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Trescientas personas salen a la calle para denunciar el «estado crítico» de Atención Primaria
El primer nivel asistencial urge medidas para hacer frente a la falta de profesionales y financiación que deterioran la calidad de la atención
La Atención Primaria ha salido esta mañana a la calle para exigir soluciones que ayuden a recuperar la esencia de un servicio que se encuentra ... en «estado crítico». Una llamada de «socorro» que los profesionales han llevado a las calles de Santander en una movilización que ha partido desde la plaza Numancia hasta los Jardines de Pereda. Al grito de «Sanidad pública y de calidad» la plataforma 'Salvemos la Atención Primaria' de Cantabria reclama medidas urgentes ante los tres grandes problemas a los que se enfrenta el primer nivel asistencial: la falta de profesionales, de financiación y los problemas con la accesibilidad territorial.
Los profesionales recuerdan que la Atención Primaria está perdiendo la idea con la que nació que no es otra que la prevención de enfermedades, promoción de la salud y participación ciudadana. Tres pilares imposibles de cumplir «si formamos profesionales que se ven obligados a marcharse a comunidades limítrofes porque las condiciones laborales son mejores», ha reclamado Arantxa Cossío (CCOO), portavoz de la plataforma.
Por otro lado, la financiación que recibe la Atención Primaria es «escasa», ha añadido. En este sentido la petición de la plataforma es que el Gobierno regional «redistribuya la financiación y los recursos humanos» para garantizar una atención de calidad en el que es «la puerta de entrada al sistema sanitario», ha recordado Cossío que pide «volver a los orígenes de la Atención Primaria».
Para la plataforma, es primordial que el Gobierno de Cantabria, a través de la Consejería de Sanidad y del Servicio Cántabro de Salud, sepa que la ciudadanía quiere una Atención Primaria de calidad, universal, accesible, sin listas de espera, con equipos multiprofesionales con capacidad para resolver la mayoría de los problemas de salud, con tiempo para dedicar a las personas enfermas, con tiempo para cuidar la salud y prevenir la enfermedad y con tiempo para atender a los problemas de salud derivados de las enfermedades crónicas, de la dependencia, de la violencia machista y de las secuelas psicológicas de la pandemia.
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