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Isabelle Huppert es la protagonista de 'Happy End' (2017).
'Happy End': La familia mal, gracias

'Happy End': La familia mal, gracias

ESTRENOS ·

Michael Haneke evidencia la creciente incomunicación humana con el avance de las nuevas tecnologías

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Miércoles, 18 de julio 2018

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'Happy End', lo último de Michael Haneke, comienza con varios planos grabados con el móvil de una pre-adolescente en formato vertical, como mandan los cánones del formato doméstico en el día a día. La niña chatea sobre las imágenes, emitiendo en directo, sumiéndonos en una realidad desconcertante. No parece llevarse bien con la madre. Le sigue la toma de una cámara que vigila una obra en construcción con el sonido de una radio de fondo. Ocurre un accidente que desequilibra la estampa.

En muy poco tiempo el cineasta austriaco nos ha situado en mitad de un drama donde se desmoronan los cimientos de una familia burguesa que lo tiene todo y le falta todo, encarnada por un reparto coral de escándalo que habla con gestos y pocas palabras (tremenda la escena en un karaoke que define por completo a uno de los personajes).

Una sucesión de planos secuencia, con especial querencia por la cámara fija, algún paneo meramente descriptivo cuando toca y puntuales despliegues técnicos, retratan algunos de los males latentes del siglo XXI. Despojada de música, la película parece querer aunar todas las obsesiones del responsable de 'Funny Games', exponiéndolas con una sencillez aparente que entronca con nuestra sobreexposición en las redes sociales, herramientas que responden a una necesidad de encontrar la aprobación de los demás y escondernos en la piel de otro. La vida diaria como una cárcel de sentimientos. La decadencia de un legión de almas perdidas con problemas de empatía.

Fantine Harduin en una escena de 'Happy End' (2017).
Fantine Harduin en una escena de 'Happy End' (2017).

La incomunicación en los tiempos de las nuevas tecnologías, presentes a lo largo del metraje, preocupa a Haneke, más condescendiente de lo habitual, cómodo en su decisión de describir el horror cotidiano sin caer en los escabroso como en anteriores ocasiones. Los retazos que nos muestra de la existencia de una familia acomodada le permiten escarbar en la conciencia de una realidad que se tambalea, dinamitada por los traumas.

El final feliz al que alude el título no parece llegar nunca. Es todo mentira. 'Happy End' no es la propuesta más brillante de su excelente filmografía, pero mantiene su inconfundible toque de calidad y autoría. Se agradece la banda sonora desnuda. El reparto, con la inmensa Isabelle Huppert a la cabeza de una dinastía vacía con tendencias autodestructivas, prisionera de sí misma, incapaz de relacionarse con normalidad, corona uno de los estrenos más seductores del fin de semana.

Vídeo. Tráiler de 'Happy End' (2017).

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