El Gobierno dejó sin gastar el año pasado 135 millones, el 3,8% del dinero ingresado
Casi la mitad se destinará a amortizar deuda y el resto tiene que ver con los fondos UE que irán a los municipios y con el superávit no esperado de las empresas pública | El ejercicio cerró con una ejecución en inversiones reales del 72% respeto a lo previsto inicialmente | Gran parte del dinero se derivó a pagar nóminas y a sufragar gasto corriente
Aunque pueden darse situaciones coyunturales que sirven de excepción a la regla –sin ir más lejos, lo que ocurrió en 2020 con la inesperada llegada ... de la pandemia–, lo ideal es que las administraciones públicas no saquen de sus arcas más dinero de lo que ingresan, especialmente cuando sus niveles de deuda ya son elevados y no conviene incrementarlos. Es malo gastar de más, pero en el extremo contrario, eso no significa que necesariamente sea bueno gastar de menos, sobre todo si se hace sin que estén cubiertas las necesidades de los gobernados en materia de sanidad, educación, infraestructuras, servicios sociales... Según los datos del propio Gobierno regional, Cantabria se situó en 2024 como una de las comunidades autónomas con mayor superávit, alcanzando los 135 millones euros, el 3,8% del Presupuesto inicialmente aprobado en el Parlamento regional.
Desde la Consejería de Economía confirman esa cifra también validada por el Ministerio de Hacienda, pero ponen algunos matices. Explican que de ese montante, solo 82 millones de euros pueden considerarse superávit de forma estricta. Ese es el dinero que estaba disponible para gastar, procedente sobre todo del incremento de la recaudación autonómica y del aumento de las entregas a cuenta que llegan desde el Estado, superiores a lo que esperaba Cantabria.
De hecho, el departamento que dirige Luis Ángel Agüeros tuvo que diseñar las Cuentas del último ejercicio cerrado a ciegas porque Hacienda no había informado de cuánto dinero enviaría. La Consejería hizo una estimación conservadora y, finalmente, llegaron bastantes más recursos de lo previsto. Con esos 82 millones 'sobrantes' lo que se ha hecho en lo que va de 2025 es seguir amortizando deuda. Es decir, que no se ha incorporado como nuevas inversiones al Presupuesto en vigor o a asuntos pendientes por resolver como la subida salarial de los docentes. En parte porque las normas nacionales tampoco dan mucho margen de maniobra con los remanentes.
Aunque los 171 millones invertidos están en la parte alta del histórico, se encuentran bastante lejos de los 238 comprometidos
Se han gastado 30 millones más sobre los 1.269 que aparecían en las Cuentas. Cubren carencias en Sanidad y Educación
Frente a los 586 millones reservados inicialmente, se han gastado 611. Una parte importante por los costes de farmacia
¿De dónde viene el resto del dinero que no se gastó en 2024 y por qué no se ha utilizado también para amortizar deuda? Agüeros explica que aunque figura como superávit por razones contables, no lo es del todo. Y se debe a la «desviación» en positivo, pero «bastante llamativa», que han ofrecido las cuentas de algunos entes autonómicos que no fiscaliza directamente la Consejería de Economía. Entre todos estos entes suman 53 millones de euros. Destaca Gesvicán (18 millones), que ha recibido financiación adicional del propio Gobierno para actuaciones en infraestructuras deportivas y promociones de viviendas que todavía no han ejecutado. Ese dinero está «embolsado» en el ejercicio 2024 y se irá gastando hasta 2026. Otros 9 millones vienen de la sociedad Pctcan como consecuencia de la mayor ocupación de edificios que hasta ahora estaban vacíos, siete millones son de Sodercan y cinco más de la Universidad de Cantabria.
En menor medida, también se debe a los 32 millones en forma de transferencias de fondos europeos del Plan de Recuperación que son de los ayuntamientos, pero que pasan previamente por el Gobierno regional. Al cierre del año estaban aún en la cuenta corriente autonómica aunque el dinero no fuera suyo.
Economía apunta que, aun habiendo querido y podido ejecutar los 82 millones que se han ido a amortizar deuda, no habría sido posible en su totalidad «como consecuencia de la activación de la regla de gasto, que implica que, aunque dispongamos de los ingresos suficientes para hacerlo, no podemos gastar más de un 3,2% con respecto al presupuesto del ejercicio precedente».
«Por tanto, es una muestra más del rigor presupuestario y de que las reglas que rigen ahora son mucho más rigurosas que las que regían en legislaturas pasadas», insiste el consejero.
Capítulo a capítulo
De lo que no se ha gastado, a lo que sí se ha gastado, pero en partidas y materias muy distintas a las anunciadas. Aunque por definición un Presupuesto es un documento vivo que se adapta a la realidad cambiante y en el que se pueden hacer modificaciones –mover dinero de unas partidas y capítulos a otros–, en Cantabria los porcentajes de ejecución de las inversiones reales –obras e infraestructuras, básicamente– estén muy lejos del 100%.
En 2024, fue del 71% porque se gastaron 171 millones frente a los 238 previstos. Ocurría antes con el bipartito PRC-PSOE y también ocurre ahora con el PP, aunque los populares hagan bandera de que ellos sí hacen unas Cuentas «realistas» en contraposición a sus antecesores.
Economía asegura que no se dejó en el cajón ningún proyecto porque el dinero reservado para ellos tuviera que destinarse a pagar nóminas y gasto corriente, los capítulos históricamente infrafinanciados, sino que esos créditos se movieron cuando se confirmó que el dinero no iba a poder gastarse. ¿Por qué? Casi siempre, porque el ritmo de las obras ha ido a un ritmo inferior al esperado, como en La Pasiega, o porque las que iban a arrancar ese año se retrasaron, como ocurre por problemas en los despachos, como la variante de Renedo.
En cualquier caso, vino muy bien porque en el Presupuesto faltaban 30 millones que eran necesarios para pagar nóminas y otros 25 a gasto corriente, que sigue escalando en gran medida por la factura farmacéutica.
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