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Borja Crespo
Jueves, 16 de noviembre 2017
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'Caniba', un retorcido documental que bucea en la vida de un conocido caníbal japonés, convertido en una suerte de 'rockstar' en decadencia en su país, donde ha protagonizado películas porno y firma un blog culinario, entre otras lindezas que lo han impulsado al estrellato, provocó huidas del auditorio durante su pase en el reciente festival de Sitges. Sin ser explícito gastronómicamente hablando, logró perturbar a los presentes en el patio de butacas mientras ofrecía un fascinante retrato de la sexualidad malsana latente en el País del Sol Naciente. De lo mejor del evento catalán.
Sin embargo, el gran premio se lo llevó 'Jupiter´s Moon', que se empareja con la propuesta antepuesta porque también invitó a los espectadores a escapar de la proyección, esta vez por culpa del tedio. La nueva producción de Kornél Mundruczó, que encandiló a algún despistado con 'White Dog', su anterior obra, encaja mejor en el marco del cine social que en el género fantástico. La excusa sobrenatural, la capacidad de levitar del protagonista, un refugiado intentando sobrevivir a las adversidades, se antoja una mera excusa para ofrecer algunas imágenes espectaculares, poderosas visualmente pero terriblemente frívolas. Un ritmo pausado, irritante, alarga una historia que intenta sobresalir tirando de algunos trucos de magia informática que nublan un mensaje trillado y cansino. Bajo la intención de trascender se esconde la nada. Eso sí, subrayada.
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