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Fotos: María Gil / Vídeo: Pablo Bermúdez

«Hay que aprovechar esta oportunidad»

Los nervios, la presión y la esperanza de alcanzar las ansiadas plazas en juego se mezclan en el inicio de las oposiciones docentes en Cantabria, que reúnen una oferta sin precedente

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Martes, 25 de junio 2019

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«Los profesores que llevamos ya mucho tiempo de interinos estamos cansados de este arduo proceso, espero que esta vez sea, por fin, la definitiva y pueda aprovechar la oportunidad para lograr plaza fija», afirmaba Cristina de Francisco a las puertas del instituto Augusto González de Linares. Esta santanderina es una más de la lista de los 264 opositores que optan a las 30 plazas que se ponen en juego en la especialidad de Inglés, que puso en marcha las pruebas de la oferta de empleo público docente de este año en Cantabria. También arrancaron los exámenes de Música, Educación Física, Audición y Lenguaje y Pedagogía Terapéutica, y este miércoles la harán los de Educación Primaria e Infantil. En total, 574 plazas del cuerpo de maestros –57 de ellas reservadas para el turno de discapacidad–, una cifra histórica jamás alcanzada hasta ahora en la región.

«En Primaria e Infantil sí que hay una buena oferta –230 y 160 puestos, respectivamente–, pero en concreto en Inglés no es que sea nada del otro mundo. En 2007 hubo por ejemplo más plazas que las 30 que se ofertan este año», señala Sonia Iriondo, de San Salvador. «Pero es lo que hay y voy a ir a por todas», afirma ambiciosa en los que son sus primeras oposiciones. «Creo que me he preparado bien, pero queda la duda de si será suficiente, una duda que ha crecido en los últimos días, cuando ya aparecen los nervios. Además, el factor suerte siempre está ahí, también juega...», reflexiona.

Nervios, presión, angustia, que se multiplicaron por mil en los minutos previos al primer examen. Las caras de tensión inundaron los accesos y los pasillos del IES González de Linares, mientras los miembros de los tribunales procedían al llamamiento de los aspirantes y les recordaban las reglas del juego. Paseos a ninguna parte, deseos de suerte y tranquilidad a los compañeros... Hasta había quien era capaz de mantener la concentración para dar un último repaso a los apuntes, apurando al límite. En esta radiografía humana también había lugar para los supersticiosos, como el docente que se llevó el mismo reloj y los mismos bolígrafos que había usado en una anterior oposición. Cualquier cosa con tal de invocar la intermediación de la «divina providencia», 'invitada' igualmente a las pruebas. «Llevo todo el año preparándome, espero que me salga un tema bonito en el que me pueda lucir y luego, a partir de ahí, quedaré en manos de la providencia, a ver si los tribunales hacen su trabajo correctamente», expresa De Francisco.

La convocatoria es histórica. No sólo por el número total de plazas convocadas, no sólo por el cuantioso número de las ofertadas para maestros de Infantil y Primaria, sino también porque la ratio de aspirantes por empleo es menos elevada que otros años. La celebración simultánea de las oposiciones en toda España ha impedido el temido 'efecto llamada'. «Respecto a otras comunidades autónomas, aquí se presenta poca gente», reconoce Iván Alonso, un joven profesor de Burgos que lleva trabajando varios años en centros concertados de Cantabria y que «por fin» ha decidido presentarse a las oposiciones. «Me he preparado lo mejor que he podido, porque trabajando a la vez es más complicado, pero veremos a ver qué pasa», manifiesta.

Los números refrendan las palabras de Alonso. En concreto son 4.750 los docentes que finalmente concurren a las pruebas de los 4.957 que habían sido admitidos en la región. Las plazas más 'caras' están en Educación Infantil: 1.710 maestros para 160 puestos, lo que da una media de 10,6 opositores por cada uno de ellos. En el otro extremo, Música, con 4,7 aspirantes por plaza, y Pedagogía Terapéutica, con 5,6.

Pero no todos tienen los mismos objetivos. Hay quien busca la plaza y quien aspira, por el momento, a entrar en listas de interinos. Es el caso de Katarzyna Bialkowska. «Es la primera vez que me presento después de varios años planteándomelo. Me gustaría entrar en listas para empezar a trabajar en los colegios y ver la realidad del día a día en la educación, porque no tengo mucha experiencia en este ámbito», señala esta polaca residente en Cantabria desde hace años.

Bialkowska critica el carácter eliminatorio del sistema de oposiciones en España. «Es algo que sólo existe aquí. Si la primera parte no sale excesivamente bien se elimina al aspirante y no se le permite participar en la segunda, que es donde realmente puede demostrar su experiencia profesional», lamenta. Una queja extendida.

Medio centenar de tribunales

Este año se han constituido 53 tribunales, formados por 265 maestros y maestras, para que la ratio opositor/comité de evaluación no supere las 100 personas –la más elevada se da en Educación Infantil, con 87 aspirantes por tribunal– y propiciar con ello «un correcto desarrollo del proceso», que concluirá en las últimas semanas de agosto para que el primer día del curso los docentes que hayan alcanzado las plazas en juego puedan incorporarse ya a su destino en los colegios de la región. Pero para eso aún les quedan unas largas oposiciones por el camino...

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