«Cuando se eligió el jurado hubo mucha gente que se excusó, estaban asustados»

Aunque han pasado «muchos años» y recuerda «muy poco» de aquel acontecimiento, explica que en aquella época las secciones de la Audiencia Provincial eran mixtas, es decir, tramitaban asuntos tanto civiles como penales. «Recuerdo que cuando se hizo la selección de los diez jurados hubo muchísima gente que se excusó y a la que le asustaba un poco». De hecho, según recogió en aquellas fechas El Diario Montañés, de los 36 candidatos elegidos por sorteo 14 se excusaron por escrito, alegando razones de edad, estudios, trabajo o familiares. El tribunal admitió la mayoría de excusas al estar recogidas por la Ley del Jurado, que se publicó en el año 1995. Aun así, también hubo alguno que estaba «encantado» por hacer de jurado. «Un chico que estaba haciendo la mili y al que le pareció una experiencia estupenda».

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La magistrada Arroyo, que dice que procuró «tranquilizar» al jurado y darles las correspondientes instrucciones, relata que el juicio, que se prolongó durante cuatro días (en sesiones de mañana y tarde), se desarrolló con normalidad, aunque hacía «muchísimo calor en la sala (que es abuhardillada) y tuvimos que pedir unos ventiladores». «Pero la mayor dificultad fue redactar el cuestionario que se da a los jurados para que luego lleguen a un veredicto, porque no estábamos acostumbrados a ello». Arroyo también recuerda que el veredicto fue unánime, «pero no fundamentaron por qué consideraban probados esos hechos y entonces hubo que devolvérselo y acabaron diciendo que en base a las pruebas practicadas en el juicio». Después presidió varios juicios con jurado, «pero en muchos hubo acuerdos previos».