Cantabria encara hoy una huelga médica tras un puente y en plena oleada de gripe
Los sanitarios de la región secundan desde hoy el paro convocado en toda España, que se alargará hasta el próximo viernes
La huelga médica que arranca hoy en toda España pondrá a prueba la robustez del sistema sanitario de Cantabria, que encara cuatro días de paros ... tras el puente de la Constitución y en plena escalada de la gripe con dos objetivos primordiales; cubrir la asistencia urgente e indemorable, por un lado, y evitar que la actividad no urgente en centros de salud y en hospitales (cirugías, pruebas diagnósticas, consultas con especialistas...) se vea comprometida, por otro. Un auténtico desafío para el Servicio Cántabro de Salud (SCS), cuyos responsables no ocultan su preocupación por el impacto que la protesta pueda tener sobre la red sanitaria y su incidencia en las necesidades médicas de «miles» de pacientes.
Convocada por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos para exigir un Estatuto Marco propio para esta profesión, la huelga, que se alargará hasta el viernes día 12 de diciembre y además de los paros en la actividad incluirá una manifestación prevista el jueves por la mañana, se va a producir coincidiendo con un momento ciertamente complejo en los centros sanitarios, que vienen de tres días de puente, con lo que ello lleva implícito, y en pleno incremento de los casos de gripe, si bien en la comunidad autónoma el nivel epidemiológico continúa siendo bajo. Así era al menos el jueves pasado, de acuerdo con los datos ofrecidos por la Consejería de Salud, que prevé que, este año, el pico coincida en Cantabria con la llegada de la Navidad o justo después de las fiestas.
Pero ¿qué consecuencias puede traer la movilización médica? Hace apenas unos días, el subdirector de Asistencia Sanitaria, Pablo Serrano, explicó a este periódico que la mayor parte de la actividad sanitaria no está cubierta por servicios mínimos. «Para entendernos, lo que se garantiza es lo mismo que un domingo», esto es, «la urgencia y la atención a la hospitalización», donde un punto clave son las altas, para facilitar la rotación de camas y que no se alarguen las estancias más de lo conveniente. Todo lo demás, en cambio, queda a expensas del resultado de la movilización.
«De entrada, a partir del martes, una vez superado el pico de urgencias que se espera para el puente festivo de la Constitución, se ha programado todo como un día rutinario, porque no hacerlo sería faltar al derecho a la huelga», indicó el subdirector del SCS, que no descarta que llegue a producirse, en este caso, «una saturación en la hospitalización». Y más todavía teniendo en cuenta que la protesta se extiende también hasta los centros de salud, lo que inevitablemente repercutirá en la afluencia de pacientes que acaben acudiendo a los SUAP o a las urgencias hospitalarias por no disponer de su propio médico de cabecera.
Por descontado, la protesta no solo tendrá consecuencias en las listas de espera del cierre del año, sino que incidirá además en los meses siguientes.
«El reto que tenemos por delante es ver cómo el sistema es capaz de recuperar toda esa actividad aplazada», dijo Serrano, que en sus 25 años como gestor «nunca he asistido a una huelga médica tan prolongada».
Huelga que el colectivo ha convocado para exigir al Ministerio «un estatuto propio», la reclasificación en una categoría superior, que las horas extra computen para la jubilación, que no haya «un régimen de incompatibilidades discriminatorio, y al mismo tiempo retribuciones diferentes por igual trabajo»; y que no se imponga la exclusividad de los mandos intermedios.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión