«Hemos salido adelante gracias al auge de la venta online y a domicilio»
Es la repostera de La Tahona Cántabra, un obrador artesano fundado en el año 2000
María del Mar Celador y Alberto Martínez, junto a su hija Sandra, son el alma de La Tahona Cántabra, un obrador artesano ubicado en la localidad palentina de Pomar de Valdibia. Desde que pusieran en marcha el obrador, durante estas dos décadas los mercados medievales y temáticos que se organizan por toda España han sido el escaparate para todos los productos que elaboran.
-¿Cuáles son sus orígenes como repostera artesana?
-No es una herencia directa porque los confiteros eran mis suegros. Ellos tuvieron la confitería Caprichos, en Santander y en el año 90 la cogimos Alberto y yo. Aunque soy técnico especialista de Educación Infantil, en lugar de abrir una guardería me puse a trabajar en el obrador. Podría decir que soy la segunda generación y mi hija Sandra Martínez, que ya trabaja con nosotros en el obrador, la tercera, además va a continuar con ello.
-¿Cómo surge La Tahona?
-En el año 2000, mis hermanos, que tenían un puestos de venta ambulante en mercados medievales con diferentes productos, nos comentaron que hacía falta un puesto de repostería y dulces artesanos para el mercadillo que se instalaba en Puertochico con motivo del Mundial de Vela Olímpica en 2014... Nos pareció una opción de venta interesante por lo que decidimos sumarnos a otros mercados para promocionar nuestros productos. Así surgió La Tahona Cántabra. Durante dos años estuvimos compaginamos la confitería y los mercados y finalmente nos quedamos con la repostería medieval. Compramos una nave en Palencia y construimos el obrador aquí por el clima. Tanto mi hija como yo somos asmáticas.
-¿Con qué se identifica más, con la panadería o con los dulces?
-Con los dulces porque hacemos muy poca panadería, solo elaboramos pan los domingos para vender a los vecinos en la zona de Aguilar.
-¿Cómo son los dulces medievales? ¿Qué os distingue?
-En nuestro obrador tenemos mecanizados los procedimientos justos para no perder la tradición de nuestros dulces, una repostería muy artesanal, similar a los dulces de convento, hecha con ingredientes naturales y mucho cariño. Siempre compramos materias primas de calidad, especialmente las harinas, sin refinar, la mantequilla y los huevos. Las harinas y el hornear es una base importante para que te quede bien el producto, y luego utilizamos nuestros huevos, de gallinas que viven en libertad alimentadas con lo que nos da la huerta y otros frutos. Tenemos varios proveedores de Cantabria y hacemos fermentaciones lentas, mínimo 12 horas, de un día para otro.
-¿Cuáles son las especialidades y productos más vendidos?
-Las rosquillas de anís, el hojaldre y los sobaos son, de todos los productos que elaboramos, los más vendidos. También hacemos croissants, magdalenas variadas, galletas de mantequilla, cookies, quesadas, tarta de hojaldre, crema y nata, tarta selva negra, bizcochos... Recogemos encargos, a través de la web o por teléfono, y también para restaurantes de la zona de Valderredible y Polientes y enviamos a toda España. Generalmente trabajamos sobre pedido, porque elaboramos todos los días en función de la demanda.
-¿Cómo se han reinventado sin ferias ni mercados?
-Lo hemos intentado solventar potenciando la venta a domicilio y en Navidad la campaña de roscones fue un éxito. El negocio es familiar, estamos Alberto, nuestra hija Sandra y yo. Los tres elaboramos y salimos a los mercados y hemos sido una piña.
Los mercados se van reactivando, recientemente hemos estado en Barcelona y en Cantabria tenemos previsto estar los días 6, 7 y 8 de agosto en Argoños, aunque esperamos que vayan surgiendo más cosas. A medio plazo no descarto volver de nuevo a Santander con un despacho de repostería.
-¿Algún proyecto a corto plazo?
-Potenciar el uso de redes sociales (@latahonacantabra) y el comercio electrónico para promocionar y vender nuestros productos, porque hemos podido salir adelante gracias a ello, y además seguir trabajando con las empresas que organizan los mercados medievales y romanos, tanto en Santander, donde hemos estado durante 20 años, como en Madrid, País Vasco y Cataluña, donde tenemos muchos clientes.
