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Vista aérea de San Vicente de la Barquera.
Sólo Asturias tiene una primera línea de costa más protegida que Cantabria

Sólo Asturias tiene una primera línea de costa más protegida que Cantabria

El 80% de la franja de 500 metros está libre de construcciones, pero los buenos datos regionales empeoran si la distancia se amplía a los dos kilómetros

Gonzalo Sellers

Jueves, 25 de agosto 2016, 07:08

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Harían falta 382 años más de burbuja inmobiliaria y de desarrollo urbanístico desmedido para llenar de chalets la primera línea de costa de Cantabria. Entre 1987 y 2011, el ladrillo sólo avanzó 600 metros al año en esa primera franja de medio kilómetro al mar. Una resistencia, fortalecida por diferentes planes de protección, como el Plan de Ordenación del Litoral (POL), que ha permitido al 86% de la costa regional mantenerse en estado natural. Los 282 kilómetros de costa están tomados, en su gran mayoría, por acantilados, marismas, desembocaduras de ríos, estuarios y playas. Una postal que sólo Asturias mejora en toda España, con un 91% de costa libre de la mano del hombre, según el informe Cambios de ocupación del suelo en la costa, elaborado por el Observatorio de la Sostenibilidad nacional.

«El clima asturiano es algo más duro que el de Cantabria, lo que hace que la presión turística haya sido, quizás, algo menor. Pero también influye que el 62% del territorio está considerado como acantilados o zonas abruptas y tan solo un 11% como playas», explican los expertos.

Pero no todo son buenas noticias para Cantabria. Mientras que el sector más occidental de la región está «bastante protegido», como se puede leer en el documento, hay zonas en peligro de soportar futuros desarrollos urbanísticos.

En primer lugar, el informe habla de la zona norte de Santander, lo que el Ayuntamiento denomina como Parque Litoral. Esa franja de territorio entre Cabo Mayor y la Virgen del Mar. «Hasta la fecha, la mayor rigurosidad del clima fuera de la bahía parece haber ralentizado, que no frenado, la expansión de Santander hacia el norte, pero no está claro que se mantenga en el futuro», avisan los expertos del Observatorio de la Sostenibilidad. No está previsto que en ese espacio natural se construyan viviendas. El Plan Especial del Consistorio baraja grandes zonas verdes, un campo de golf, un auditorio y un museo marinero, entre otras actuaciones.

El estudio también llama la atención sobre Castro Urdiales: «La cercanía de Vizcaya ejerce una fuerte presión de segunda residencia, y las urbanizaciones han buscado claramente la primera línea de playa».

Mientras que Cantabria es un ejemplo de sostenibilidad en la primera línea de costa, empieza a dejar de serlo cuando damos unos pasos más hacia el interior. Si ampliamos la franja a los dos kilómetros, las casas empiezan a ocupar mucho más espacio y ya no es sólo Asturias la que supera a la comunidad en respeto ambiental. También lo hacen Canarias, Baleares y Galicia. La construcción se llevó 57 hectáreas anuales en esta zona entre 1987 y 2011.

Y peor aún si entramos diez kilómetros tierra adentro. Cantabria es la provincia que mayor porcentaje de población acumula en esa franja de todo el litoral norte peninsular.

A pesar de ello, el estudio del Observatorio alaba las leyes aprobadas por Cantabria para intentar proteger su litoral. Habla de ello cuando analiza la situación en Galicia: «La administración autonómica gallega aprobó una interesante figura de protección sobre el urbanismo en los primeros 500 metros de costa, que refuerza la legislación estatal en este tema, pero todavía carece de figuras más estrictas como tienen Cantabria o Asturias, con legislación consolidada».

Frente a los buenos datos de las comunidades del Norte, los principales puntos negros se acumulan en Valencia y Cataluña. Allí, la mitad del suelo de la primera línea de costa está ocupado por hoteles, chalets y pisos de veraneo.

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