«Algo hemos hecho bien para bajar al nivel de menor riesgo»
Castro Urdiales ·
Comerciantes y hosteleros de la ciudad reciben con satisfacción el alivio en las restriccionesEn las calles de Castro Urdiales se ve movimiento. Ayuda el buen tiempo y la reciente apertura del límite territorial con Vizcaya. Y ahora, ... además, el semáforo covid pasa del rojo al verde. «Es una gran noticia». Los comercios agradecen este respiro, pues la pandemia ha tenido gran incidencia en el municipio en las últimas semanas. Hay luz al final del túnel, pero aún queda camino por andar.
«Nos alegramos un montón por poder tener gente dentro del local. Ya lo tenemos todo preparado. El virus está ahí y se mueve, pero algo hemos hecho bien para bajar al nivel de menos riesgo. La hostelería no tiene la culpa de que la gente se contagie», destaca Estela Benito, empleada de la cafetería Mandarina Garden. Sin embargo, aunque estos días pinten mejor, los hosteleros necesitan tiempo para recuperarse. «Para remontar hace falta una buena temporada. Hay hosteleros que llevan una mochila detrás sin facturar nada», reconoce Timoteo Antuñano, gerente de la cafetería La Villa y vocal de la Asociación de Hosteleros de Cantabria. Ya tiene preparado el interior de su negocio para recibir a los primeros clientes que volverán después de meses. «Echo de menos el barullo del bar. Podemos abrir porque hay menos repercusión del virus en el pueblo, así que los negocios de restauración, que hasta ahora han estado cerrados, pueden empezar a funcionar de nuevo, trabajar y comer», cuenta Antuñano, quien añade que se trata de volver «un poco» a la normalidad. «Nosotros seguimos con todas las medidas que hay que llevar a cabo y sin ningún problema, lo único que pedimos es que nos dejen trabajar», reivindica.
En la misma calle, testigo del buen ambiente que se palpa en Castro a las puertas de junio, está la tienda de golosinas Igo's. Tras el mostrador se encuentra Laura Pila, dependienta, que retoma las labores de desinfección tras atender a un cliente. «El aforo ha cambiado y ha cambiado también la afluencia de gente al abrir las fronteras. Este fin de semana ha sido bestial. Se ve más movimiento», cuenta, contenta de que la situación mejore en el municipio.
Ya en La Plazuela, Julia Gutiérrez vaticina desde su quiosco una franca mejoría. «Va a ser un alivio el cambio a verde en el semáforo. Se nota el veraneante que viene de vacaciones en mayo, el jubilado» indica tras explicar que en cuanto al aforo no tiene problemas, pues los ciudadanos aún no se atreven a pasar. «Todavía la gente está con el miedo y espera fuera», señala.
Del mismo modo opina la dependienta de la zapatería Kaos, Belén Gallastegui, quien resalta que los clientes aún esperan en la calle antes de pasar. «Estar en verde nos va a dar tranquilidad, también el saber que podemos ir a otros sitios», matiza. Javier Vegas, copropietario de la ferretería Hernández también agradece el aumento del aforo, porque al entrar los clientes en su local siempre se pueden incrementar «un poco» las ventas.
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