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Michael Haneke e Isabelle Huppert durante el Festival de Cannes de 1999. Reuters
Isabelle Huppert & Michael Haneke, inquietante (y genial) dueto artístico

Isabelle Huppert & Michael Haneke, inquietante (y genial) dueto artístico

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El director y la actriz, que iniciaron sus colaboraciones como dueto artístico en 'La pianista', estrenan 'Happy End', una cinta sobre la incomunicación en la era tecnológica

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Miércoles, 18 de julio 2018

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«Si una película da la opinión del autor sobre los personajes, deja de interesarme, ya no me apetece seguir viéndola». Son palabras de Michael Haneke (Munich, 1942), el polémico artífice de 'Funny Games' (1997) por partida doble, una mirada cáustica a la representación de la violencia en la ficción que tuvo un remake producido en Hollywood que el propio realizador austriaco rodó de nuevo, plano a plano, diez años después.

Lo último del director en llegar a las pantallas es 'Happy End', la radiografía virulenta de una familia acomodada que comienza con varios planos grabados con un smartphone. A golpe de snapchat, sin alardes técnicos ni un soundtrack de apoyo, se preocupa por la incomunicación actual, la falta de empatía y el reinado de las nuevas tecnologías, con las redes sociales como símbolo perfecto de la tremendista escenificación de los traumas del ser humano en el último siglo. Su personal visión de una realidad perturbadora mantiene el pulso, aunque se muestre más contenido de lo habitual.

Cineasta autoral incontestable, Haneke ha vuelto a contar con su musa, Isabelle Huppert (París, 1953), con la que ha trabajado en cuatro ocasiones, incluyendo la demoledora 'Amor' (2012), ganadora del Oscar a la Mejor película de habla no inglesa, así como la Palma de Oro del festival de Cannes de 2012, una conmovedora reflexión sobre el dolor y la muerte. 'Happy End' se decanta por un reparto coral nada desdeñable, fiel a la necesidad de contar con el saber estar de artistas que se expresan con el cuerpo, evitando verbalizar sensaciones y subrayar la historia innecesariamente.

Huppert, con una excelente filmografía a sus espaldas, atiende perfectamente a las necesidades del responsable de la inquietante 'Caché' (2005). La veterana actriz gala lo dio todo en la descorazonadora 'La pianista' (2001), con alguna escena extrema, sórdida hasta apartar la vista, imposible de borrar de la retina. Por su desequilibrado personaje se llevó sendos premios a la mejor actriz en Cannes y en los galardones del Cine Europeo. Un derroche de talento frente a las cámaras que se multiplica cuando se entiende con quién dirige su entrega, interpretando roles de mujeres desencajadas, con una compleja vida interior.

Escena de Isabelle Huppert en 'El tiempo del lobo' (2003).
Escena de Isabelle Huppert en 'El tiempo del lobo' (2003).

'El tiempo del lobo' (2003) es una de las colaboraciones menos populares entre Huppert y Haneke. En ella el implacable autor vuelve a hurgar en las bajezas del ser humano. Fue su esperado regreso a las salas de cine tras el éxito de crítica de 'La pianista', filme que le valió el Gran Premio del Jurado en Cannes. Huppert encabeza el reparto de una obra apocalíptica en cuya promoción Haneke tuvo que defenderse de las acusaciones de cineasta tremendista: «Los pesimistas son los que hacen filmes de entretenimiento», afirmaba por entonces con contundencia, mientras no dudaba en recalcar en toda entrevista que su última obra «no trata sobre el futuro, sino sobre el mañana», y por lo tanto «no es una película de ciencia-ficción».

Fuera ciencia-ficción o no, 'El tiempo del lobo', título que significa el momento anterior al Apocalipsis según la mitología germánica, recrea el caos que puede reinar en nuestra sociedad tras una terrible catástrofe. Un grupo de personas huye de la ciudad al campo para evitar el horror, pero no son los únicos que han optado por la misma vía de escape, saliendo a relucir la insolidaridad y el alto grado de mezquindad de nuestra civilización.

Lo que comienza como relato familiar termina por convertirse en un drama colectivo en una imaginada Francia sin agua ni electricidad, revelándose como la excusa perfecta para que Haneke, fiel seguidor de la obra de Ingmar Bergman, francotirador del cine europeo, explore las reacciones del hombre ante situaciones extremas. «La familia es el fundamento de la sociedad y también un magnifico modelo para mostrar su lado oscuro», señala el cineasta, obsesionado con interrogar al espectador sobre sus temores y más bajos instintos.

Michael Haneke e Isabelle Huppert durante la presentación de 'Amour' en el Festival de Cannes de 2012.
Michael Haneke e Isabelle Huppert durante la presentación de 'Amour' en el Festival de Cannes de 2012. AFP

El tiempo de Isabelle Huppert

'El tiempo del lobo' retrata una civilización hundida, donde la violencia campa a sus anchas y la falta de ética es algo notorio. El cineasta alemán, nacionalizado austriaco y residente en Francia, dibuja un mundo oscuro, donde pululan almas sombrías que buscan aire en una atmósfera de asfixia. Es su trabajo más antropológico, nada que ver con una película de catástrofes al uso, a pesar de lo que pueda indicar a simple vista su argumento, según demuestra el hecho de que nunca sepamos con certeza cuál ha sido la causa del advenimiento del Apocalipsis: quizás un holocausto nuclear, quizás una epidemia de un virus mortal desconocido... Poco importan las causas físicas de nuestra destrucción, una guerra bacteriológica o una enfermedad mutante, si la razón real de la aniquilación del hombre está en su interior.

Haneke estudia el comportamiento humano y, como viene siendo habitual en su obra, busca la máxima objetividad en su trabajo, así como el diálogo con el público, alejándose de clichés. «Cada toma es una manipulación, pero puedo servirme de ella para crear una influencia en el público en una determinada dirección o para que al final de la película se queden muchas preguntas abiertas, esta es mi forma de dramaturgia ideal», señala. Para lograr su empeño, el responsable de otros títulos de desasosegante resultado como 'Benny´s Video' (1992) o '71 fragmentos de una cronología del azar' (1994) opta por soluciones tan inusuales como arriesgadas. Cabe destacar, en este aspecto, la ausencia de música como recurso expresivo habitual en su carrera y la recreación de una violencia seca, rodada como algo banal.

Isabelle Huppert en el documental 'Michael H.', oda a Michael Haneke (2013).
Isabelle Huppert en el documental 'Michael H.', oda a Michael Haneke (2013).

Huppert brilla en el casting de 'El tiempo del lobo'. Fue la encargada de entregar la Palma de Oro del Festival de Cannes a Haneke por 'La cinta blanca' (2009). Habla sobre 'Happy End', su nueva pieza conjunta: «Es un retrato de familia y todo lo que ello implica», cuenta. «Una visión muy ligera de una familia, sin psicología, sólo hechos. El objetivo es que todo el que la vea pueda crear su propia película». Quizás 'Código Desconocido' (2000) sea lo más cercano a esta última propuesta del incansable Haneke, acostumbrado a tratar temas espinosos sin perder un ápice de tensión en una realidad fatua.

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