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Alba August deslumbra en la piel de Astrid Lindgren.
Cartelera

Pippi Calzaslargas, hija de madre soltera

'Conociendo a Astrid' es un emocionante retrato biográfico de la escritora sueca que creó a la niña más rebelde de la literatura infantil, un icono del feminismo que se rebeló contra su destino tras una precoz maternidad

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Jueves, 28 de marzo 2019

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«¿Cómo escribes tan bien sobre ser un niño cuando tú hace tanto tiempo que no lo eres?». La pregunta la formula un crío en una de las miles de cartas que recibía Astrid Lindgren (1907-2002), la escritora sueca que ha pasado a la posteridad por ser la autora de Pippi Calzaslargas. En los primeras imágenes de 'Conociendo a Astrid', la escritora en su vejez, rodeada de libros y sacas de correo, recibe el cariño de los jóvenes lectores que tuvieron en Pippi Calzaslargas un referente. Su funeral, celebrado un 8 de marzo, fue digno de un jefe de estado, con su féretro en un carruaje seguido de un caballo sin ensillar y miles de personas desfilando por Estocolmo.

La serie de 1969 popularizó en nuestro país la figura de una niña rebelde y excéntrica, que desafía el mundo adulto y vive con absoluta libertad. Nada que ver con las princesas y demás representaciones de las mujeres en los cuentos y libros para chavales. Lindgren creció en un entorno rural y en el seno de una familia de firmes convicciones religiosas. No se dedicó a la escritura hasta los 40 años. Es la cuarta autora de libros infantiles más traducida del mundo después de Enid Blyton, Hans Christian Andersen y los hermanos Grimm. 165 millones de libros conforman el legado de esta incansable defensora de los derechos de los niños, que abordó en su obra con naturalidad la soledad y la muerte.

'Conociendo a Astrid' narra cómo su protagonista se convirtió en escritora y en una mujer libre. Al contrario que en otros 'biopics' sobre artistas, el filme se detiene antes de que creara la obra que le brindó fama y fortuna. No aparece Pippi Calzaslargas. Ni siquiera la vemos pergeñando los primeros borradores. La directora Pernille Fischer Christensen prefiere mostrarnos el entorno donde creció y un hecho clave en su vida: ser madre soltera a los 18 años, lo que la obligó a exiliarse a Estocolmo primero y a Dinamarca después. La película tampoco muestra las dos terribles pérdidas en su madurez: la de su hija de siete años, para la que inventó el personaje de la niña pelirroja de coletas tiesas cuando estaba enferma, y la de su hijo Lars, que murió a los 56 años.

Alba August, hija del realizador Bille August y la actriz Pernilla August, deslumbra en la piel de una joven rebelde e inteligente, que empieza a sospechar que en la vida hay algo más que las faenas del campo y los rezos en la iglesia. Pernille Fischer Christensen no carga las tintas en el retrato de los padres de la protagonista, temerosos de dios y de la presión social en un pequeño pueblo. Cuando Astrid comienza a trabajar como becaria en un periódico local se fragua su talento como fabuladora. El director del diario, divorciado y con siete hijos, queda prendado de su luz y la deja embarazada.

Arriba, la auténtica Astrid Lindgren junto a la niña protagonista de la serie sobre Pippi Calzaslargas, Inger Nilsson. Abajo, fotogramas del filme.
Imagen principal - Arriba, la auténtica Astrid Lindgren junto a la niña protagonista de la serie sobre Pippi Calzaslargas, Inger Nilsson. Abajo, fotogramas del filme.
Imagen secundaria 1 - Arriba, la auténtica Astrid Lindgren junto a la niña protagonista de la serie sobre Pippi Calzaslargas, Inger Nilsson. Abajo, fotogramas del filme.
Imagen secundaria 2 - Arriba, la auténtica Astrid Lindgren junto a la niña protagonista de la serie sobre Pippi Calzaslargas, Inger Nilsson. Abajo, fotogramas del filme.

Abandonar a su hijo recién nacido a cargo de una amorosa mujer en Estocolmo fue el gran drama de Astrid Lindgren, que tuvo que romper las cadenas de su familia, su comunidad y un sistema patriarcal que le reservaba un trabajo de secretaria y la vergüenza de ser madre soltera. Las escenas en las que grita junto a sus hermanos o baila frenéticamente un charlestón sola para expulsar su rabia anticipan los comportamiento de la brava Pippi. A la dirección elegante y contenida de la directora se une el conmovedor trabajo de su protagonista, que nos conduce de la inocencia de la juventud al dolor de una madre que tiene que volver a ganarse a su hijo.

«Pasé gran parte de mi infancia en los bosques de Småland», descubre Pernille Fischer Christensen. «Era una vida sencilla, sin electricidad ni agua caliente, sin inodoro, teléfono ni televisión. Sin otros niños. Solía aburrirme y estaba muchas veces sola. Por suerte, fui capaz de sumergirme en los libros de Astrid Lindgren. Ella fue la primera persona que me hizo reflexionar en mi propia existencia. Me enseñó que la maldad y la bondad existen, que hay que plantarle cara a la muerte. Que el perdón es posible, pero que la fe en la vida es la fuerza más poderosa».

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