertante señalización dispuesta para salvar la brecha abierta por la autovía en la localidad, y que los vecinos puedan ir de un lado a otro, no cumple su función. Por allí se preguntan las razones que habrá tenido la Demarcación de Carreteras en Cantabria para hacer tal cosa, si acaso se lleva a cabo en San Vitores un experimento de tráfico, si está en ciernes alguna nueva norma... Pues bien, la explicación deja poco margen a oscuros contubernios. Es tan prosaica como que "los pintores llegaron antes que los albañiles". Los primeros hicieron lo suyo y se marcharon. A los segundos se les espera.

En el lado del quitamiedos "se va a construir una acera", han explicado desde la Delegación del Gobierno en Cantabria, porque hay allí un núcleo de cuatro casas y ya estaba previsto eliminar esa mediana y su bionda y dotar a los que viven en esas viviendas de la libertad de cruzar al otro lado por un paso de cebra.

Mientras tanto, ese paso de peatones sigue dando qué pensar...