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Osaka es la tercera ciudad más grande de Japón, después de Tokio y Yokohama.
Osaka

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LA OPINIÓN ·

A poco más de dos horas de Tokio, para muchos es la capital gastronómica del Japón sobre todo de la cocina callejera

Carlos Maribona

Santander

Lunes, 26 de noviembre 2018, 19:20

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Me gusta Japón. Y no sólo por su variada y rica gastronomía, que va mucho más allá del sushi. Me gusta su gente, amable, educada, cívica, siempre con la sonrisa en la boca. Me gusta el orden con que se rigen, dentro de un aparente caos perfectamente organizado. Me gusta la limpieza de sus ciudades. Me gusta viajar en un tren de larga distancia, o incluso en el metro, y que no suene el timbre de un solo teléfono móvil a pesar de que casi todos los viajeros lo van usando. Me gusta la luz que irradian las ciudades y me gusta el respeto por las tradiciones. Me gusta la pasión por el perfeccionismo, por el trabajo bien hecho. Algo que aplican también a la cocina. Los maestros, sean de sushi, de tempura o de unos sencillos fideos de soba, buscan por encima de todo la excelencia como forma de destacar.

El lunes regresé de un viaje a Japón. Ha sido la cuarta vez que he visitado ese país y sin embargo no he dejado de sorprenderme desde el primer día. En cada ocasión descubro cosas nuevas que me seducen.

Esta vez ha sido Osaka, una ciudad a poco más de dos horas de Tokio en el eficiente tren bala. Para muchos es la capital gastronómica del Japón. Probablemente. Lo que sí es seguro es que se trata de la capital de la cocina callejera. Una cocina que asociamos con países más pobres y que sin embargo allí tiene una destacada presencia.

Es una maravilla para el aficionado recorrer la célebre calle Dotombori y sus aledañas, donde hay puestos en los que se vende de todo. Abundan los takoyakis, unas populares bolitas de masa rellenas de pulpo, el cangrejo (una especie de centollo muy cotizado) y los ramen. Calle con un punto kitsch, llena de luz, color y sonido, que hay que recorrer por la noche, con sus fachadas presididas por gigantescas reproducciones de animales que representan lo que allí se sirve: cangrejos, bueyes o incluso un enorme pez globo que indica que allí puede comerse el famoso fuku, pescado venenoso que sólo especialistas muy cualificados pueden preparar.

Osaka está muy cerca de Kobe, donde se crían los famoso bueyes. Por eso una de las estrellas culinarias de la ciudad es la carne de wagyu, que puede encontrarse en muchos restaurantes. Si tienen ocasión pruébenla en un shabu shabu, ligerísimamente cocida en un caldo hirviente junto a diversas verduras. Y en carnicerías como Hariyu se la venderán en bonitas cajas de regalo. Al fin y al cabo, para los japoneses esta carne es una joya.

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