Más del 20% de los cántabros harán sus compras navideñas en el 'viernes negro'

Que hay más negocio que en años anteriores encaja con el enorme aumento de popularidad de esta jornada dedicada a los descuentos y al consumo desde su implantación hace menos de una década. Dos datos, uno nacional y otro regional, lo corroboran. El comercio facturará 1.600 millones en España –un 10% más que en 2018– mientras las oficinas de Correos se asoman al vértigo de distribuir los 130.000 paquetes –un 20% de subida– que generará la compra electrónica solamente en Cantabria.

32,7%

es el techo de compras relacionadas con la Navidad que se realizarán durante el 'viernes negro'

25%

del consumo navideño se canalizará este año a través de internet, sobre todo en lo relacionado con los regalos.

En realidad, el 'viernes negro' comenzó ayer. La ampliación progresiva de la campaña a partir de sus 24 horas originales permite hablar ya de la 'semana negra', que se prolongará hasta el próximo lunes en esta comunidad, ya que el domingo será hábil en el comercio y al día siguiente enlazará con el 'Ciber Monday', enfocado a los descuentos en tecnología. Un largo periodo para aflojar la cartera. Y si ha crecido a lo largo, también lo ha hecho a lo ancho: lo que empezó siendo una iniciativa pensada para la tecnología, la moda y otros bienes de consumo personal como la perfumería, hoy se extiende a los créditos bancarios o a la oferta de inyectarse botox a mitad de precio. ¿Que les parece una locura? Ni de lejos. España es el país donde las rebajas nunca son suficientes. Más del 80% de consumidores se vuelcan en el 'viernes negro', frente al 64% del resto de Europa.

Y eso inquieta a los minoristas. Aparte del mordisco que representa para sus ventas navideñas, puesto que las plataformas digitales y grandes superficies acaparan las transacciones del 'viernes negro', la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios, Comerciantes y Autónomos de Cantabria (Apemecac) advierte que la obligación de realizar descuentos competitivos reduce el beneficio de cada operación hasta un 70%. «Es una idea garrafal que importamos de Estados Unidos y que nos destroza las campañas de Navidad y Reyes», denuncia su presidente, Miguel Rincón, quien opina que «sólo beneficia a los grandes» por tres motivos: les permite liberar existencias, tienen capacidad para reponer los artículos, «cosa que a un pequeño le es imposible por espacio e inversión», y otorga a las grandes superficies «una gran liquidez monetaria de modo muy rápido que les genera un beneficio inmenso».

El nuevo perfil del 'viernes negro' tampoco ayuda. Por ejemplo, la entrada de la gastronomía en este festival de las rebajas arroja más sombras sobre los minoristas en Navidad, ya que «la alimentación es uno de los artículos con más venta en esa época», señala Gonzalo Cayón, secretario general de la Federación del Comercio de Cantabria (Coercán). «Si yo quiero, puedo comprar todas mis necesidades navideñas en el 'viernes negro'; regalos de Reyes, viajes y hasta los alimentos para las fiestas con descuentos potentes», añade Rincón.

El 93% de los comercios electrónicos establece rebajas. Las grandes superficies y almacenes se sumarán en masa a la iniciativa, «salvo el domingo, que en siete comunidades no podrán abrir sus puertas». Respecto a las tiendas tradicionales, hay más dudas. La Confederación Española del Comercio opina que la participación será del 40%, aunque parece quedarse corta ante la popularidad que ha adquirido el 'viernes negro'. En Santander y Torrelavega se da por segura una respuesta elevada. Eso sí, Cayón baraja que los minoristas podrán rebajar precios del 20% al 25% frente al 50%-70% de las grandes cadenas, «un guiño a su clientela. Pero al pequeño le interesa tener presencia en este evento porque el cliente lo pide».

La Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución afronta sus propios «desafíos», aunque en su caso se trata de cómo mover 3,5 millones de paquetes a nivel nacional y resolver los «retos del día a día en un campo tan cambiante. El comercio no es cuestión de grandes y pequeños, físico o electrónico, sino de cómo respondemos todos a un cambio de modelo de consumo –dice el portavoz de la asociación, David Gracia–. Hace diez años el sector estaba sujeto a la competencia local o regional y ahora es global. Y el cliente, sus horarios y sus necesidades tampoco tienen nada que ver. Ahí debemos centrarnos».