Una cántabra en la élite ganadera
Valencia ·
Lidia Entrecanales es la directora de Operaciones de la granja More Holstein, segunda explotación del mundo en obtener el prestigioso certificado B CorpLos apellidos McCarty y Van Tilburg, probablemente, no suenen a muchos cántabros. Desde luego, no parecen de la zona. Los ganaderos, quizá, sí conozcan a ... estas familias propietarias de la primera granja en el mundo en obtener la certificación B Corp, una explotación ubicada en Ohio donde pastan 4.500 animales. En todo el planeta sólo hay otro centro con esa certificación, la valenciana More Holstein, que, además tiene sabor cántabro, el de su directora de Operaciones, Lidia Entrecanales (Labarces, 1973).
«Es una certificación que envuelve cinco conceptos básicos: el de la sostenibilidad, el aspecto social, la transparencia, la trazabilidad y el liderazgo», aclara Lidia. «Solo hay una granja en el mundo que la tenía, la de Ohio, y nosotros hemos sido la segunda en conseguirlo y la primera en Europa, esto significa que haces las cosas bien». remata. Propiedad de Ramón Morla y ubicada en la localidad de Bétera, a 15 kilómetros de Valencia capital, More Holstein cuenta con en torno a 3.400 cabezas de ganado frisón, 2.000 de ellas de ordeño, que producen unos 12.000 litros de leche por vaca y año, una producción que se destina entera a la empresa Danone. Una infraestructura que ocupa diez hectáreas y tiene todos los procesos automatizados. «Hacemos tres ordeños al día, cada día vienen dos o tres cubas a recoger la leche. Está todo monitorizado, hay una cabeza pensante que es la de Ramón, mi marido, que es incombustible, y luego tenemos dos asesores externos, uno de calidad de leche y otro de nutrición, tres veterinarios en plantilla y un equipo de cincuenta trabajadores. El secreto es rodearse de gente muy competente».
3.44 cabezas de ganado
tiene la granja, 2.000 de ellas destinadas al ordeño
Un buen equipo y unos principios de sostenibilidad que implican, entre otras cosas, la adaptación de las estancias de cada animal para las variaciones de temperatura de la zona. «La sostenibilidad habla de economía circular, es decir, tenemos tierra y tenemos vacas. En nuestra tierra generamos maíz de verano y cebada de invierno para dárselo de comer a los animales y luego el estiércol líquido que producen las vacas lo tenemos como fertilizante, lo inyectamos en la tierra. Tenemos mucha estacionalidad por el calor, nuestro objetivo es tener el 100% de las camas calientes de las vacas con ventilador para 2026».
«La certificación envuelve cinco conceptos básicos: la sostenibilidad, el aspecto social, la transparencia, la trazabilidad y el liderazgo»
Lidia Entrecanales
Directora de Operaciones de More Holstein
El viaje de Lidia desde Labarces a Bétera tiene una explicación sencilla, ese amor que todo lo puede. Ganadera de cuna (su familia es la propietaria de la granja Cudaña), curiosamente su destino iba a encaminado a otras latitudes. «En mi casa había granja y yo conozco su funcionamiento desde pequeña desde dentro, sabía lo complicado que es y lo que implica. A mí se me daba bien el inglés, yo quería estudiar Turismo, pero en casa no se podía asumir ese gasto, así que estudié Filología Inglesa». Una preparación no relacionada con el mundo animal del que, sin embargo, Lidia no quiso separarse. «Cuando acabé la carrera empecé a trabajar en el mundo de la nutrición ganadera, posteriormente como comercial de semen, empezó a gustarme el campo de la genética, y con el tiempo conocí a Ramón y la amistad cuajó hasta que en 2006 me vine a Valencia».
Volcados en colaborar
Genetista y gestora de la explotación, Lidia Entrecanales fue parte del equipo de More Holstein que se volcó hace un año para ayudar a los afectados por la dana en Valencia. «En cuestión de dos horas montamos un convoy con el camión de la granja, con una máquina telescópica y los tractores de agricultores de la zona que conoces, llevamos dos autobuses con gente a Sedaví, uno de los pueblos afectados», recuerda. Un trabajo que encogió el corazón de Lidia y su equipo durante los diez días que estuvieron ayudando. «Para poder entenderlo había que vivirlo, aparte de los muertos estábamos tirando la vida de la gente a una escombrera».
A los problemas habituales de la ganadería se une el de las enfermedades, como la dermatosis nodular contagiosa que ahora golpea a parte de la cabaña nacional. «Nosotros tenemos todas las alertas en marcha, no dejamos entrar a nadie, hemos tomado todas las medidas de seguridad. A nivel nacional puede ser muy grave, se cree que la enfermedad no está bien catalogada y eso tendrían que cambiarlo a nivel de Europa y modificar la categoría para que fuese una cosa algo más sostenible», concluye.
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