El equipo de Pediatría de Valdecilla pone en marcha la hospitalización en casa para niños
Como el servicio de adultos, requiere de un cuidador familiar y el control se realiza con visitas a domicilio y contacto telefónico abierto las 24 horas
La pequeña duerme en su propia cama, rodeada de sus juguetes y conviviendo con su familia, pero está ingresada y al cuidado del equipo ... de Pediatría de Valdecilla. La novedad es que no se aloja en una de las habitaciones de la tercera planta de la Torre D sino en su propia casa. La hospitalización domiciliaria para niños ya es una realidad en Cantabria. El servicio de Pediatría, que encabeza María Jesús Cabero, acaba de ampliar su cartera de servicios para brindar esta posibilidad voluntaria que hasta ahora (y desde 2021 que fue la primera experiencia) solo estaba disponible en contados centros de Madrid, Barcelona y Alicante.
Requisitos previos
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1 - Estabilidad clínica. El estado clínico del menor es adecuado para el traslado al domicilio.
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2 - Cuidador. El niño debe contar con un adulto responsable las 24 horas que siga las instrucciones pautadas por los profesionales.
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3 - Formación. El cuidador debe estar entrenado para procedimientos que precise el paciente.
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4 - Domicilio. Debe cumplir unos criterios mínimos de habitabilidad y estar en el área de cobertura.
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5 - Contacto. La familia debe contar con un teléfono disponible las 24 horas del día.
Un grupo específico de pediatras y enfermeras forman el engranaje de la nueva Unidad de Valdecilla, que funciona todos los días de la semana (también sábados y domingos), como si los pacientes ingresados en sus respectivos hogares fueran «una planta más del hospital». Solo que aquí el ambiente es mucho más familiar y distendido, porque «vienen Alejandra y Ana». Y aunque entran en el salón enfundadas en la bata verde, con guantes y la mascarilla puesta, para cumplir las condiciones de aislamiento de su paciente, ella no se asusta al verlas, «porque ya nos conoce», comenta la pediatra Alejandra Coccolo, que forma equipo con la enfermera Ana Bartolomé en el turno de mañana –Olivia Gómez e Inés Díez se encargan de la tarde–.
Juntas organizan a primera hora la ruta de visitas a domicilio. Tras el repaso al parte médico de los menores hospitalizados en sus hogares, se valoran las necesidades de medicación, las pruebas de control, si los profesionales de guardia han registrado algún aviso durante la noche... y al coche. El servicio tiene capacidad para atender a seis pacientes de forma simultánea y el radio de acción «puede ser variable», en función del número de ingresos en cada momento y de las distancias entre ellos.
Los profesionales
Jefa de Pediatría
María Jesús Cabero
«Acercamos el hospital al hogar, de forma segura y sin los inconvenientes del ingreso para las familias»
Pediatra
Alejandra Coccolo
«Formamos a los padres para el cuidado y manejo de las vías, mucho más fácil de lo que esperan»
Enfermera
Ana Bartolomé
«Nos ha sorprendido la respuesta de niños que en el hospital lo llevaban fatal y en casa parecen otros»
«Esta alternativa está enfocada para que pacientes agudos puedan continuar el resto de la estancia hospitalaria en casa una vez su situación clínica se haya estabilizado», explica Cabero, como pueden ser niños que están recuperándose de una neumonía, una peritonitis, infecciones respiratorias o urinarias, o que requieren tratamiento intravenoso. También se ha ampliado para el perfil clasificado como «frágil pediátrico», que son aquellos menores que necesitan un seguimiento estrecho, con monitorización o incluso oxigenoterapia. «Con esta Unidad, acercamos el hospital al hogar, favoreciendo una asistencia en un entorno favorable y seguro», indica la jefa de servicio.
«En casa los niños están mucho más cómodos y relajados. Entras en su ambiente, te enseñan sus juguetes. En el hospital es al revés. Nosotras estamos en nuestro territorio y ellos están en un sitio extraño. En el domicilio, somos las invitadas. Les notas más tranquilos», subraya la doctora Coccolo. Y la gran diferencia se percibe sobre todo con «niños con enfermedades crónicas que han pasado mucho tiempo ingresados y que lo llevan muy mal, que lloran ante cualquier manipulación, que lo pasan fatal desde que nos ven entrar en la habitación», añade Bartolomé. «En casa parecen otros. Nos ha sorprendido la respuesta de menores que ya conocíamos; de repente, hemos visto su verdadera personalidad. Incluso los padres se sorprenden del cambio cuando son atendidos en su casa», dice la enfermera.
«Es un auténtico lujo»
Es el mejor punto de partida para conseguir el resto de ventajas asociadas a esta prestación, ya que si se reduce la ansiedad, lo previsible es que «mejore el descanso, la alimentación» y, con todo ello, «la calidad de vida y la recuperación». Al tiempo que se abre una ventana «más que necesaria» para la conciliación familiar. «Para mí, la Hospitalización Domiciliaria es un auténtico lujo», asegura Tamara Fernández, madre de trillizos de 10 años, uno de ellos afectado por una grave patología del sistema respiratorio, que le provoca broncoespasmos que pueden poner en peligro su vida. Divorciada y sin red de apoyo familiar, «imagínate lo que supone para nosotros cada ingreso hospitalario, y tenemos cuatro o cinco al año». Yeso sin contar que su pequeño, que necesita estar conectado a la máquina de oxígeno y recibir tratamiento antibiótico tras cada crisis, «tiene pánico al hospital. En el momento en que sale de allí, es que le cambia la cara», cuenta su madre.
El dato
15 niños
han sido ingresados ya en sus casas desde la puesta en marcha del nuevo servicio
«El hecho de poder venir a casa teniendo la asistencia cubierta, con el nivel profesional y humano (y eso lo quiero destacar) del equipo de Pediatría de Valdecilla, que te lo hacen todo tan fácil, es que es maravilloso. Yo apunto todos los parámetros a tener en cuenta para controlar la evolución. Y a la vez que le cuido a él, en nuestra zona de confort, puedo ocuparme de mis otros dos hijos, sabiendo que desde el hospital se preocupan por nosotros y que a la más mínima duda están ahí para ayudarnos», resalta Tamara. Una opinión que coincide con el del resto de familias que ya han estrenado la hospitalización domiciliaria.
En estas primeras semanas, han sido 15 los menores ingresados en sus casas, tanto del área de Hematología, como de Cirugía Infantil o de Reumatología, entre otros. La estancia media es de tres días, aunque ha habido algún caso que se ha prolongado hasta una semana. «Solo en este primer mes, calculamos que se han evitado más de 40 estancias hospitalarias», precisa Cabero.
Los pediatras contemplan a futuro incorporar la coordinación de la atención al paciente que necesita cuidados paliativos, así como abrir esta opción de ingreso en el domicilio para determinadas situaciones de bebés procedentes de la Unidad de Neonatología, como puede ser que las últimas semanas de hospitalización de un gran prematuro puedan pasarse ya en el hogar familiar, bajo supervisión médica. «En esos casos, la hospitalización domiciliaria puede ser muy útil, ya que algunos de estos bebés necesitan dispositivos, bien de oxígeno, sonda nasogástrica... eso que llamamos continuación de cuidados», afirma Coccolo.
Como subraya la jefa de Pediatría, «el objetivo es mejorar la asistencia pediátrica, garantizando la seguridad de la hospitalización en casa y evitando, a la vez, los inconvenientes que tiene para las familias prolongar la estancia en el hospital, tanto en pérdida laboral como en conciliación familiar». Los requisitos de partida para poder acogerse a esta prestación coinciden con los de la hospitalización domiciliaria de adultos, en la que Valdecilla tiene una larga trayectoria, ya que fue pionero en España.
Además de un estado clínico adecuado para el traslado del paciente, se necesita un cuidador responsable en la familia, al que el propio equipo de Pediatría se encarga de capacitar. «Formamos a los padres para que aprendan a administrar la medicación. Les damos las instrucciones del uso de las bomba de jeringa y validamos, con ellos, que lo están haciendo bien. Hay padres a los que les da cierto temor el manejo de las vías, pero es verdad que luego aprenden y es mucho más fácil de lo que se esperan y lo hacen muy bien», indica Coccolo. Además de las visitas presenciales de los profesionales cada día, las familias «siempre van a tener un teléfono abierto las 24 horas» por si tienen alguna duda o surge cualquier contratiempo que necesiten consultar, y la posibilidad de pedir el retorno al hospital «en cualquier momento».
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