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Los jefes de servicio de Inmunología de Valdecilla, Marcos López Hoyos, y de Oncología, Fernando Rivera (derecha)
«Conseguir que el sistema inmunitario venza al cáncer es toda una revolución»

«Conseguir que el sistema inmunitario venza al cáncer es toda una revolución»

La inmunoterapia avanza con «unos resultados espectaculares» aunque su potencial «está aún por descubrir», destacan los jefes de Oncología e Inmunología de Valdecilla

Ana Rosa García

Domingo, 5 de junio 2016, 09:23

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Imagine que las células tumorales disponen de una coraza que inutiliza las defensas del organismo. Un escudo que las hace fuertes impidiendo que el sistema inmunitario pueda responder a su avance. Esa protección obliga a 'bombardearlas' desde el exterior. Las armas de ataque son la cirugía, la radioterapia o la quimioterapia. Ahora imagine que se detecta el punto débil de esas células y logra resquebrajarse ese escudo, dejando vía libre al sistema inmune para que combata por sí solo al cáncer.

Esa es la batalla que se está librando de la mano de la inmunoterapia, una estrategia que «empieza a dar sus primeros pasos», que aplicada al cáncer supone «toda una revolución en medicina», aunque «su auténtico potencial aún está por descubrir». El hospital Marqués de Valdecilla es uno de los pioneros en ofertar estos innovadores tratamientos, la mayoría en fase de ensayos clínicos, previa a su comercialización. Los servicios de Inmunología y de Oncología, liderados por Marcos López Hoyos y Fernando Rivera, respectivamente, están decididos a potenciar juntos «esta herramienta esencial» porque «asistimos a un cambio brutal en la lucha contra el cáncer».

«El sistema inmunitario le tenemos para combatir las infecciones, pero también para combatir los tumores; son los dos agentes de peligro que detecta el organismo y frente a ellos el sistema inmune actúa», explica López. La investigación en este campo ha tardado en dar sus frutos, pero en los últimos años se ha demostrado que «se está abriendo un campo inmenso. De todo el arco que se puede llegar a tratar, ahora estamos utilizando apenas un 1%», añade.

En la actualidad, los ensayos de moléculas relacionados con la respuesta inmunitaria, para introducir en el tratamiento de pacientes oncológicos, están en «plena ebullición» -hay cientos en marcha-. El más avanzado es el que bloquea la molécula PD1 con anticuerpos monoclonales (creados en laboratorio).

¿Cómo funciona? «Una de las formas por las que los tumores son agresivos es porque tienen mecanismos de inmunoevasión, han aprendido a inducir células que inhiben la respuesta inmunitaria antitumoral. Cuando nos hemos centrado en esos mecanismos, hemos visto que atacando la molécula PD1 podemos conseguir que no escape y evitamos que el tumor crezca», responde el inmunólogo.

Respuesta «increíble»

«Se está logrando algo tan increíble como que gente desahuciada sobreviva al cáncer y lo haga durante años», destaca Rivera. Esos tratamientos que «han revolucionado todo» y que ya están llegando a los pacientes (aunque sea en fase experimental y preclínica) son los denominados 'check point inhibitor' (inhibidores de los puntos de control inmunitario).

Los anticuerpos monoclonales, que se inyectan al paciente por vena y sin que requiera ingreso, anulan el escudo del tumor y hacen que se dispare la respuesta inmunitaria. La «enorme» diferencia de esta estrategia frente a los tratamientos previos es que «logramos que el sistema inmune del enfermo empiece a funcionar frente al tumor y esa respuesta es duradera en el tiempo. Hasta el punto de que podemos hablar de pacientes que antes no se curaban, aunque igual vivían 4 o 5 años más, y que ahora se curan porque su propio sistema inmune se encarga de combatir por sí mismo al cáncer». Con la ventaja añadida de que presenta menos efectos adversos y es una terapia más efectiva que los tratamientos clásicos, con una alta toxicidad.

«Cuando vayamos ampliando el rango de moléculas que podemos tocar en laboratorio, tendremos que ir dando el tipo de biomarcadores que nos va a indicar qué persona es la ideal para cada tratamiento, que cambiará en función del tumor, de la carga genética de la persona, del ambiente en el que esté y de sus marcadores inmunológicos», expone López. En definitiva, se abre de par en par la puerta hacia la terapia individualizada.

«Estamos viendo resultados espectaculares», subraya Rivera. En melanoma metastásico (cáncer de piel), donde hay más experiencia, las cifras de supervivencia alcanzan entre un 50% y un 60% de los afectados, «cuando hace unos años no se curaba ninguno. El cambio ha sido radical, como de la noche al día», apostilla el oncólogo.

Para no generar falsas expectativas, los expertos contrarrestan la euforia con cautela y dejan claro que este tipo de terapia será útil para determinados tumores -dependerá de si existen biomarcadores identificados para el tipo de cáncer que se ataca-, ya que «hemos visto que en otros subtipos no funciona en absoluto», según Rivera. Los dos médicos tienen claro que «la inmunoterapia es el futuro», aunque admiten «nos queda mucho recorrido por delante».

El jefe de Oncología hace hincapié en el «enorme potencial de la herramienta que se nos ha puesto en las manos. Hemos pasado de ir en burra a viajar en un Ferrari». Eso sí, puntualiza López, «ahora hay que aprender a conducirlo». En este periodo de aprendizaje, la inmunoterapia tendrá que convivir con los tratamientos habituales. «Quimioterapia y radioterapia vamos a tener que seguir dando, porque un cierto grado de inflamación al principio del tumor es importante para estimular al sistema inmunitario», destacan. Ahora el reto es buscar nuevas estrategias para que ese grupo de pacientes que se benefician de la inmunoterapia, y que «aún es pequeño», sea cada vez mayor.

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