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Thomas Jay Ryan en una escena de 'Henry Fool' (1997).
'Henry Fool'

'Henry Fool'

Joyas impopulares ·

El director Hal Hartley combina la complejidad, sutileza y extravagancia de un mosaico humano conformado por perdedores, inadaptados, perdidos, extraños y distantes

Guillermo Balbona

Santander

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Jueves, 21 de junio 2018

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Si alguien merece el calificativo de independiente, traza una creación coherente entre obsesiones, estilo y mirada ese es Hal Hartley, cineasta de 'Trust', uno de los pioneros de ese territorio al margen de los grandes estudios. Además ha pasado de ser un autor de culto al olvido, de la personalidad narrativa a un distanciamiento extraño.

El director de 'Ned Rifle', su última película estrenada, mientras coquetea con las series de televisión, retrata en 'Henry Fool' a uno de esos personajes encantadores de serpientes, seductores, con un ego desmesurado que, sin embargo, resulta atractivo.

El vínculo entre un barrendero introvertido de familia hoy desestructurada, siempre inadaptada, y un ex presidiario condenado por delitos sexuales fundamenta esta cinta planteada por el cineasta como el arranque de una trilogía que se abrió en 1998 y prosiguió en 2007 con la marginada 'Fay Grim' –que en un principio ni siquiera llegó a estrenarse en España–, hasta alcanzar la citada y, más reciente, 'Ned Rifle'.

Uno de los carteles promocionales de 'Henry Fool' 81997).
Uno de los carteles promocionales de 'Henry Fool' 81997).

Nominada para la Palma de Oro de Cannes, aunque sólo obtiene el premio al mejor guión, la escritura del Hartley que nos ocupa es un paseo por la turbiedad, un inquietante retrato de la marginación, como casi todo su foco, en el que la crítica y lo oscuro, la extrañeza, envuelven a los personajes.

Lo dijo en España hace apenas diez años, «la industria acalló a los cineastas independientes de los noventa, aunque eso sea natural. La fuerza motriz del cine es el negocio y el negocio es conservador por naturaleza. Al final, se acaba produciendo algo convencional con la pátina de cine independiente. Es el resultado de un proceso inevitable: lo indie es hoy una apariencia y no una sensibilidad».

El cineasta de 'Simple men' se sumerge siempre en perdedores, inadaptados, perdidos, extraños, distantes. El suyo perfila un microcosmos de vidas entre el malditismo y la influencia maligna ajena. En 'Henry Fool', como sucedería más tarde con 'Fay Grim', el cine le sirve a Hartley para hablar de un estado del mundo, de nuestra contemporaneidad. Lo que hace singular a su caligrafía visual, a sus retratos emocionales, es esa máscara de presente del indicativo que nunca elude los rostros de la memoria y que genera un relato sobre nuestro lugar y entorno.

Thomas Jay Ryan, James Urbaniak y Parker Posey en diversas escenas de 'Henry Fool' (1997).
Imagen principal - Thomas Jay Ryan, James Urbaniak y Parker Posey en diversas escenas de 'Henry Fool' (1997).
Imagen secundaria 1 - Thomas Jay Ryan, James Urbaniak y Parker Posey en diversas escenas de 'Henry Fool' (1997).
Imagen secundaria 2 - Thomas Jay Ryan, James Urbaniak y Parker Posey en diversas escenas de 'Henry Fool' (1997).

Hartley, siempre fiel a su estilo, consigue en cada película dejar una huella abierta hacia caminos insondables basados en lo inasible. Hartley es un manipulador sin artificios, dotado de naturalidad, que combina complejidad, sutileza, extravagancia. Por ello sus aparentes dramas trascendentales resultan cómicos, y sus perfiles gruesos, casi paródicos, rebosan verdad, complicidad y empatía.

Es un cine de pasarela de impurezas, de material opaco, que deja la puerta abierta a personajes de una tipología enfermiza, con envolturas de seductoras bandas sonoras y carismáticos intérpretes, además de diálogos siempre superficialmente hondos como el pinchazo de un alfiler, cuya herida nunca resulta banal.

El escritor, el creador, el artista, el basurero crean aquí una ecuación donde la acidez, el juego de iniciación y educación sustentan el universo íntimo que se desprende de un solitario marginado. En este sentido, el cineasta subraya la metáfora sobre la decadencia cultural de nuestro tiempo.

El director de 'Amateur', quizás su cinta con más gancho en España, recorre un tratado vital de criaturas que realizan travesías de ida y vuelta entre el fracaso, la autocrítica y el pesimismo, el perfume que impregna toda su obra. 'Henry Fool' es un mosaico humano de extraña complejidad donde el aprendizaje social, lo iniciático siempre mediatizados por personajes construidos sobre una insatisfacción vital.

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