Cantabria ha perdido más del 33% de la flota pesquera en los últimos 12 años
El dato contrasta con los índices de capturas, que se incrementan cada año en la región debido a la modernización de los barcos y la tecnología
José Carlos Rojo
Domingo, 14 de mayo 2017, 16:55
Números en Cantabria
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Comparativa en cifras
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Años Barcos Capturas (kg)
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2004 169 24.832.735
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2007 132 25.191.784
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2016 114 26.358.661
El adelgazamiento paulatino que la flota pesquera cántabra ha experimentado en los últimos 12 años, con un 33% menos de barcos pasa de los 169 que registraba en 2004, a los 114 que tenía en 2016, podría interpretarse como un dato para hacer saltar todas las alarmas. "Pero hay que saber mirar más allá de las cifras y conocer bien de qué hablamos para entender que asistimos a una modernización de la flota que permite tener aún mayor potencial pesquero". El matiz de Enrique Paz, secretario de la Federación de Cofradías de Pescadores de Cantabria (FCPC), podría servir de ansiolítico frente a lo alarmante del dato;pero de fondo existe otra reflexión que reactiva la alarma:"Esto desciende a un ritmo imparable. No hay relevo en los barcos y conforme se jubila la gente, los jóvenes no quieren ir a la mar. O cambiamos esta tendencia, o el futuro será complicado", cuenta Miguel Fernández, presidente del mismo órgano que representa a todo este colectivo en Cantabria.
Mejora tecnológica
La modernización ha sido clave para explicar el descenso de la flota. Se ha notado especialmente en los barcos de cerco, los más grandes, con capacidad para unas tripulaciones de 15 personas o superior. "Las subvenciones para desguazar los pesqueros más viejos de este tipo han dado lugar a una modernización de la flota que permite poner en el mar barcos aún más grandes y más modernos, que explican el crecimiento de las capacidades de captura", reseña Paz. "Lo que ocurre aquí es que podemos hablar de más o menos cifras de barcos, pero la verdad es que a día de hoy, tenemos más potencial de pesca de lo que de verdad podemos coger por los cupos", agrega.
En 2004 los barcos cántabros pescaron más de 24.832 toneladas de especies de todo tipo. En 2007 esa cifra se incrementó hasta las 25.191 y en 2016 ha alcanzado las 26.356 toneladas. Yeso pese a las restricciones de las que se quejan muchas flotas, que se ven obligadas a cumplir los cupos impuestos por la Unión Europea para equilibrar el mercado y mantener el ecosistema bajo el agua. "Pero esas cifras de capturas no deben hacernos olvidar que hay que poner más atención sobre el futuro porque, si no tomamos medidas, es muy fácil que terminemos por asistir a la desaparición de la pesca en esta región", alerta Fernández.
Cada vez hay menos vocaciones. En el caso de los barcos más pequeños, los familiares, "es imposible encontrar un relevo para el puesto de mando", detallan ambos responsables. Los jóvenes no quieren hacerse a la mar y las propias familias han procurado orientar la profesión de sus hijos hacia tierra.
"La mar es complicada, incluso para quienes lo han vivido desde pequeños. Yo estoy muy orgulloso de mis hijos porque ellos han decidido seguir mis pasos para convertirse en patrones de sus propios barcos, pero también tengo que decir que es una excepción respecto a lo que está siendo la tónica general en la flota", cuenta Miguel Fernández.
Muchos de esos pesqueros pequeños ya han desaparecido. "Las cifras del registro de barcos se mantienen en la opción de artes menores porque cada vez se inscriben más barcos muy, muy pequeños, de dos tripulantes;pero claro, eso no es significativo de que la flota se mantenga", detalla el presidente de la Cofradía de Pescadores de Cantabria.
Grandes contra pequeños
Los marineros, conscientes de las diferencias, ya no quieren embarcarse en los pesqueros más pequeños. Optan por los de mayor tamaño, porque el rendimiento es mucho mayor. "Estás mucho menos tiempo en el agua para facturar lo mismo al llegar a puerto. Yeso que con la crisis mucha gente se ha visto forzada a abandonar su puesto de trabajo en tierra y ha regresado a la mar. Incluso los hay que se han aventurado por primera vez a probarlo", cuentan ambos responsables. "Y los impuestos, que apenas distinguen diferencias entre los grandes y los medianos, tampoco ponen las cosas fáciles para estos últimos. A partir de los 10 metros de eslora, los gastos que imponen hoy convierten casi en imposible hacer rentable un barco de esas características", desvela Fernández.
Solo cabe una solución: "Hace ya tiempo que estamos en conversaciones para que la Escuela de Náutica de la Universidad de Cantabria entre en los puertos de alguna manera. Hay que trabajar desde la universidad para decirle a los jóvenes que el mar es una opción de futuro. Si no tomamos medidas en ese sentido, va a ser muy complicado que se garantice la herencia pesquera en esta región", remarca Fernández.