57 jóvenes ganaderos y agricultores podrán estrenar instalaciones con ayudas públicas

Las ayudas aprobadas ayer, a propuesta de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, tienen un valor concreto de 6.076.391 euros. Del total, 2,34 millones se repartirán entre 57 jóvenes agricultores y ganaderos que tienen ya en mente abrir una nueva instalación y han solicitado apoyo. Se trata de subvenciones, informa el Gobierno, que ayudarán a «favorecer la incorporación de jóvenes al sector agrario de Cantabria en calidad de titular, cotitular o socio de una explotación agraria». Los beneficiarios no pueden sobrepasar los 40 años y, como máximo, podrán recibir hasta 44.000 euros a modo de apoyo para el comienzo de la actividad.

2,3

millones se destinan a ganaderos y agricultores que quieran empezar a explotar su instalación en Cantabria

Otros 110 profesionales se beneficiarán de la segunda línea de ayudas para la modernización de explotaciones ganaderas. A este fin ha destinado la Consejería 3,7 millones de euros. Son ayudas para invertir en planes de mejora del rendimiento de la explotación, «pudiendo llegar a alcanzar hasta un 50% de la inversión subvencionable», informa el Ejecutivo.

Ambas líneas de subvenciones forman parte del Programa de Desarrollo Rural de Cantabria, integrado por fondos del Gobierno autonómico, del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y el programa europeo Feader. El Ejecutivo recuerda que el plazo de presentación de solicitudes para las ayudas de estos bloques relativas a 2019 sigue abierto.

El consejero Guillermo Blanco destacó ayer que este tipo de ayudas «contribuyen a mejorar la vida y el trabajo de los agricultores, a impulsar el rejuvenecimiento del sector agrario, a renovar las estructuras y explotaciones agrarias, a promover la competitividad de los ganaderos y colaborar en la protección del medio ambiente». De paso, el consejero también destacó la rapidez con la que su departamento ha gestionado este año las subvenciones, al menos hasta dos meses antes que en ejercicios anteriores. Blanco apuntó a la «celeridad» de su Consejería.

A pesar de que el Consejo Asesor y la estrategia autonómica, que habría de enriquecerse con voces diversas, aún pululan en el plano de las ideas, el plan de acción contra la despoblación ha de garantizar para las zonas rurales los servicios básicos -en educación, sanidad o comunicaciones- de los que disfrutan otras zonas del territorio. Por ejemplo, el presidente Miguel Ángel Revilla le trasladó a la ministra Reyes Maroto en septiembre, la necesidad de extender la banda ancha de alta velocidad y de la fibra óptica para frenar el abandono o el estancamiento que sufren las zonas rurales.

Las medidas económicas son clave, aunque Blanco ya expresó en una entrevista reciente con este periódico que la acción contra el despoblamiento en las zonas rurales ha de conllevar un «un cambio de cultura». ¿En qué sentido? «Hasta hace muy pocos años el joven que se quedaba en el pueblo era considerado el fracasado, cuando en realidad es todo lo contrario», reflexionó el consejero.

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