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El PRC avanza en río revuelto

Entre las luchas internas de sus rivales, los regionalistas creen factible convertirse en la primera fuerza política si crecen en Santander

Jesús Serrera

Domingo, 2 de abril 2017, 08:05

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Entre la que tienen montada en el PP, antes, durante y después del congreso que María José Sáenz de Buruaga ha ganado a Ignacio Diego por sólo cuatro votos, y la que le espera al PSOE en las disputadas primarias de mayo, el PRC camina con optimismo justificado hacia el gran objetivo de convertirse en el primer partido de Cantabria en la próxima cita con las urnas. Es la espina clavada que le duele a Miguel Ángel Revilla, ese reproche permanente de que ha sido tres veces presidente sin haber ganado nunca las elecciones. En el PP maltrecho y dividido, los vencedores y los derrotados sólo coinciden en una cosa: la victoria regionalista en 2019 es un riesgo cierto.

Pero también el PRC tendrá que superar desafíos en la travesía. Por ejemplo, el de gestionar con buen tino el retorno a la primera línea de Francisco Javier López Marcano, escenificado a lo grande en Torrelavega y en una suerte de justicia poética que hizo coincidir el homenaje triunfal con la derrota de Ignacio Diego, promotor de las tribulaciones judiciales del dirigente regionalista.

Un acto impresionante por su afluencia 1.800 personas, el doble o el triple de lo que los tres grandes partidos reúnen en sus celebraciones y un discurso de Marcano no menos imponente, dedicado a los amigos de las horas difíciles más que a subrayar su potencia política. «No hace falta, eso flota en el ambiente», observaba su hijo, Javier López Estrada, portavoz regionalista en la capital del Besaya.

De la cúpula del PRC no faltó casi nadie sin justificación, pero todos guardaron las distancias con mucho cálculo. Marcano les recordó a sus compañeros que están en el Gobierno gracias a su sacrificio, pero no pidió nada a cambio. Tampoco se lo ofreció Revilla, que hasta vertió un comentario, digamos que poco sensible, sobre el deterioro físico del exconsejero y éste lo recibió con el mentón alzado, el gesto que sus más estrechos colaboradores saben advertir cuando oye algo que no le gusta. En un acto tan emotivo, un poco de anticlímax.

En realidad, a estas alturas no hay hueco para Marcano en este Gobierno, al menos no uno que esté a la altura del personaje. Todos están de acuerdo en eso, también él. Pero seguramente tendrá que haberlo en el próximo, si el PRC se mantiene en el poder después de las próximas elecciones. Los más de 1.100 militantes de la agrupación regionalista de Torrelavega, la más numerosa del partido, que formaron, prietas las filas, en el homenaje del domingo a su líder, no se conformarían con menos. Un lugar en el Ejecutivo del que, a su debido tiempo, saldrá el sucesor de Revilla. Marcano ha sido el delfín de siempre, pero también es factible una transición del poder del partido hacia una generación más joven de la que, por cierto, también forma parte su hijo.

Mientras tanto, el PRC intensifica su actividad en la red de comités locales y prepara un programa de formación de sus cuadros. El partido del futuro sin Revilla. Pero antes, allá por diciembre de 2018, el congreso regionalista aprobará por aclamación que su líder y fundador pose una vez más para el cartel electoral. Ese es el plan, salvo imponderables de salud del presidente o que las difíciles relaciones que en esta legislatura mantienen PRC y PSOE precipiten los acontecimientos hacia las urnas, que todo es posible.

El PRC cree tener muy serias opciones de ganar las elecciones. Exhibe la popularidad mediática de Revilla y su cohesión frente a las desavenencias internas de sus adversarios, sobre todo del PP, y confía en que los datos de la economía y el paro, hasta ahora decepcionantes, terminen por mejorar en la segunda parte de la legislatura y refuercen al Gobierno regional que preside su líder.

El PRC ya es el partido que más alcaldías ostenta serán 40, cuando al promediar la legislatura el PSOE, como manda el acuerdo, le traspase la de Cabezón de la Sal y en las últimas elecciones, además de mantener su potencia en la Cantabria rural, experimentó un crecimiento notable en bastantes núcleos urbanos. Sin embargo, el vuelco político que pretenden los regionalistas precisa de un salto cualitativo en Santander, la eterna asignatura pendiente. El objetivo está cuantificado: 4.000 votos más en las urnas autonómicas de la capital convertirían al PRC en el primer partido de Cantabria.

La cúpula regionalista tiene la idea de que el actual portavoz municipal, José María Fuentes-Pila, sea su candidato por tercera vez. Con una candidatura reforzada y sin la poderosa competencia de Íñigo de la Serna en el PP en un perfil político similar. Y, naturalmente, con la dedicación intensiva de Revilla, quien, no por casualidad, en esta legislatura ha estado muy pendiente de los asuntos que afectan a Santander desde una posición más proclive al acuerdo constructivo que a la confrontación con el PP gobernante. Por su parte, Fuentes-Pila, con más o menos entusiasmo, ya ha dicho que está a disposición de su partido.

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