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Las traviesas que conforman el piso del cargadero proceden de líneas .

El cargadero se cierra al paso

El Ayuntamiento decidió bloquear temporalmente al tránsito la estructura, después de que dos traviesas cayeran sobre el camino

Sheila Izquierdo

Miércoles, 19 de abril 2017, 10:45

El Cargadero de Orconera, el elemento patrimonial más emblemático de El Astillero, y el único declarado Bien de Interés Local (BIL), lleva semanas cerrado al tránsito por «cuestiones de seguridad». Desde que dos traviesas cayeran, metros abajo, sobre el camino peatonal del paseo marítimo suponiendo con ello un grave riesgo para la ciudadanía, el Ayuntamiento astillerense decidió adoptar esta medida mientras estudia de qué manera procederá a la restauración de la estructura.

Cualquier vecino que habitualmente transite por la zona, se habrá dado cuenta que, desde las fiestas de San Jose, el puente de Orconera, también conocido como Cargadero del mineral, está bloqueado al tránsito. Unas vallas, instaladas por el Ayuntamiento de El Astillero, impiden el acceso.

La medida, adoptada de manera provisional y por precaución para evitar que al pisar, se produzcan nuevos desprendimientos, fue adoptada hace semanas. Al parecer, las dos traviesas cayeron sobre el camino peatonal y ciclable del paseo marítimo, cuando se procedía a la instalación de los fuegos artificiales con motivo de las fiestas de San José. Una vez se dio aviso al Ayuntamiento de lo sucedido, este dio la orden de proceder a su cierre.

La rotura de las traviesas que componen la estructura es en cierto modo habitual, pero nunca antes se había desprendido ninguna sobre el camino de tránsito.

Así lo sostiene el concejal de Obras, Jesús María Rivas, que, aseguró que «viene sucediendo con cierta frecuencia la rotura de alguna traviesa usada del ferrocarril que forma el piso del cargadero de Orconera, pero estos días pasados, se han roto dos que estaban podridas, cayendo sobre el camino que sube desde el paseo marítimo». De ahí que, como añade el edil, «hemos creído conveniente desde el equipo de gobierno (PRC-PSOE) adoptar esta medida para garantizar la seguridad de los ciudadanos».

Proyecto de mejora

Mientras el cargadero continúa cerrado, el Ayuntamiento de El Astillero se ha puesto a trabajar en un proyecto de restauración que garantice su futuro a largo plazo y que solucione el problema generado por el deterioro de las traviesas. «Primero, vamos solicitar un estudio sobre la estructura metálica del cargadero, para asegurarnos de su solidez a la hora de plantear alguna solución técnica, y restaurar el medio puente que queda por rehabilitar y sobre el que nunca se ha actuado», aseguró el concejal.

Lo que hará el Ayuntamiento ahora será solicitar ofertas a diferentes servicios de ingenería para, luego, adjudicar el estudio de la estructura a la opción más ventajosa.

El Gobierno restaurará el puente de hierro de Solía

  • otras estructuras

  • El puente de hierro, sobre la ría de Solía, es otra estructura pendiente de una mejora para reabrir al tránsito peatonal. De hecho, al igual que el Cargadero de la Orconera, este puente (de unos 16 metros de longitud) también formaba parte de las infraestructuras del ferrocarril de El Astillero a Ontaneda, según recordó el concejal de Obras, Jesús María Rivas. Inaugurado en Junio de 1902, unía Santander y el municipio con los balnearios de Puente Viesgo y Ontaneda, y a través del Valle de Cayón (Sarón, La Penilla) entraba en el valle del Pas. El ferrocarril Astillero-Ontaneda cerró en dos etapas, correspondiéndole a FEVE la clausura de la línea. El 1 de abril de 1973 se clausuró el tramo La Cueva-Penilla a Ontaneda, y el 22 de noviembre de 1976 el cierre definitivo entre Astillero y La Cueva-Penilla, transformándose posteriormente en Vía Verde por el Ministerio de medio ambiente. Como consecuencia del deterioro sufrido por buena parte de la celosía de hierro que lo compone, se recomendaba desde hace un año, aproximadamente, no utilizarlo. Ahora, será la Consejería de Industria y Turismo la que restaure la estructura, en base a un proyecto del Ayuntamiento.

Lo cierto es que, las traviesas que componen el piso de la estructura proceden de antiguos ferrocarriles y, en la actualidad, resulta de «enorme dificultad» encontrarlas, pues porque ahora en las vías de tren se utiliza hormigón.

Las traviesas fueron instaladas en torno al año 1994, cuando a consecuencia de las obras de la autovía, se produjo la restauración del puente. Después, en 2010, el cargadero del mineral fue mejorado «pero no se realizó ninguna reforma pensando en la estructura». Solo, apuntó Rivas, «se pintó la estructura».

Es por ello que, a raíz de lo sucedido, será la primera vez que el Ayuntamiento se enfrente a la reforma de la estructura desde el punto de vista de la seguridad de los viandantes.

El cargadero de Orconera es un emblema para el municipio. No solo porque es un resquicio viviente de la actividad industrial de un municipio, sino porque en 2013 fue declarado Bien de Interés Local por el Gobierno de Cantabria en la categoría de monumento.

Según consta en la historia local del municipio y han recogido numerosas publicaciones, el Cargadero de Orconera, situado en la ría de El Astillero, se inauguró en 1894 y ha permanecido en pie desde su estreno, hasta nuestros días, con una única reforma realizada en 1902. Es, por tanto, el «símbolo inequívoco» de la época de las explotaciones mineras en la Bahía de Santander y la Sierra de Cabarga.

El embarcadero o cargadero estaba constituido por una alineación recta compuesta de tres partes: según el proyecto original, una línea de muros de 45 metros sosteniendo un terraplén interior, un paso superior al ferrocarril de Santander a Solares con 12 metros de longitud a la altura reglamentaria y el embarcadero propiamente dicho, de 66,50 metros de longitud, 6,50 metros de ancho y 8,30 metros de altura, respectivamente, sobre el terreno de la marisma.

La maniobra en el muelle era sencilla: los trenes que llegaban de los lavaderos se detenían al llegar al cargadero, descomponiéndose, marchando los vagones solos por la vía superior hasta el basculador donde se vaciaban. Una vez descargados, tomaban la vía inferior marchando solos por la pendiente que tenía para formar en una pequeña vía el tren de vuelta a los lavaderos.

El incremento del tráfico de minerales en la ría de El Astillero en el año 1902, imponía la necesidad de aumentar la capacidad de las vagonetas que transportaban el mineral y, por tanto, aumentaba el peso muerto de aquéllas y la carga que transportaban. De ahí la necesidad de reforzar el cargadero en consonancia con las nuevas cargas que había de soportar.

Los refuerzos se redujeron a la colocación de una viga longitudinal según el eje del cargadero, de varias viguetas transversales, dos en cada apoyo, y el establecimiento de una acera volada sostenida por ménsulas y destinadas al tránsito de peatones. El cargadero permaneció prácticamente invariable hasta la década de 1970, en que se sustituyeron las vagonetas por una cinta transportadora.

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