El horno de leña de la Puebla Vieja de Laredo

Con el paso de los años, La Abadía se ha convertido en una referencia de la cocina tradicional, con un amplio abanico de opciones para que el cliente pueda decantarse por la carne o por alguno de los numerosos menús que tienen definidos en este restaurante. David en la cocina e Iván en sala, tras una reforma del local, han apostado con acierto por dar continuidad al trabajo realizado y por seguir una línea donde el producto es el principal protagonista de una oferta gastronómica sencilla y casera, en la que tiene un papel fundamental el horno de leña, que da un toque especial tanto a carnes como a pescados.

El mesón La Abadía cuenta con dos comedores, en sendas plantas, en los que el cliente podrá disfrutar tanto del menú del día -o de fin de semana- como de la carta. De lunes a viernes, el menú de 15 euros consta de numerosas opciones. Para el primero hay cocido montañés, verduras salteadas con jamón, revuelto de setas, gambones a la plancha, ensalada, jamón de bodega con queso o arroz a la marinera. Y para el plato principal, entrecot al queso, secreto o lagarto ibéricos, huevos con chorizo y pescado del día. Para el postre, tarta, flan, helado o yogurt. El precio incluye la bebida. Los fines de semana el menú se mejora hasta llegar a 18 euros.

Haciendo 'patria', en La Abadía trabajan con los respigos, una de las referencias gastronómicas de la villa pejina. Así, lo mismo proponen unos respigos con chorizo que un arroz autóctono con respigos, siempre en temporada.

Precisamente los arroces son una de las especialidades de la casa. Además del citado, también sugieren el de bogavante con almejas y el de boletus, foie y calamar o la paella de marisco.

Siguiendo con las especialidades, hay que detenerse con las carnes que se elaboran en horno de leña, caso del lechazo, el cabrito o el cochinillo. También se elaboran a la brasa las carnes rojas -chuletón de vaca frisona, entrecot, solomillo, chuletillas- y las carnes ibéricas -pluma, secreto, presa, lagarto-.

En el caso de los pescados, también se aprovecha el horno de leña para dar al rodaballo o a la lubina un toque especial. El bacalao lo preparan sobre tomate confitado. Y la gran especialidad, con un toque original, es el rape ibérico, que en cocina rellenan de foie y acompañan de boletus.

La carta también está bien surtida de raciones para completar un ameno picoteo, con fritos, conservas y semiconservas, embutidos y ensaladas frías y calientes. En guisos de cuchara está bien ejecutado el cocido montañés, y como buen establecimiento de costa, también hay un rincón dentro de la carta para el marisco (zamburiñas, gambas, cigalas, almejas, bogavante o langostinos)...

Otro aspecto de interés para el cliente son las propuestas cerradas en forma de menús para dos personas, con precios que oscilan entre los 46 y los 66 euros. Así hay menú del chuletón, del lechazo, parrillada de marisco, parrillada de pescado, parrillada de carne roja o parrillada de carne de cerdo ibérico a la brasa. Igualmente hay un combinado especial con chuleta por 20 euros y un menú especial de chuleta de vaca frisona con guarnición, por 24.

En postres caseros, destacan el flan de la casa, la tarta de queso, la tarta de hojaldre, el coulant de chocolate caliente y los canutillos a la crema.