Los claroscuros del 'viernes negro'

El pequeño comercio es el equilibrista del 'Viernes negro'. La popularidad adquirida por este fenómeno –ocho de cada diez ciudadanos hará hoy alguna compra– obliga al sector minorista a programar descuentos «aunque si son de continuo dificulta su supervivencia», explica Agustín Ordejón, gerente de los comercios del Casco Viejo de Santander y presidente de la Federación de las Pymes de Comercio de Cantabria (Fepycan).

–¿Cuáles son los inconvenientes del 'Viernes negro' para las tiendas urbanas?

–Cada vez más comercios se apuntan a ofrecer descuentos, pero otros recuerdan que realizarlos de continuo reduce los márgenes y dificulta su supervivencia. La gente cree que tenemos unos márgenes de locura, pero no es así. Con un descuento del 40% al 50% en un artículo ya estás perdiendo dinero. Y nadie es consciente de que lo que se queda por el camino en alquiler, facturas, basuras, sueldos, Seguridad Social o autónomos.

–¿Hasta qué punto el comerciante de un casco histórico se beneficia de esta jornada?

–Este inicio informal de la temporada navideña se ha transformado en una jornada que también ayuda a los minoristas a atraer a los compradores a sus tiendas. El consumidor dice que las ofertas son el factor más importante en la elección del establecimiento, junto con una ubicación conveniente.

–¿Entonces?

–Lo que al principio era el 'Viernes negro', una excepción de un único día en las cadenas de tecnología, ha terminado prologándose a lo largo de una semana o más y vendiendo muchas veces por debajo de su coste. Por otro lado, muchos negocios no puede comprar ni fabricar productos 'ex profeso' para ponerlos en oferta y deben hacer un esfuerzo a la hora de competir. Pero si no te alías, te quedas fuera; y si no vendes, tampoco puedes hacer frente a los gastos.

–La competencia de las grandes superficies y las plataformas electrónicas es una queja recurrente.

–No vamos en contra del comercio electrónico, sencillamente creemos que se debe repartir mejor la riqueza. Con el comercio local el dinero se reinvierte aquí, y nos hace más prósperos a todos los santanderinos. Con las compras a grandes almacenes o en internet, la riqueza queda en las cuatro marcas de siempre.

–¿Cómo andan de estrategia?

–El negocio del centro urbano está preparándose continuamente. Además de los precios, puede competir con su asesoramiento, atención personalizada y siendo su tienda de confianza.

–¿Han calculado cuánto volumen de ventas navideñas les recortará esta jornada?

–Estimamos que se realice un recorte de la campaña navideña del 35% al 40%. Aparte, si hoy haces una rebaja fuerte en un producto como la ropa, luego es muy difícil volver a ponerlo a su precio original. Yo le diría al consumidor: no te dejes llevar por las prisas. Si no lo necesitas, no lo compres; y si lo necesitas, cómpralo en tu ciudad, en tu comercio de siempre.

La Unión Cántabra de Consumidores ha sido testigo de la evolución de un nuevo fenómeno comercial súbito y de dimensiones globales, que guarda diferencias sustanciales respecto a las rebajas tradicionales e introduce formas de venta, como el comercio electrónico internacional, que obligan a aplicar otras cautelas.

–Una ventaja del 'Viernes negro' para el consumidor.

–Las condiciones de compra-venta del producto deben mantenerse iguales a las que rigen el resto del año, tanto en devoluciones como en calidad. A un precio inferior no se le puede dar una calidad inferior porque estaríamos hablando de saldos. Otra ventaja es que viene muy bien para las compras navideñas.

–Un inconveniente...

–Puede fomentar la compra compulsiva; es decir, que adquieras cosas que no necesites. Y comprar por comprar implica que luego dejes la tarjeta bancaria temblando o acabes metido en créditos innecesarios.

–... que también se ofrecen como parte de la campaña del 'Viernes negro'.

–Y acabaremos viendo casas. Hoy mismo he encontrado anuncios en los que se ofertan automóviles. Yo creo que es una campaña más adecuada para tiendas de electrodomésticos o de ropa, donde se venden artículos que resultan más necesarios y son menos caros.

–Es una jornada muy popular.

–El 'Viernes negro' tiene lugar en una época muy estacionalizada y no deja de ser una moda importada que se ha puesto en boga también aquí. El ahorro está bien. Aunque insisto en que primero debemos asegurarnos de que realmente es así y de que no nos metemos en gastos inncesarios.

–¿Han detectado picaresca con los descuentos?

–Realmente, no. Si un comerciante aplica una rebaja de un 30% en un producto debe hacerlo respecto al precio de base, el original que mantiene el resto del año. ¿Puede alguien elevar esa base y luego aplicar la rebaja? Quizá debiera hacerse una inspección de los precios antes y durante el 'Viernes negro', pero lo cierto es que no recibimos quejas en ese sentido de parte del consumidor. De hecho, suelen producirse más reclamaciones durante las rebajas tradicionales por las dificultades en las devoluciones.

–Un punto fuerte es el comercio electrónico, donde todavía subyacen muchas prevenciones.

–Siempre es aconsejable meterse en páginas web conocidas, de firmas o plataformas reconocidas, o que tengan tienda física donde poder acudir en caso de un contratiempo. Lo malo radica en ciertas páginas extranjeras. Ahí sí hemos tenido problemas. Ofrecen precios muy asequibles, pero si surge una complicación, tal que el artículo no llega, no lo hace en las condiciones debidas o se quiere devolver, es muy difícil de resolverla. No es lo mismo una web de Cantabria o del resto de España que otra situada a 10.000 kilómetros donde no sabes a quien dirigirte y que ni siquiera está sujeta a la legislación europea.