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Un homenaje a 50.000 voluntarios
Cohorte Cantabria inicia una nueva fase para seguir la evolución de la salud de los participantes en el proyecto y convertir los datos en avances reales en prevención y diagnóstico
50.000 cántabros han hecho posible que Cohorte Cantabria, el proyecto de investigación iniciado en 2021 para mejorar el conocimiento sobre la salud y ... avanzar hacia una medicina más personalizada y preventiva, sea hoy la mayor base de datos sanitarios de España. Una iniciativa ambiciosa, impulsada desde el Idival, que cierra esta primera fase de reclutamiento con «un éxito rotundo», que ayer se celebró en el Palacio de Festivales, en Santander, con una gala a la que asistieron voluntarios, colaboradores, investigadores y autoridades.
El proyecto entra ahora en una segunda fase decisiva: volver a citar a los 50.000 voluntarios para repetir pruebas, cuestionarios y nuevas mediciones que permitirán seguir la evolución de su salud a lo largo del tiempo. El objetivo es ambicioso: «Transformar la información recogida en herramientas concretas para prevenir enfermedades, mejorar diagnósticos y diseñar políticas de salud más efectivas». Así lo transmitieron las coordinadoras de Cohorte Cantabria, Marta Díaz y Ana Peleteiro, al explicar que «lo más importante de un estudio de cohortes no es solo el número de participantes, sino la capacidad de hacerles un seguimiento a lo largo del tiempo».
Los investigadores insistieron en que lo importante no es la cifra alcanzada, sino lo que se ha construido con ella. El doctor Javier Crespo, que acaba de asumir la dirección del proyecto, lo resumió con una metáfora: «Ya no tenemos solo una foto, ahora queremos rodar la película de la vida de los cántabros». Esa película ya ha empezado a dar frutos: catorce proyectos de investigación en marcha que abarcan desde la obesidad infantil hasta los ritmos circadianos, pasando por estudios sobre inflamación crónica, cáncer o enfermedades cardiovasculares.
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El hasta ahora director científico Marcos López Hoyos –que ha dejado su lugar a Crespo– recordó que el proyecto ya ha traspasado fronteras y se ha presentado en foros internacionales junto a cohortes de referencia como la de Rotterdam y la británica UK Biobank. «Cohorte Cantabria es de los voluntarios. Nosotros aportamos ideas, pero sois vosotros quienes habéis hecho posible que el proyecto crezca hasta convertirse en un referente internacional», señaló frente a un auditorio repleto de los voluntarios gracias a los que se ha podido realizar el estudio.
Trinidad Dierssen, epidemióloga del Idival, subrayó el potencial de Cohorte Cantabria para explorar cómo los estilos de vida y la disrupción circadiana influyen en la salud: «La participación ha sido increíble, absolutamente única. Esta plataforma nos permitirá entender cómo la luz, los horarios de alimentación o el sueño afectan a nuestro metabolismo y a nuestro riesgo de enfermedad».
El director de gestión de Idival, Galo Peralta, presentó y coordinó el acto con un mensaje de gratitud: «Este sueño nació hace cuatro años y hoy es una realidad gracias a la generosidad de 50.000 personas que han dado su tiempo, sus datos y su confianza». El covid fue el punto de partida en 2021; el virus abrió muchas ventanas.
El futuro inmediato ya está trazado: repetir mediciones, ampliar cuestionarios, incorporar nuevas pruebas y garantizar que los datos reviertan en la salud de la población. Como detalló Peleteiro, «vamos a incluir nuevas pruebas como la velocidad de la marcha, el equilibrio o la fuerza de la mano, que son indicadores muy útiles para detectar signos de fragilidad en el futuro». También anunciaron que los cuestionarios serán más intuitivos y atractivos tras las pruebas de usabilidad realizadas con voluntarios, e incluirán temas sugeridos por más de 3.000 participantes, como la soledad, el uso de dispositivos electrónicos o la accesibilidad a los servicios sanitarios.
Respaldo
El respaldo institucional ha sido clave: en 2024, Cohorte fue declarada proyecto estratégico de interés regional y se incluyó en el Plan de Salud Digital de Cantabria 2024-2027, lo que garantiza su continuidad. Además, se han puesto en marcha colaboraciones con la Dirección General de Salud Pública y la Consejería de Educación para abordar problemas como la obesidad infantil, extendiendo el impacto del proyecto más allá de la franja de edad de los voluntarios. César Pascual, consejero de Salud, confesó sentirse orgulloso de ser uno de los voluntarios y definió el proyecto como «un ejemplo de cómo la ciencia y la sociedad pueden caminar juntas para mejorar la vida de todos». Como advirtió Crespo, «la sociedad nos va a exigir resultados y, con la fuerza de estos 50.000 voluntarios, los tendremos».
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