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Nacho González Ucelay
Miércoles, 5 de marzo 2025, 01:00
El Colegio de Economistas de Cantabria puso ayer encima de la mesa la tercera edición del 'Informe de Coyuntura Económica de Cantabria', un documento de ... periodicidad semestral presentado a modo de termómetro de la situación económica de la comunidad autónoma, que en 2024 aceleró su crecimiento hasta el 2,8% –dos décimas más que el año anterior– aunque a un ritmo inferior a la media nacional, que fue el 3,2%, lo que supone cuatro menos. Así que, «aunque tuvo un buen año», Cantabria «volvió a perder una oportunidad para recuperar terreno frente al conjunto del país y a las regiones más avanzadas», concluyen los autores del informe, que prevén que la economía de la región continuará en 2025 «una senda de crecimiento moderado», en torno al 2,5%, y la inflación se contendrá situándose en el 2% a final del año.
Elaborado por Marcos Fernández y Alejandro Bedia, profesores del Departamento de Economía de la Universidad de Cantabria, alimentado con datos estadísticos recogidos de diversos organismos e instituciones económicas hasta mediados de febrero y presentado por el presidente del Colegio, Fernando García Andrés, el informe, que propone «profundizar en las fortalezas y mitigar las debilidades», describe más de 60 indicadores económicos en diez ámbitos.
3,2% creció la economía en el conjunto del país, cuatro décimas por encima de la regional.
5.000 empleos se crearon en la región, mil de ellos en los servicios de conocimiento.
El crecimiento económico, los precios, el mercado de trabajo, la actividad empresarial y la innovación, el sector primario, la industria, la construcción y la vivienda, los servicios, el sector exterior y el sector público conforman esa decena de vectores que Fernández yBedia han tomado como referencia para testar la realidad económica de la comunidad autónoma y que dejan buenas y también malas noticias. «Luces y sombras».
Eso es lo que arroja el primero, el crecimiento económico, «una noticia buena y otra mala». La buena es que Cantabria creció en 2024 «a un buen ritmo», un 2,8%, «que es mejor de lo que esperábamos a primeros de año y, de hecho, más de lo que creció en 2023 (2,6%)». La mala es que «si nos comparamos con la media española, que es de un 3,4%, hemos crecido menos».
Aunque se ha moderado sustancialmente a lo largo del año, «la inflación sigue sin mostrar toda la mejora que Cantabria necesita», subrayan los profesores, que precisan que el indicador «continúa por encima del 2%» y advierten de que eso «deteriora la competitividad e impide la recuperación del poder adquisitivo de los salarios».
El mercado laboral es generador de más indicadores en positivo. «A comienzos del año 2024, Cantabria creaba empleo a un ritmo, más o menos, de un 1,5% anual, algo inferior a la media española y a las comunidades vecinas». Pero a finales, allá por diciembre, «el ritmo de creación de empleo se aceleró sensiblemente hasta un 2,5% anual, dato similar a la media española y por encima de las regiones vecinas».
Según dejan escrito los profesores, «hay varios motores funcionando bien» en este campo. «El sector servicios genera empleo a un ritmo del 2,5% o 3%, muy similar a la media nacional, y hay otros dos que actúan impulsando la creación de empleo; la construcción, que tiene un fuerte tirón gracias a la obra nueva y crece al 2,5%, y la industria, sector que cerró el año creando empleo en torno al 2% interanual». Por el contrario, el sector primario, en claro declive, «sigue destruyendo empleo».
En este ámbito del empleo destacan los autores del estudio el papel que representan los servicios intensivos en conocimiento. «El año pasado se crearon en Cantabria cerca de 5.000 empleos, mil de ellos, la quinta parte, en este segmento», dijo Fernández, que recomienda profundizar en la potenciación de estos servicios «porque, en estos momentos, son el principal motor de creación de empleo».
El sector exterior, de otro lado, «mejoró su tendencia en 2024». Las exportaciones de Cantabria no solo dejaron de caer sino que «pasaron a crecer ligeramente», subrayan los dos economistas, que, no obstante, advierten de que estos progresos observados «son claramente insuficientes para mitigar la baja integración de nuestra economía con la economía mundial».
A juicio de Fernández y Bedia, «el peso del comercio internacional en la comunidad autónoma continúa siendo muy inferior al de nuestras regiones vecinas», lo cual puede considerarse como «la principal debilidad de la economía de Cantabria» junto con «el bajo nivel de innovación de nuestro tejido productivo, que sigue sin converger con la media española y europea».
Ya con la mira puesta al frente, el 'Informe de Coyuntura Económica de Cantabria' anticipa «unas buenas perspectivas económicas para Cantabria en 2025», si bien le concede a su previsión «el lógico margen de incertidumbre que merece, intensificado por el incierto panorama geoestratégico mundial». Así, a corto plazo, «la AIReF y el Banco de España apuntan a que el crecimiento económico del país continuará siendo robusto, en torno a un 2,5%, y la inflación continuará moderándose hasta situarse en el 2%». En esta situación, concluyen, «Cantabria afronta el reto de consolidar su velocidad de crecimiento para intentar mantener ese ritmo del conjunto de la economía española».
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