En la cola del cole
Soluciones ·
El Ayuntamiento de Santander trabaja en el proyecto del 'Camino escolar' para ofrecer alternativas al uso del vehículo y evitar los problemas diarios de atascos
Nueve menos veinticinco de la mañana enfrente de los Salesianos, en General Dávila. La fila de coches aparcados -en línea, pero en zona prohibida- comienza más atrás, un poco antes de la rotonda que conecta con los Castros. Después, ya frente a la fachada principal del centro, hay otra docena de vehículos en doble fila. La gente que se baja del autobús en la parada que hay justo allí tiene que pasar entre los coches estacionados antes de ganar la acera. Por supuesto, cuando para el autobús, ese sentido de la circulación queda parado, porque los dos carriles no dan para más. Hay algunos que aprovechan ese momento, o cuando ven que el semáforo está en rojo y no se avanza, para 'tirar' a los niños del coche casi en marcha.
Uno de los conductores que ha estacionado en doble fila acaba de depositar su valioso cargamento, dos niños de primero y segundo de Primaria. «Hoy no hay mucho -asegura, sin desvelar su identidad-; cuando llueve hay hasta triple fila». Dice también que, aunque no siempre se encargue él de llevar a los chavales al cole, en ninguna de las ocasiones en que lo ha hecho ha visto por ahí un p olicía municipal.
En el quiosco de la esquina, ya en la Cuesta de la Atalaya, Manuela Hurtado cuenta que antes de que colocasen los bolardos, los coches se le metían encima, hasta quedar a un palmo de su negocio. En cualquier caso, lo que a ella le preocupa es el semáforo que tiene al lado. «Está intermitente, y un día va a bajar un niño, porque salen corriendo y casi no miran, y se lo van a llevar por delante». Para más inri, ese mismo semáforo también regula la incorporación a General Dávila de los vehículos que suben por la cuesta, unos hacia el Alto Miranda y otros hacia la rotonda de los Osos, así como de los que hacen el recorrido inverso, con diferentes turnos para cada uno de ellos, y a menudo los automovilistas impacientes que solo esperan a que el monigote luminoso esté en rojo para continuar la marcha se llevan algún susto.
El objetivo del plan es que los niños acudan a los centros a pie y en bici, sin necesidad de que sus padres les acompañen
Particularidades aparte, poco más o menos viene a ser el mismo lío diario que se repite a las horas de entrada y salida en tantos colegios de la capital. Sucede al menos en los Escolapios, las Mercedarias, el Castroverde... En los Agustinos, la calle de atrás queda a menudo colapsada, y eso tiene aún más delito, teniendo en cuenta que justo al lado del centro se encuentra el enorme aparcamiento del Racing, casi siempre vacío.
Todo esto genera el comprensible enfado entre el resto de usuarios de la vía, resignados a soportar el atasco de cada día u obligados a cambiar su ruta para llegar a tiempo a su destino, y entre los vecinos, que a veces se encuentran con sus coches rodeados y han de esperar a que se despeje la situación para poder salir.
En Torrelavega, ante el mismo problema, el Ayuntamiento está ensayando la solución con un área 'Kiss & Go' -'Besa y vete'-, y ha habilitado una zona donde dejar a los críos, cerca del colegio Sagrados Corazones, deteniendo un momento los vehículos y sin que los padres se apeen.
Mejor, a pie y en bici
En Santander, la estrategia municipal va por otro lado y, ante la imposibilidad de resolverlo con una medida concreta, se trabaja en un conjunto de ellas para ofrecer alternativas al uso del vehículo particular, que se incluirán en la revisión del Plan de Movilidad Sostenible, que podría estar listo para el próximo año.
Según explicó el concejal del área, César Díaz, el Ayuntamiento está elaborando un proyecto denominado 'Camino Escolar', que «pretende promover y facilitar que los niños y niñas vayan a su escuela a pie, en bicicleta y de manera autónoma, sin necesidad de ir acompañados por adultos y a través de una ruta segura. Se trata de una iniciativa que busca la recuperación de la ciudad como un espacio de relación, de convivencia, de juego, tanto para niños como para adultos».
Para ello, subraya, será necesaria no solo la actuación municipal, sino también la implicación de más agentes -alumnado, padres y profesores-, y la colaboración de otros, como asociaciones de vecinos, AMPA y comerciantes, entre otros aspectos que aparecen detallados en el documento que se ha presentado a la Mesa de Movilidad, teniendo siempre en cuenta que todo este plan «debe estar tutelado por expertos en movilidad que permitan guiar y coordinar» la labor de todos los involucrados.
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