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James Wan.
James Wan: Horror de andar por casa

James Wan: Horror de andar por casa

En el terreno del cine fantástico y de terror suena cada vez más entre los aficionados

BORJA CRESPO

Jueves, 16 de junio 2016, 11:18

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James Wan (Kuching, Malasia, 1977) se ha convertido en uno de los cineastas de género más rentables -y prolíficos- del momento. Quizás es un creador desconocido para el gran público, reacio en general a quedarse con el nombre de los directores, aunque muchos espectadores hayan devorado sus películas para no dormir, pero en el terreno del cine fantástico y de terror suena cada vez más entre los aficionados, dominando el panorama reinante si hablamos en términos de recaudación. Se dio a conocer gracias al éxito de la saga 'Saw', que inauguró con una propuesta tan modesta como eficaz. Deudora de Cube, partía de una sorprendente idea macabra que se revelaba como un sádico rompecabezas a medida que avanzaba el relato. Una trama intrincada, repleta de giros imprevisibles, y un final inesperado convirtieron el proyecto en todo un clásico del horror que dio pie a una franquicia que cuenta con siete entregas, cada vez más truculentas: 'Saw VI' llegó a recibir la categoría X en nuestra cartelera y su posible censura dio pie a ríos de tinta amarillista por estos pagos, una polémica que, a la postre, significó una buena campaña mediática por la cara para una distribuidora multinacional. Wan participa como productor ejecutivo en la serie, embolsándose jugosos royalties. Esta labor engrosa su currículum en otros estrenos en la línea, realizados por diferentes cineastas, que animan igualmente a la audiencia a pasar por taquilla.

Junto a 'Saw', la cosecha de género made in Wan ha traído también 'Expediente Warren: The conjuring' e 'Insidious', con sendas secuelas. Sin duda le va lo siniestro. Se ha especializado en montar franquicias de éxito con el terror por bandera, aunque se ha abierto a otros proyectos más comerciales como 'Fast & Furious', donde firmó la séptima entrega, un desmadre a toda pastilla que pudo terminarse a pesar de la trágica muerte de Paul Walker. El no va más de las persecuciones automovilísticas, con explosiones más allá de lo imaginable. Suena para dirigir 'Aquaman', superhéroe de la escudería DC, y reflotar 'Mortal Kombat', el conocido videojuego, que ya sufrió una adaptación entrañable con el paso del tiempo. Tiene en sus manos la responsabilidad de dirigir superproducciones cargadas de efectos visuales, propuestas alejadas en cuanto a presupuesto de 'Dead Silence', su segunda película, un canto a las cintas de miedo protagonizadas por un muñeco diabólico.

'Expediente Warren: The conjuring', filme que partía de una historia real, protagonizada por una pareja de afamados investigadores de fenómenos paranormales, un matrimonio de demonólogos, no sólo funcionó en la taquilla, también se llevó el beneplácito de la crítica especializada. La película no ocultaba sus trucos, más bien los multiplicaba -estridente banda sonora en los momentos adecuados y demás recursos trillados-, como ocurre en 'Insidious', confirmando una corriente extendida que apuesta por lo domesticación del género fantaterrorífico en pos del entretenimiento mainstream. Cine de horror comercial, con las multisalas como hábitat natural. Relatos mascados, correctamente desarrollados, sin sorpresas salvo los sustos esperados, para el deleite del gran público. Imágenes dirigidas a aquellos que acuden a la sala oscura para pasar un rato de angustia, acurrucados en la butaca, sin más quebraderos de cabeza. Curiosamente, suelen ser historias con un claro mensaje conservador, pero no hay que quitar méritos a este tipo de producciones que consiguen su objetivo.

'Expediente Warren: The conjuring' recaudó más de lo esperado, por ello contó con un spin-off, 'Annabelle', que no cumplió con las expectativas. Wan figuraba como productor. La secuela, más ambiciosa si cabe, no se ha hecho esperar y se estrena este fin de semana. De nuevo dirige el amo del show. Expediente Warren: El caso Enfield clausuró el pasado mes la cuarta edición de Nocturna, festival dedicado al cine fantástico celebrado en Madrid, donde causó sensación en un pase lleno hasta la bandera donde se escucharon gritos de pánico del bueno durante toda la proyección, risas nerviosas y tensión continua en el ambiente, confirmando el arte de Wan para llegar al público sabiendo lo que hace: explorar al máximo los lugares comunes del género y exprimir sus tics con conocimiento de causa, estudiando en todo momento dónde poner la cámara. Vera Farmiga, nominada al Oscar ('Up in the Air'), y Patrick Wilson ('Young Adult') encarnan de nuevo, con excelente pie, a Ed y Lorraine Warren, el matrimonio bien avenido especializado en resolver misterios sobrenaturales.

'Expediente Warren: El caso Enfield', como la primera entrega de una saga que promete ser más explotada ha barrido en USA a 'Warcraft'-, parte también de una historia real. Los Warren son nuevamente requeridos por una familia desesperada ante el horror de una presencia molesta que rompe el equilibrio de su hogar. Los Enfield, una madre soltera con cuatro hijos, viven en el norte de Londres, en una casa, aparentemente normal, en la que empiezan a suceder fenómenos extraños que pasan a ser pasto del sensacionalismo de los medios de comunicación. Los demonólogos reciben una llamada del Vaticano para que investiguen el caso sin que salga a la luz. Si es un fraude, o no, está por ver. Los Warren están confusos ante lo que ven, a ratos parece una farsa, pero si es real pueden encontrarse ante una de las mayores amenazas de su trayectoria. Esta premisa, tan poco original como efectiva, invita al espectador a sentarse en la butaca de la sala oscura y viajar en el tren de la bruja. La montaña rusa de sustos va a un rimo endiablado, a pesar de contar con más de dos horas de metraje. Un torbellino de sensaciones, con toques de humor y pausas medidas que aligeran el entretenido tormento deseado a propósito por el público desprejuiciado.

Entre el maremágnum de producciones terroríficas que ven la luz en los últimos tiempos, aquellas que llevan el sello de Wan, sea como director o figurando en la producción, destacan por encima del resto, sobre todo porque están rodadas con cabeza. En Expediente Warren: El caso Enfield da gusto dejarse llevar por la angustiosa atmósfera y por una cuidada puesta en escena y dirección artística. A pesar del paternalista mensaje, funciona de un modo escalofriante.

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