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A la izquierda, Zaraida Rodríguez con Luca, que nació el 29 de marzo. Arriba a a derecha, María Gómez posa junto a su hijo Hugo que nació el pasado 16 de abril. Y abajo a la izquierda, Vanesa Bardales, vecina de Cartes, que dará a luz en pocos días. FOTOGRAFÍAS: LUIS PALOMEQUE

Ser madre durante la pandemia

Dar a luz. Tres mujeres cuentan a El Diario Montañés cuáles han sido los miedos y preocupaciones durante su embarazo en plena crisis sanitaria del coronavirus

Domingo, 4 de octubre 2020, 07:35

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María Gómez | Cartes

«Fue un desgaste emocional importante y pasé momentos de mucha angustia»

«Fue un desgaste emocional importante». María Gómez, vecina de Cartes, dio a luz a su primer hijo el pasado 16 de abril, en plena pandemia del covid-19. Durante esas semanas vivió momentos de «mucha angustia». No solo por el miedo al contagio. Pasar el último mes de embarazo separada de la familia y amigos provocaron «alguna lágrima», reconoce. El 12 de marzo, unos días antes de que se decretara el estado de alarma, fue a ver a su matrona. Entonces «ya estaba agobiada de oír hablar sobre el coronavirus». Y antes si quiera de poder preguntar nada, la profesional le dijo que se encerrara en casa y no saliera.

Para ella entonces empezó la cuenta atrás, le quedaban unas semanas de embarazo. En su caso, como «tenía al niño de nalgas y debía controlar si se había girado», continuó con las consultas presenciales. Entrar al hospital «daba miedo, no había gente y era todo muy frío», dice. En el centro de salud, las matronas son una referente para las parturientas, y no poder verlas para resolver dudas generó «mucha inseguridad en todas nosotras», cuentan las profesionales.

María Gómez posa junto a su hijo Hugo que nació el pasado 16 de abril. Luis Palomeque

Unos días antes de dar a luz visitó Valdecilla y en el paritorio de al lado «había un positivo, aquello fue una angustia», relata María. Para conseguir que su bebé cambiara de posición, la orden fue clara: andar. «Pensé, ¿por dónde ando?». La única opción era cerca de casa y eso hizo. Los vecinos, sin necesidad de pedirlo, «respetaban cuando bajaba» y en su horario «nadie más salía».

Evitar contagiarse era la máxima preocupación y tanto ella como su marido «fuimos súper estrictos». En aquel momento «me jugaba algo muy gordo», dice. Así que las únicas salidas eran las de su pareja y cada vez que cruzaba la puerta para ir a la calle, volvían la «angustia y el miedo». Sabía que el día del parto le harían una prueba PCR y en caso de resultar positivo, le separarían de su hijo durante quince días. «A mí me daba pánico pensarlo», por eso siempre intentó mantener la mente ocupada. Gestionar la parte emocional fue lo más complicado, pasar por todo sola y no poder hacer «los últimos preparativos con mi madre». Son el tipo de cosas que «te roba la pandemia».

«En el hospital parecía que no había covid, pero es triste ponerte de parto y saber que tus padres no van a acompañarte»

Y el 16 de abril se puso de parto. «Irte al hospital y saber que no pueden acompañarte tus padres es triste», explica. María tenía, además, otra preocupación, que mientras el marido esperaba cuatro horas hasta saber el resultado de su PCR, «me pusiera de parto» y se quedara sola. Afortunadamente no ocurrió y dio a luz a Hugo. A partir de ahí hubo escalada de cosas positivas. «El trato en el paritorio y en planta fue de diez», cuenta. En el hospital «ni siquiera parecía que hubiera covid», admite. Lo único diferente fue el tener que dar a luz con mascarilla, nada cómodo.

Al menos no tener visitas en la planta le permitió descansar y la vuelta a casa fue tranquila. Es más, las encuestas del hospital han señalado como «muy positivo» no recibirlas, señaló la jefa de servicio de Ginecología, Yolanda Jubete. Los primeros en conocer a su hijo fueron los abuelos. Como en el camino a casa pasaban por la suya, pudieron verle desde la ventanilla. «Fue un momento muy bonito». Al resto de la familia y amigas les tocó conocer a Hugo por fotos y videollamadas. «Llegó un momento que fue una locura, el teléfono no dejaba de sonar». Cuando se pudo salir a la calle, «todo era muy frío» porque a ella y a su marido intentaban «controlar que la gente no se acercara demasiado». Ahora, con los rebrotes, «me he vuelto a poner firme», explica. La preocupación a un contagio no se ha ido.

Zaraida Rodríguez | Suances

«Me daba pánico dar positivo en el test y que me separasen de mi hijo»

Zaraida Rodríguez, vecina de Suances, junto a su hijo Luca de seis meses. Luis Palomeque

Marco tiene 8 años y el pasado 29 de marzo nació su hermano Luca. Aunque todavía es pequeño, sabe perfectamente la importancia de mantener la distancia de seguridad y cuando su familia empezó a salir a pasear tras el confinamiento, «no le gustaba que la gente se acercara mucho al bebé», cuenta su madre, Zaraida Rodríguez, vecina de Suances. También ella todavía tiene miedo a que la gente «se arrime demasiado» y prefiere evitarlo.

Zaraida dio a luz apenas quince días después de que el estado de alarma entrara en vigor. Con la crisis sanitaria en plena escalada, «no tenía tanto miedo» porque entonces no le quedaban consultas pendientes y podía limitar las salidas de casa. Pero su marido trabaja como transportista y se mantuvo en primera línea durante toda la pandemia. Al terminar su turno «extremábamos las precauciones, se quitaba la ropa y directa a la lavadora». Porque «sí me daba pánico que me separarán de mi hijo aunque fuera por mi bien», cuenta. A esas alturas, les separaban del bebé unos días si la madre daba positivo. Ahora en el hospital se favorece el alojamiento conjunto.

«No tenía que salir para ir a ninguna consulta, pero mi marido es transportista y en casa extremábamos las precauciones siempre»

El parto en Valdecilla transcurrió con normalidad. Lo más raro fue que «todo era muy aséptico, los profesionales entraban vestidos con el equipo de protección», dice la madre. Y estar allí con mascarilla era un «agobio». Por supuesto no hubo visitas, pero eso tampoco fue un problema. El tiempo en el hospital es más corto ya que se intenta, en la medida de lo posible, dar altas precoces, en 48 horas.

Lo que sí echó de menos cuando volvieron a casa fue «salir a pasear». Luca apenas utilizó ropa de vestir durante sus primeros meses que «a mis hermanas se les hicieron eternos», reconoce. Las ganas de conocerlo eran muchas, pero su primer encuentro no pudo ser en persona, sino por videollamada. Eso sí, en cuanto la familia tuvo ocasión de juntarse, hicieron una pequeña reunión para introducir al nuevo sobrino. El pequeño ha nacido rodeado de mascarillas y «no se asusta cuando la gente le habla con ella puesta». Interpreta lo que le dicen sin ver el gesto de la cara.

Vanesa Bardales | Santiago de Cartes

«Lo más difícil ha sido ir sola a las consultas y que el padre no pudiera estar»

Vanesa Bardales, vecina de Cartes, dará a luz en pocos días. Luis Palomeque

Vanesa Bardales, vecina de Cartes, tiene una fecha importante marcada en el calendario: el 12 de octubre. Ese es el día previsto para que dé a luz a su hija Martina. Así que estas últimas semanas se las pasa entre consultas. El problema es que tras el confinamiento, la crisis sanitaria lo condicionó todo y le tocó ir sin acompañante a visitar a los médicos. «Solo he ido yo, pero no el padre». Su marido no pudo acudir a ver la ecografía ni a ninguna otra prueba y eso él «lo lleva bastante mal», cuenta Vanesa. Oírlo de otra persona no tiene nada que ver con estar presente. «Por mucho que yo le cuente, no es lo mismo estar ahí, verlo y escucharlo tú mismo». Y para ella «no poder compartirlo con la persona que va a ser su padre» hace que esos momentos resulten más impersonales. «Esa ha sido la parte más complicada», reconoce. «No deja de ser su hija y está desvinculado». A pesar de eso, afortunadamente, el embarazo «va bien».

«Sólo nos juntamos con los familiares próximos y estamos en casa medio confinados para limitar el riesgo de contagio»

Ella y su marido han pasado las últimas semanas «medio confinados para protegerse» y limitar la posibilidad de contagiarse. Ahora que quedan menos de diez días para dar a luz, «sólo nos juntamos con los familiares más próximos», cuenta Vanesa. Porque, inevitablemente, el miedo y la preocupación a contagiarse o que le ocurra algo al bebé sigue ahí. «Prefiero no moverme mucho de casa porque lo pasas mal», añade.

Hace unos días estuvo ingresada y la espera hasta conocer el resultado de la PCR fue dura. «Hasta que te dicen que eres negativo es una angustia». Durante ese tiempo estuvo separada del marido mientras a él también le comunicaban el negativo. Lo cierto es que ahora el resultado del test que se hace al acompañante el día del parto se da rápido para tenerlo cuanto antes, en cuestión de minutos, y así evitar que la mujer se ponga de parto sin la pareja. Si diera positivo –«prefiero no pensarlo», dice– podría optar por estar acompañada de otro familiar o persona de confianza, aunque para evitar riesgos, se están produciendo los partos sólo con el apoyo asistencial de la matrona.

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