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Turistas sentados en una terraza de un local de hostelería de Santander. Sane
Los hosteleros cántabros culpan «al mal tiempo» de la bajada de un 4,5% en los ingresos de este año

Los hosteleros cántabros culpan «al mal tiempo» de la bajada de un 4,5% en los ingresos de este año

El sector, que llevaba cuatro ejercicios de crecimiento ininterrumpido, responsabiliza de la espantada de turistas a las fallidas predicciones meteorológicas durante Semana Santa, puente de mayo, puente de San Isidro y el mes de julio

Rafa Torre Poo y EFE

Santander

Martes, 2 de octubre 2018

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Los hosteleros de Cantabria no han parado de quejarse en lo que va de año. Argumentan que sus ingresos se han reducido un 4,5% tras cuatro ejercicios consecutivos de crecimiento ininterrumpido. Y tienen perfectamente definido al responsable: el tiempo. O mejor dicho, el mal tiempo. Los meteorólogos están en el centro de sus lamentos, ya que, según ellos, no han estado nada atinados en sus previsiones. Y citan varios momentos concretos: Semana Santa, puente de mayo, puente de San Isidro (que suele llenar Cantabria de madrileños) y el mes de julio. Aunque, en este último periodo, los 'hombres del tiempo' se quedaron cortos: llovió más del doble de lo esperado y las inundaciones fueron el denominador común.

El presidente de los hosteleros de la región, Ángel Cuevas, ha hecho balance esta mañana de los siete primeros meses, una vez finalizada la campaña de verano. En su opinión, «el clima y sobre todo el anuncio del mal tiempo» han provocado muchas cancelaciones y además «que se bajasen los precios». «Se pinchó debido al mal tiempo», ha resumido. Aun así, ha reconocido que se logró entre un 60 y un 80% de ocupación gracias a las ofertas de última hora.

El descenso de los ingresos era algo que se esperaban tras varios años de subida -de 2007 a 2013 se desplomaron un 45%; en 2014 subieron un 3%; en 2015 subieron un 10%; en 2016 subieron un 12%; y en 2017 subieron un 3%-. Ni siquiera el buen tiempo y el sol de agosto y septiembre ha servido «para inclinar la balanza».

Otro de los factores que el presidente de la Asociación de Hostelería cree que ha influido en los malos datos han sido las viviendas turísticas, «en gran parte ilegales», ha reconocido, que se han convertido en una de las grandes preocupaciones del sector. Ha explicado que esta oferta se ha multiplicado por diez en cinco años en algunas plataformas. En el conjunto de España, han pasado de 50.000 a medio millón y, aunque la asociación no cuenta con datos de Cantabria, calcula que ha seguido la misma línea de incremento.

El sector ha trasladado al Gobierno regional tres cuestiones que considera esenciales a la hora de tratar de regular este mercado: que se considere empresario al que tenga en alquiler más de una vivienda, que se certifique que pueden ejercer esa actividad y que se envíe a la policía todas las noches un listado de las personas alojadas.

El presidente de los hosteleros cántabros pide al Gobierno regional que vigile férreamente a las viviendas turísticas ilegales

Uno de los factores que, a juicio de Cuevas, han influido en la caída de los resultados son la competencia de otros destinos como la Comunidad Valenciana y Baleares, que le «han quitado visitantes» a Cantabria, y la caída del turismo extranjero en España. Otra «espinita» que tienen clavada es la noche, un oferta que también tira de los hoteles y el resto del sector y que sufre pérdidas a causa del botellón. Piden más zonas peatonales con grandes terrazas, desde la premisa de que hay que cuidarlas y evitar el consumo de bebidas en las inmediaciones.

Los hosteleros quieren además saber qué piden los viajeros que llegan a Cantabria para ofrecérselo. Con ese objetivo, hicieron una encuesta durante la última Semana Santa. En este estudio participaron 2.500 turistas y los resultados serán presentados en las próximas semanas.

No todo son malas noticias

Durante la rueda de prensa de Ángel Cuevas no sólo se han escuchado reproches y quejas. La hostelería de Cantabria cree que el turismo, poco a poco, ha comenzado a desestacionalizarse. «Este año ya contábamos con que los datos iban a ser difícilmente superables y así ha sido», se ha consolado ante los periodistas.

Han contribuido a la desestacionalización que este año se alargara la temporada en la estación de esquí de Alto Campoo -gracias al mal tiempo, en este caso bueno- y a la oferta de vuelos del aeropuerto, que propicia una llegada de visitantes «más equilibrada». Si una pega le ponen a la programación del Seve Ballesteros, son los horarios de los conexiones con Madrid y Santander, que entienden que pueden ser mejorados.

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