Los jabalíes estrenan enemigo
El aumento de la presencia de jabalíes en carreteras y zonas urbanizadas ha llevado al Ejecutivo a optar, por primera vez, por este método de control | El Gobierno regional ha comprado seis jaulas trampa para controlar la población de este animal
En marzo de este año un jabalí se tomó la libertad de visitar a los vecinos de Cartes y de darse una vuelta por el ... centro del municipio y por el entorno de la iglesia parroquial. Cuando llegó la noche se dejó ver bajando por la carretera que lleva a Mercadal, Sierra Elsa y Bedicó. La nueva rutina de este invitado hizo que, en esos tres pueblos, el Ayuntamiento tuviera que tomar medidas y pedir dos batidas extraordinarias al Gobierno.
En la región lleva años creciendo de modo incontrolable la población del jabalí. Un animal que se ha convertido en un quebradero de cabeza para algunos vecinos cántabros porque «destroza maizales y cultivos. También hozan el campo y lo dejan inservible», explica Óscar González, técnico de conservación de la naturaleza del Gobierno de Cantabria. El problema se agrava cuando los animales deciden acercarse a zonas urbanizadas o lanzarse a la carretera. Porque ahí corren el riesgo de provocar un accidente. Como ocurrió el pasado lunes 18 de noviembre cuando cinco o seis jabalíes cruzaron tranquilamente la autovía. Con el objetivo de evitar estas situaciones, el Gobierno regional optó por comprar 6 jaulas trampa para jabalíes. Acción que se hace por primera vez. Se trata de un método de «control poblacional» que está recién estrenado porque apenas lleva unos meses en funcionamiento y «todavía está en prueba», dicen.
Cerca de casas
El 18 de noviembre 5 o 6 ejemplares cruzaron la autovía aunque no provocaron daños
Óscar González | Técnico de Conservación
Son jaulas que se van a colocar en «zonas especialmente sensibles». En este grupo de localidades están, entre otras, Polanco, la Cantera de Cuchía, la Recta de Cudón en Miengo... Ocurre que hay lugares en los que, como no está permitido cazar, la población crece sin control. «Hay espacios donde no se puede cazar como zonas urbanizadas o con muchas casas», señala el técnico. Por normativa, no es posible hacer una batida extraordinaria ni «disparar». Son sitios peligrosos, residenciales, donde sacar un arma no es una opción. De ahí que se opte por las jaulas. Son los propios agentes del medio natural quienes se encargan de vigilar y hacer un seguimiento. «Cada día hay que acercarse a las jaulas y ver si ha caído o no algún jabalí».
¿Por qué hace falta llevar a cabo este control de la población animal? Si nadie se encarga de hacerlo en determinadas reservas, llegado un día el crecimiento de alguna especie puede ser tal que el medio «se colapse». Un aumento desmedido del número de ejemplares obligados a convivir trae consigo consecuencias negativas tanto para los animales -aumenta la competencia para buscar alimento y esto puede provocar una escasez del mismo- como para los vecinos si deciden acercarse cerca de las casas.
«El principio de gestión sostenible es reducir el número de ejemplares por debajo del crecimiento»
En la comunidad autónoma, el Gobierno hace estimaciones y muestreos anuales para hacer un seguimiento de la expansión natural del animal. Cuando de estas actuaciones se deriva que el aumento comienza a ser desproporcionado, es donde entra la conservación y «el principio de gestión sostenible», explica Óscar González. Lo que significa hacer un control de la población y reducir el número de ejemplares, pero siempre «por debajo del ritmo de crecimiento» porque no se trata de terminar con el animal. «El hombre interviene» con el fin de garantizar el equilibrio. «Lo que se busca es la protección» tanto del medio natural, como del animal y de la gente.
La especialidad del jabalí es que «por sus características concretas, se adapta bien a cualquier entorno», comenta el Técnico de Conservación de la Naturaleza. Y esa particularidad que hace que el animal no esté incómodo en ningún lugar y pueda permitirse reproducirse «a este ritmo» también tiene que ver con la dieta de su alimentación. Porque «es generalista». Lo que quiere decir es que, como buen omnívoro, «come de todo». Cuando se trata de comida no hace ascos.
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